Hugh Jackman: “No recuerdo nada de 1987, pasé todo ese año borracho”
Entrevista | Los estrenos de hoy
El actor estrena ‘El candidato’
A su carrera sólo le falta un Oscar, algo a lo que se acercó una vez, cuando fue nominado por Los miserables. Por eso, cuando Jason Reitman le propuso que se convirtiera en Gary Hart –aquel senador norteamericano que parecía tenerlas todas en 1987 para ser el candidato del partido demócrata a la presidencia de EE.UU., pero lo perdió todo cuando se descubrió que vivía un romance extramarital– el actor australiano no quiso desaprovechar la oportunidad. Después de todo, El candidato le dio la posibilidad de transformarse por completo, algo no muy habitual este hombre de rostro familiar que suele encabezar las grandes superproducciones del cine comercial.
¿Qué sabía sobre la historia de Gary Hart?
En 1987 yo estaba viviendo en Europa con 15 euros al día, y creo que estuve borracho la mayor parte del año, por lo que no recuerdo demasiado lo que pasó en ese entonces. A lo largo de los años escuché algunas cosas sobre él y Donna Rice, pero no conocía muy bien el tema cuando me llegó el guion. Aparentemente fue un momento muy breve de la historia política norteamericana pero dice mucho sobre lo que estamos viviendo ahora.
¿Le conoció personalmente?
Por supuesto. Quise conocerle y él fue muy amable y me permitió quedarme en su casa. Previamente, había hecho bastante investigación y hablado con sus asesores de campaña, que me decían que Gary era un hombre muy inteligente, uno de los mejores políticos de los últimos 50 años, pero a la vez muy enigmático. Yo nunca había interpretado a una persona viva y conocerle me puso muy nervioso. Íbamos a contar fue un momento muy difícil de su vida, probablemente algunas de las peores semanas que pasó. Tiene 82 años y hace poco celebró sus 60 años de casado. Obviamente en la película hay muchas licencias artísticas, porque nadie sabe qué es lo que habló él con Vera, su mujer. Gary Hart era un gran intelectual, un hombre que merecía ser escuchado. Creo que Jason ha hecho un gran trabajo al dejar cabos sueltos. Esta historia no tiene héroes ni villanos. Hay muchas preguntas y pocas respuestas.
En aquel momento, saber que Hart tuvo relaciones sexuales ilícitas acabó con su carrera. Pero hoy... ¿ha cambiado la moral?
Por supuesto. De todos modos, ya en aquella época, el 64% de la sociedad sintió que la prensa había ido demasiado lejos. Pero de todos modos, fue como un tsunami, una vez que empezó nadie lo pudo parar.
¿Habló con él sobre eso?
Indirectamente. Traté de no preguntar demasiado sobre esa semana horrible. Él me dijo algunas cosas que yo no sabía pero lo que más me impactó no tuvo nada que ver con ese tema: según él, pronosticaba lo que ocurriría con diez años de anticipación. Es cierto: hay grabaciones de él en 1984 diciendo que la guerra fría ya había terminado, que lo que nos tenía que preocupar era el vacío de poder que eso causaría porque iba a provocar un aumento del extremismo en Oriente Próximo. En 1998 él escribió un informe para el gobierno de Clinton diciendo que habría un atentado en el que miles de personas iban a morir, y que había que vigilar los centros de entrenamiento de pilotos. Fue un clarividente. Pero a la vez, estaba ciego en relación a la prensa: él creía que de ese tema del affaire no se tenía que hablar públicamente. Para él, sólo interesaba a su mujer, a nadie más, y ahí se equivocó...
Uno de los temas es el del derecho a la privacidad. ¿Se sintió identificado ya que usted también lidia con ese problema?
Los actores y los políticos están siempre bajo el microscopio. Pero yo he aprendido a lidiar muy bien con eso. Hay actores que lo viven como algo insoportable, pero no es mi caso. Yo tenía 30 años cuando hice X-Men, y a esa edad, uno sabe ya quién es, cuáles son sus principios, qué es lo que verdaderamente le importa. Yo llegué a la fama con los ojos bien abiertos. Mis hijos nacieron con un padre famoso. Pero en el caso de los políticos, a partir del Watergate, deben lidiar con el prejuicio de que son corruptos hasta que demuestren lo contrario, y es correcto que sea así, porque a todo el mundo le afecta quién es elegido presidente. En cualquier caso, la fama es algo extraño. No es algo que yo haya buscado pero, vamos, no está nada mal. Si a una persona le ofrecieran las llaves de un Lamborghini totalmente gratis y le dijeran que si se lo lleva va a tener que lidiar con el tráfico, ¿alguien iba a decir que no? Así es como yo veo la fama...