Marina Castaño: “Siempre he sido disfrutona, gamberra y juerguista”

Cerró la temporada de Ibiza 

En el 20º aniversario de la muerte de Camilo José Cela, la viuda del Nobel, casada con el cirujano Enrique Puras, se revela como una intelectual amante de la buena vida

La periodista mide con tiento en qué actos sociales aparecer; prefiere reservarse y no dejarse devorar por los flashes.

La periodista mide con tiento en qué actos sociales aparecer; prefiere reservarse y no dejarse devorar por los flashes.

Gtres

El viento del otoño, aún cálido, comenzó a barrer la isla a mediados de octubre. El cierre de la temporada congregó a algunas de las mejores amigas de Fiona Ferrer, embajadora de Ibiza Luxury Destination, el selecto club de producto de Fomento del Turismo de Ibiza. Entre ellas, Marina Castaño. Sigue siendo para muchos la viuda de Camilo José Cela, por más que lleve once años de relación y nueve casada con el cirujano Enrique Puras. 

No le pesa, o no demasiado, ese título etéreo, como no le pesó perder el de marquesa viuda de Iria Flavia al desposarse de nuevo. “Sin lugar a dudas, al fin y al cabo, un título no te da la felicidad y Enrique sí me la da. Somos distintos pero tenemos muchas aficiones en común: la gastronomía, los viajes, salir juntos y reírnos. Con Enrique te puedes enfadar pero no aburrirte y es lo mismo que dice él de mí. Nuestra sensación es recíproca”, señala en conversación con La Vanguardia.

Fiesta en Nobu y en un asiático de lujo

Marina asistió al cierre de la temporada en Ibiza invitada por su amiga Fiona Ferrer

Cada semana, Marina se enfrenta a la vida política, nacional e internacional, desde su tribuna en el diario La Razón. También la hemos visto regresar como tertuliana al plató de Espejo Público, en Antena 3. Apartada de primera línea de la fama tras finalizar una década de pleitos con Camilo José Cela Conde, hijo del Nobel de Literatura, ha continuado por la vía menos luminosa del candelero. En él, pero en segundo plano: 

“Es una elección de vida. Nunca he tenido afán de protagonismo ni cuando salía todos los días en la prensa, contra mi voluntad, por cierto. Prefería mantenerme al margen porque no soy una ‘famosorra’ sino que me he ido al lado intelectual. No tengo inconveniente en posar en un photocall pero me reservo bastante”.

Mejor, al margen

Dice no haber tenido nunca afán de protagonismo, tampoco cuando era esposa de Cela

Con su marido, Enrique Puras, en el funeral de Carlos Falcó, marqués de Griñón.

Con su marido, Enrique Puras, en el funeral de Carlos Falcó, marqués de Griñón.

GTRES

Marina es feliz, como muestra sin ambages en su cuenta de Instagram. Esta noche está cenando en Chi Kee Wun, un asiático de lujo recién abierto en Ibiza. Cuando no está recluida en su estudio leyendo o escribiendo, la llena de gozo el dolce far niente: “Yo creo que he nacido disfrutona, con lo que no es nuevo. Siempre he sido disfrutona, gamberra, juerguista… Con eso naces y te vas al otro mundo”. 

También es muy hogareña y su tarde ideal sería cocinando en casa para amigos –tirando de fogones, a la antigua, como recuerda que eran las meriendas en casa de su abuela– o bien recluida entre interminables anaqueles atiborrados de libros: “Echo muchas horas en el estudio escribiendo, tanto, que mi marido me dice a veces “a ver si sales ya de ahí”. Pero es donde me encuentro realmente bien, acompañada por mis fotos, mis libros, el ordenador…. Una estantería con libros es el mejor paisaje”.

Los Cela y Marina Castaño el día de la entrega del premio Nobel, en diciembre de 1989

Los Cela y Marina Castaño el día de la entrega del premio Nobel, en diciembre de 1989- 

EFE

Cree que son desagradecidos

Le molesta que Cela no haya tenido mayor reconocimiento en Galicia, tanto por autoridades como por sus paisanos 

Este año se cumplen 20 de la muerte de Cela, su segundo marido. La relación entre una joven y atractiva periodista y un Nobel de Literatura bien entrado en años fue jugosa comidilla mediática durante mucho tiempo. A Marina no le hastía responder a cualquier pregunta al respecto: “Para nada. Ha formado parte muy importante de mi vida, hemos estado muchos años juntos y fue la persona junto a quien maduré y de la que tanto aprendí. Demostramos a la gente que se equivocaba. Pero no olvidemos que entre Pablo Picasso y Jaqueline había una diferencia de 47 años; a nosotros ‘solo’ nos separaban 42”, aclara con sorna.

Pero sí le molesta que Cela no haya tenido mayor reconocimiento en Galicia: “Me parece de una ingratitud total, tanto por los políticos como por los paisanos. Así somos en España”. Cierto es que el Nobel se estableció en Madrid y escogió como refugio una finca en Guadalajara, pero “¿Dónde dejó su valiosísimo legado? Su biblioteca, su pinacoteca, hemeroteca, epistolario… En Iria Flavia, la aldea donde nació”, zanja su viuda sin réplica posible.

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