Surfea su repentina fama con sentido del humor y la misma lucidez del Profesor, ese líder atípico que encarna en La casa de papel, aunque con un tono más entusiasta y expansivo. Morte (Algeciras, 1975) llevaba una carrera discreta, trabajada en televisión y en teatro, con compañía propia (300 pistolas). Ahora es un actor mediático, feliz y a la vez “aturdido” con el fenómeno en que se ha convertido la serie en todo el mundo.
Se encuentra en pleno rodaje de la quinta y última entrega. Millones de espectadores ansían conocer el final…
¡Yo también estoy deseando saberlo! Te prometo que no sé nada más allá del capítulo 5 que acabamos de recibir. Así trabaja Álex Pina, tiene la idea de por dónde quiere ir, pero el guión está abierto a lo que va surgiendo en rodaje.
¿Y a ciertas "peticiones" de los actores? Como la que hizo, junto a Pedro Alonso (que encarna a Berlín) para que sus personajes fueran hermanos...
Efectivamente (ríe). La verdad es que la comunicación es muy fluida con los creadores. En esta temporada también he propuesto algunas ideas. A veces las compran.
¡Yo también quiero saber el final! No sé nada más allá del capítulo 5. Así le gusta trabajar a Álex Pina, el guión está abierto a lo que va surgiendo en el rodaje”
¿Qué personaje sorprenderá más?
¡Me cortarían el cuello si dijera algo! Por ahí hay hasta rumores de que me matan. Espero que no, porque el personaje me encanta. Sólo diré que será una temporada que no dejará el más mínimo respiro al espectador.
¿Cómo consiguió el papel?
Fue un casting muy duro y largo; dos meses y medio de pruebas. Yo ya no podía más. El primer día, me preparé la secuencia al estilo George Clooney en Ocean’s Eleven. La pasé, pero para la siguiente vienen y me piden que haga un personaje más nerd y friki y yo me quedé de piedra. Querían un tipo retraído pero que hubiera cierta atracción con la inspectora, oscuro pero que te pudieras reir con él, con mucho carisma pero sin pretenderlo, tanto que no puedes evitar seguirle.
¿El público ha conectado más con la historia por el descontento social y político actual?
Pienso que es una de las razones. Esta cosa revolucionaria de que el pequeño pueda en un momento dado enfrentarse al grande con cierto éxito. Vivimos una incertidumbre brutal, un descreimiento en la clase política absolutamente merecido.
Con lo mal que lo estamos pasando, ¿qué tal si aparcamos las diferencias y crecemos como sociedad? En cambio, es terrible ver como los dirigentes buscan su beneficio político y no el social”
Aumentado con la pandemia. ¿Cómo la está viviendo?
Hemos tenido todos la oportunidad de intentar hacer las cosas bien. Con lo mal que lo estamos pasando, ¿que tal si por una vez trabajamos juntos, aparcamos las diferencias y crecemos como sociedad? Y en cambio en cuanto a la gestión política estamos incluso peor que antes. Es terrible ver que los dirigentes buscan su beneficio político y no el social. Descorazonador. Por ello puede resultar atractiva una ficción sobre gente que se rebela contra el sistema.
¿Le extraña que no surja una Resistencia de algún tipo en nuestra sociedad?
Eso también dice mucho de nosotros. Ha habido otras generaciones en las que la gente sí ha reaccionado. No sé qué más necesitamos que nos pase. Me pregunto si es una cuestión de educación o que nos hemos vuelto cómodos como sociedad. Hay gente a quien le preocupa su universo y poco más.
Cuando hay problemas tan globales…
Estoy harto de ver políticos que justificaban vetar la entrada a inmigrantes porque lo primero soy yo y mi familia. Cuando su papel sería buscar el bien común. Es denigrante que ya casi no hablemos de los refugiados en Siria. Siguen ahí y les hemos cerrado las puertas. La gente sigue muriendo de hambre en tantos lugares. Como escribió David Trueba durante el confinamiento: ¿Qué pasaría si de repente tuviéramos que buscar asilo en África porque se nos ha dado la vuelta a la vida?
Al margen del robo, la serie plantea cuestiones como la lealtad, quién es bueno y malo realmente o por qué me llamas a mi ladrón y no le dices lo mismo al Banco Central Europeo”
¿La serie tiene mensaje?
Al margen del robo, se plantean cuestiones como la lealtad, quién es bueno y malo realmente, por qué me llamas a mi ladrón, que lo soy, pero no le dices lo mismo al Banco Central Europeo o al Fondo Monetario Internacional. La serie anima a mirar desde otras perspectivas. El Profesor jamás busca el beneficio propio. Nos haría falta algún dirigente que se adelantara a los acontecimientos. Veo cómo se ha gestionado la vuelta al cole, por ejemplo, y se me cae el alma a los pies.
¿Cómo se definiría usted?
Qué difícil…Intento ser muy currante, perfeccionista, aunque asumí un día que la perfección no existe y ya no me frustro. Suena pedante pero es que le echo todas las horas del mundo. Y lo disfruto mucho. Si me dejo invadir por un proyecto y de repente me hablas intentaré responderte con cortesía y coherencia, pero mi mente estará ya lejos (ríe).
En esa capacidad de trabajo coincide con su personaje.
En esta sociedad cómoda, me gusta esa idea suya de que con esfuerzo se pueden mover montañas. Él tiene un objetivo y va a por él, con toda la calma del mundo, durante años. No le importa ser un nerd, un Friki, ni lo que piensen los demás. Aunque tampoco es que sea un ejemplo a seguir. Es algo retrógrado, sin amigos. ¡Hay que salir, bailar y divertirse un poco más, hombre!
Su carrera era tranquila, ahora es un actor mediático, con 11 millones de seguidores en Instagram. ¿Cómo lo gestiona?
¡La posibilidad de que sucediera algo así era tan remota! Llegar a todo el mundo desde aquí era impensable. Y es muy descolocante. La gente viene con cariño, pero dejas de ser anónimo. Y te miran, en todas partes. Y no un día. Siempre. Me gusta ir cada año a Londres y la última vez, a pesar de que me pongo gorra, sombrero o lo que pillo, me reconocieron y se generó tal pelota de gente que acabé refugiándome en un restaurante. Son daños colaterales. Lo que tengo claro es que no me fotografío cuando voy con mis hijos.
Cualquiera que se dedique a esto sabe que un día estás arriba y otro abajo. Al empezar en este oficio yo había hecho teatro en lugares terribles. Si eso se me olvidara, sería poco menos que gilipollas”
Le ha pillado con una edad y una vida familiar que probablemente hará más fácil controlar el ego.
Cualquiera que se dedique a esto sabe que un día estás arriba y otro abajo. Ahora tengo una enorme suerte, y lo disfruto de forma sana. Pero cuando arrancaba en este oficio yo había hecho teatro en lugares terribles, si eso se me olvidara…sería poco menos que gilipollas.
Iba para ingeniero cuando se le cruzó la vocación.
Así es, lo ví claro. Logré una beca para una escuela maravillosa de interpretación de Finlandia, un lugar con un gusto tremendo por la cultura escénica.
Superó un cáncer.
Sí, a los 33 años. Eso te aclara bastante el camino. Le quitas importancia a lo que no la tiene sin ningún pudor ni miedo.
¿Su otra pasión?
La música. Soy un pésimo tocador de instrumentos. Tengo guitarra, bajo y piano, mi asignatura pendiente. ¡Soy malo, eh!, pero me lo paso en grande.
El auténtico "botín"
El impulso a una carrera
Tras pasar por Copenhague y Lisboa, el actor gaditano rueda en Madrid la temporada final de La Casa de Papel. Desde que la serie se convirtió en fenómeno, Álvaro Morte también está imparable. Ha alternado los rodajes de sus distintas temporadas con papeles muy distintos para otras plataformas. Varios perfiles dispares contra cualquier tentación a encasillarle. Desde El embarcadero a The Head, pasando por La rueda del tiempo, sobre los libros de Robert Jordan. Y tiene ya dos contratos firmados para después del rodaje.