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Artesanía y cultura: la nueva conexión mexicana de Carolina Herrera en su colección resort

Moda

De la mano de su director creativo, Wes Gordon, Carolina Herrera llega a México para rendir homenaje, con delicadeza, a la belleza artesanal y a un paisaje cultural que conecta lo ancestral con lo contemporáneo.

Diseños de Carolina Herrera inspirados en Ciudad de México

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En Ciudad de México no hay espacio para el término medio. Es un lugar donde lo contemporáneo convive con lo clásico y lo antiguo se entiende con lo nuevo. Donde la salsa pica o pica, porque salsa no es lo mismo que aliño. Con un área metropolitana de 23 millones de personas, en Ciudad de México el ruido, un runrún de motor que en ocasiones tiene ecos de jazz o rancheras, no cesa. Lo único templado que tiene es el clima, que sin duda colabora a que la ciudad se encuentre en ebullición. 

“Culturalmente, Ciudad de México está en el epicentro de todas las conversaciones sobre arquitectura, arte, cine, moda, cocina… la energía creativa aquí es enorme”, asegura Wes Gordon, director creativo de Carolina Herrera, que ha elegido este enclave para inspirar y presentar la colección Resort 2025 de la firma. Es el día antes del desfile y la mañana después de la cena organizada por la casa del Grupo Puig en Contramar, un imprescindible de la ciudad, cuya chef y fundadora, Gabriela Cámara, firmará toda la oferta gastronómica del viaje, que continuará con un cóctel en Casa Pedregal de Barragán y la fiesta posterior al desfile.

Wes Gordon, director creativo de Herrera, en el Museo Anahuacalli

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Desde los primeros 2000, los desfiles Resort o celebrados en destino suponen ocasiones únicas para acercarse a mercados relevantes. Con una duración de entre dos y tres días plagados de experiencias que representan el estilo de vida que quieren transmitir las firmas, estos viajes también son perfectos para estrechar lazos con las clientas que, junto a celebrities e influencers, suelen formar parte de las listas de invitados.

 “Estoy obsesionado con nuestras clientas”, confiesa Wes Gordon. “Me encanta pensar qué les gustará llevar, qué les hará sentir emoción. Creo que lo inusual en mí como diseñador es que el proceso no acaba en la pasarela, el final es cuando una mujer de cualquier parte del mundo compra la prenda, se la lleva a casa y la usa. Entonces, mi trabajo está hecho.” Precisamente pensando en las clientas Gordon y su equipo han puesto en marcha por primera vez con esta colección el sistema see now buy now, que permite la compra de las prendas en el momento en que se presenta.

Al llegar, me enamoré de la geometría del patio y el edificio, ideado por Diego Rivera en estilo precolombino”

Wes GordonDirector creativo de Carolina Herrera

“Creativamente, los códigos de la marca que celebro en Herrera son el color, el optimismo, la alegría de vivir [dice en español], la risa, la música, la familia, la amistad… todo lo que hace bella a la vida. Ciudad de México encarna todas esas ideas”. El director creativo se refiere al rojo carmín, naranja cempasúchil, verde césped o rosa Barragán que salieron a escena en el Museo Anahuacalli, cuyo patio albergó el show: “Tan pronto como llegué allí, me enamoré de la geometría del patio y el edificio, ideado por Diego Rivera en estilo precolombino” confiesa Gordon. “Es increíble, simboliza el antiguo y el nuevo México de una forma filosófica”. De hecho, la paleta de color imita los tonos del atardecer que contrastan con la piedra volcánica del edificio.

Pendientes y collar de jícara pintados a mano, diseñados en colaboración con Araceli Nibra Matadamas, de la colección Resort 2025 de Carolina Herrera.

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Una de las claves de la colección fue la colaboración con cuatro artesanas de distintas partes del país en cuyas manos está el presente y el futuro de sus respectivas tradiciones locales, materializada en prendas disponibles bajo pedido que cuentan con los coloridos bordados de Maestra María de los Ángeles Licona San Juan (El Nanthe, Tenango de Doria, Hildalgo), o los que rinden homenaje a la cultura nahua de Virginia Verónica Arce Arce (San Isidro del Buen Suceso, Tlaxcala). 

Piezas como los botones y aplicaciones que interpretan la talavera de Jacqueline España Capilla (Tlaxcala) y las joyas de jícaras que Araceli Nibra Matadamas pinta y decora en celebración de la cultura artesanal de Oaxaca. “Colaborar con ellas fue un honor, porque permitió que la historia que estamos contando sea más rica y esté más arraigada en la cultura mexicana”, comenta Gordon. También fue un gesto de apreciación y respeto.

Vestido camisero y joyas tradicionales confeccionadas con la colaboración de una artesana local

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Fue una colección bonita en un momento en que la moda no lo es tanto, porque la belleza es el fin que persigue Gordon desde que fue nombrado director creativo de Herrera en 2018. “Hace mi vida más fácil”, afirma a propósito de su tarea. “Hago seis colecciones al año, cada día es una locura. Si coges mucha perspectiva se vuelve abrumador, pero si te centras en cada decisión y sabes que el objetivo de cada una de esas decisiones es elegir la respuesta a ‘¿Qué es lo más bello?’, te da una clarísima estrella polar para navegarlo todo”. 

Y continúa: “Es una cuestión de blanco o negro: me siento en las pruebas, miro un vestido y me pregunto si es bonito. Si la respuesta es no, pienso cómo hacer que lo sea. Así vivo los días, es una fórmula muy simple y no es una invención nueva. Carolina Herrera, como firma, defiende la belleza”.

Somos una de las últimas firmas que tenemos un atelier completo en Nueva York”

Wes GordonDirector creativo de Carolina Herrera

El equilibrio de referencias logrado con esta colección también es en parte fruto de la combinación de elementos que está en el corazón de la firma: “Es una casa única porque su composición es muy interesante: la señora Herrera es venezolana, su marido es venezolano y español, la marca se estableció en Nueva York en la Séptima Avenida en 1981 y ahora es parte de una empresa ubicada en Barcelona. Es una herencia latina muy fuerte de la que estamos muy orgullosos, como también lo estamos de la moda americana de la Séptima Avenida y su pragmatismo”. Allí está su oficina y taller, y desde allí mantuvo comunicación con las artesanas que han colaborado en la colección Resort.

 “Desarrollamos parte de la producción en nuestro atelier. Siempre digo a la gente que visita Nueva York, Times Square, que no tienen ni idea de que 16 plantas sobre su cabeza hay personas con chaquetas blancas cosiendo, cortando, planchando… es romántico. Somos una de las últimas firmas que tenemos un atelier completo allí. Fue creado por la señora Herrera y trabajar allí es, probablemente, la parte más divertida de mi trabajo”. 

Vestido crepé, con pendientes y broche de mariposa

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Para que eso siga sucediendo, la firma tiene un acuerdo de becas con el Fashion Institute of Technology: “Es nuestra manera de aportar un granito de arena a la siguiente generación de artesanos y talento. Creo que apoyar es muy propio de esta industria, aunque existe esta idea de que la moda es un club cerrado y exclusivo. En realidad, es como una familia de miembros extremadamente trabajadores que eligen una carrera por la que sienten pasión. Por eso estamos deseando ayudar a otros a que vivan el mismo sueño”.

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