Hugh Jackman revive el abandono que sufrió de pequeño
Con 'El hijo'
El actor pidió protagonizar la última película del francés Florián Zeller por las similitudes con su vida real
Mucho antes de que Anthony Hopkins se convirtiera en el actor de mayor edad en ganar el Oscar al mejor actor por El padre, cuando el director de esa exitosa película, el francés Florián Zeller, era uno de los dramaturgos más reverenciados del momento, Hugh Jackman ya llevaba mucho tiempo siguiéndole los pasos. Había visto la obra en la que se basaba la película que describe tan bien la confusión de un hombre que va cayendo en las garras de la demencia senil, y alguna vez había estado a punto de actuar en una de sus muchas obras. Pero cuando leyó El hijo, otra obra suya en la que se contaba la lucha de un padre contra la depresión profunda de su hijo adolescente, se sintió tan conmocionado que no dudó en escribir un correo electrónico a Zeller. “No sé si está danzando con alguien más. Yo no soy el tipo de persona que interrumpe una danza, pero si no lo está haciendo, me encantaría interpretar el papel y hablar con usted sobre esa posibilidad”. El dramaturgo y director se sorprendió, y acordó en plena pandemia un encuentro vía Zoom. Cuando habló con él, le bastaron ocho minutos para darse cuenta de que Jackman debía ser su protagonista. “Sentí que había algo muy fuerte sobre sus razones para conectarse con la historia, y me pareció que él tenía la disposición para hacer exactamente lo que yo necesitaba”, dijo. Lo que no imaginaba el actor que se ha convertido en sinónimo de Lobezno es que la experiencia de rodar la película sería tan desgastante.
En la historia, su personaje es un abogado de Nueva York que acaba de ser padre de un bebé con su nueva esposa (Vanessa Kirby), y que entre pañales y biberones debe asistir a Peter, un hijo de un matrimonio anterior (Zen McGrath), que en una crisis depresiva acusa a su padre de haberle arruinado la vida cuando decidió separarse de su madre (Laura Dern). Para sostener la moral de los integrantes del elenco, los productores del filme contrataron a un equipo de psiquiatras, quienes permanecieron en el plató para apoyar a los actores. En una entrevista con la BBC, Jackman confesó: “Fue la primera vez que vi algo así en una filmación. La gente lo usó y fue de verdad necesario”.
El australiano revela que tuvo que iniciar terapia para controlar la ansiedad y resolver traumas de niñez
El nominado al Oscar por Los miserables reveló que la experiencia le había servido para iniciar terapia para controlar la ansiedad que le había provocado volver a actuar después de la pandemia e intentar resolver ciertos traumas que le habían quedado de su niñez. Es que cuando tenía ocho años, sus padres se divorciaron, y su madre regresó a su Inglaterra natal con las hijas de la pareja, Zoe y Sonya, dejando a Hugh y sus hermanos Ian y Ralph a cargo de su padre en Sidney. En una entrevista con la revista australiana Who publicada en el 2018, Jackman había recordado el incidente: “Fue algo traumático. Yo creía que ella iba a regresar. Pero ese viaje se postergaba una y otra vez”. Cuando tuvo 12 o 13 años comprendió que su madre, que les visitaba una vez al año, se quedaría para siempre en Inglaterra.
Aunque con el paso de los años logró reestablecer la relación, Jackman pudo entender mientras leía El hijo, la sensación de abandono del personaje que luego interpretaría McGrath: “Fue como si sintiera un fuego en mi interior. Es más, el deseo de interpretar a este personaje fue una verdadera compulsión. Es un sentimiento tan escalofriante como hermoso, que rara vez sientes como actor. Sabes que ese papel es perfecto para ti en ese momento de tu vida y que lo tienes que hacer. El problema es que puede ocurrir que no te lo den”.
Si bien la recepción que tuvo el filme en el festival de Venecia no fue la mejor, la reciente nominación al Globo de Oro que ha recibido Jackman como mejor actor dramático por ese papel parece haber justificado el esfuerzo, ya que las probabilidades de que sea recompensado con una candidatura al Oscar aumentan cada día. Una curiosidad que tiene el filme es la escena que comparten Jackman y Hopkins, en la que el ganador del Oscar interpreta a un padre que no duda en decirle a su hijo adulto las frases más demoledoras: “Hopkins es un titán para mí. Es uno de esos actores que yo he admirado durante muchos años”, alabó Jackman.