Riley Keough, la nieta de Elvis que triunfa en el cine y pelea por la herencia 'envenenada' de El Rey
Protagonistas
La hija de Lise Marie Presley, fallecida prematuramente, se ha ganado un lugar de estrella de cine y televisión y acaba de estrenar la serie 'Daisy Jones and the Six'
Ha quedado en el medio de una disputa legal que tiene a todo Hollywood hablando a sus espaldas, algo que a los 33 años Danielle Riley Keough ciertamente no necesita. Aunque logró que le abrieran las puertas de la industria por ser la nieta de Elvis Presley, se ha ganado un lugar de estrella de cine y televisión trabajando duro, en una carrera muchas veces arriesgada tanto delante como detrás de las cámaras, que le ha dejado una nominación al Globo de Oro a la mejor actriz de miniserie y la Cámara de Oro en el pasado Festival de Cannes por su debut como directora en War Pony, en la que ha trabajado codo a codo con su compañera de compañía productora, Gina Gammell.
Aunque su nombre debería ser noticia porque, el 3 de marzo, se estrena en Amazon la nueva serie que protagoniza, Daisy Jones and the Six, ha aparecido en los titulares por motivos ajenos al show business. Primero, por la temprana muerte de su madre, Lisa Marie Presley, el 12 de enero, a los 54 años, quedando junto a dos hermanas menores de edad como las únicas herederas del imperio Elvis.
La herencia millonaria consiste en el 15% que conservó Lisa Marie de Elvis Enterprises y la mítica Graceland
Y también por la demanda que ha iniciado su abuela, Priscilla Presley, de 77 años, que desconocía las correcciones que hizo Lisa Marie en el fideicomiso que administra los bienes de la leyenda de la música, con lo que busca poder decidir con Riley cómo manejar la herencia del rey del rock. Un patrimonio millonario que consiste en el 15% que conservó Lisa Marie de Elvis Enterprises, después de vender el resto por unos 100 millones de euros, así como Graceland, la mansión convertida en atracción turística que ha permanecido en manos de la familia.
La vida para ella cambió radicalmente dos días después de asistir con su madre y su abuela a los Globos de Oro, como forma de apoyar la película de Baz Luhrman, por la que Austin Butler se llevó el premio al mejor actor al haber dado vida a Elvis de manera magistral en la pantalla grande. Allegados a los Presley han comentado, públicamente, que los encontronazos entre Lisa Marie y Priscilla eran moneda corriente en la relación entre las dos, pero cuando llegó el momento de salir a promocionar Elvis, madre, hija y nieta hicieron frente común.
Nacida como fruto del amor entre Lisa Marie y el bajista Danny Keough, Riley es la nieta mayor de Elvis y Priscilla, aunque para ella la figura del rey del rock and roll fue una mezcla de leyenda y presencia constante, ya que este falleció cuando Lisa Marie era una niña.
Sin embargo, en su casa la fama era moneda corriente, ya que tras divorciarse de su padre, Lisa Marie se casó brevemente con Michael Jackson primero, y con Nicolas Cage después: "yo he sido fotografiada por la prensa desde que nací, obviamente ahora es mucho peor con las redes sociales, pero ya cuando iba a la escuela de primaria estaban los paparazzi dando vueltas cerca de mi casa. Pero mi madre me explicó que eso no era malo, y que era mejor tratar de no llamar la atención. Todo eso me ayudó a lidiar con mi propia fama tiempo después", explicó en una entrevista años atrás.
Tener una madre famosa y un abuelo legendario me ayudó en mis inicios. No hubiera podido conseguir un agente con tanta facilidad
Aunque creció rodeada de músicos, desde muy temprano se dio cuenta que lo suyo no pasaba por las canciones, más allá de que era algo que no hacía del todo mal y que disfrutaba. Su fascinación pasaba por el cine, aunque inicialmente no pensaba en ser actriz: "Yo quería ser directora. Era mi pasión, pero viniendo de una familia de músicos, no era que no me apoyaran, pero no sabían nada sobre el tema. A los 12 o 13 años me pasaba el día filmando, por lo que mi madre le pedía a sus amigos que editaran mis cortos de terror. Pero un día dije que quería ser actriz y mi padre se opuso. Les asustaba porque es una profesión muy dura y tenían miedo que no pudiera tolerar el rechazo. Pero una vez lo aceptaron, me apoyaron en todo", explicó entonces.
Sin embargo, Keough comenzó por el modelaje cuando tenía 15 años y fue lo suficientemente exitosa como para aparecer en la portada de Vogue y desfilar para Dolce & Gabanna y Christian Dior. La prueba de fuego, sin embargo, llegó a los 19, cuando decidió buscarse un agente, algo que resolvió con mucha simpleza: "La verdad es que tener una madre famosa y un abuelo legendario me ayudó en mis inicios. No hubiera podido conseguir un agente con tanta facilidad", dijo en esa entrevista, pero aclaró: " luego, cuando llegaba a una audición, se generaba una sensación extraña, porque querían ver de qué era capaz".
Pero en el primer papel para el que se presentó en la película independiente The Runaways, fue contratada, debutando en el cine de la mano de Kristen Stewart y Dakota Fanning. Su carrera siguió avanzando con papeles de reparto hasta que se topó con Steven Soderbergh, quien le dio su primer papel en una gran superproducción, Magic Mike, en la que encarnó a una stripper. Y después de su paso por la franquicia de Mad Max en la secuela Furia en la carretera, la volvió a convocar, esta vez como protagonista para el personaje que transformaría su carrera. En la versión televisiva de The Girlfriend Experience encarnó a una escort que financia su carrera de abogacía con sus encuentros, el papel por el que obtuvo su nominación al Globo.
El primer papel para el que se presentó, en la película independiente 'The Runaways', fue contratada
Curiosamente, Keough reconocía entonces que su crianza había sido muy conservadora, y que lo que le había atraído de la propuesta era explorar facetas que no conocía de su propia personalidad: "A mi no me dejaban usar ropa sensual en mi adolescencia, y no me veo como una mujer sexy, y curiosamente nunca me gustaron las mujeres que son muy sexuales que se acuestan con todo el mundo. Pero pensé que si interpretaba a un personaje así, podía conocer un punto de vista diferente, y eso fue exactamente lo que ocurrió. Descubrí que cada persona tiene su propio código moral y que no se puede juzgar a los demás si para ellos está bien. Fue un papel para el que yo no me hubiese imaginado, pero Steven evidentemente pensaba lo contrario", señaló en la presentación de la serie.
Desde entonces ha tenido una presencia constante en la pantalla, protagonizando American Honey junto a Shia LaBeouf, por la que fue nominada al Independent Spirit, repitiendo con Soderbergh en Logan Lucky, y participando en películas prestigiosas como La casa de Jack de Lars Von Trier, El diablo a todas horas de Antonio Campos o la serie The Terminal List en la que compartió cartel con Chris Pratt.
Está casada con el actor australiano Ben Smith-Petersen desde 2015 y tuvo una hija el año pasado
En el camino, conoció al actor y doble australiano Ben Smith-Petersen con el que se casó en 2015 y tuvo una hija el año pasado. Y aunque mantuvo una estrecha comunicación con Baz Lurhmann durante la realización de Elvis, brindándole todo el apoyo que necesitaba de la familia, nunca tuvo interés en integrar el elenco, en el que también se incluyó a Tom Hanks: "La verdad es que no hubiera podido interpretar a mi abuela, y tengo la misma edad de Austin. Y, sobre todas las cosas, es una historia demasiado cercana como para que yo participara como actriz", dijo en una conversación con Variety en el último Festival de Cannes.
Riley y un legado inevitable
No importa cuanto éxito haya conseguido como actriz o directora, hay un tema que nunca falta cada vez que Riley concede una entrevista o participa de una rueda de prensa: su relación con su legendario abuelo, del que ahora se ha convertido en administradora de su herencia.
Cuando se le pregunta en qué medida Elvis influyó para que se convirtiese en artista, Keough duda y luego aclara: "tal vez haya algo en mi ADN, pero creo que toda mi historia me ha convertido en la artista que soy hoy. Mi vida familiar ha tenido indudablemente una gran influencia en quien soy hoy", señaló el año pasado en Cannes.
Sin embargo, en una entrevista anterior había compartido que Elvis tenía una presencia singular en su vida, aunque no se dijera demasiado sobre él: "con mi madre nunca hablábamos sobre el tema. Pero es algo que estaba presente, y desde muy pequeña estaba acostumbrada a hacer cosas vinculadas a él, como ir a Graceland, ver a los fans y que nos tomaran fotos de la familia. Creo que el mayor impacto que tuvo ser la nieta de Elvis fue cuando iba a la escuela. Los niños decían muchas cosas y me preguntaban si había conocido a mi abuelo, o si mi abuelo era Elvis, y ese tipo de preguntas. Es algo que luego vi con mis hermanas más pequeñas, sobre todo cómo fueron dándose cuenta de lo que es la fama. Es difícil en la escuela que los niños te digan que tu abuelo es famoso. Pero nunca tuvimos con mi madre una conversación sobre este tema, porque era algo muy personal para ella, y era algo tan especial como normal. Ese fue el mundo en el que yo crecí".