Jennifer Lopez ha vivido los meses más complicados de su vida. Tras semanas de rumores, la artista solicitaba el divorcio de Ben Affleck, poniendo fin a una de las relaciones más mediáticas. En los papeles, se supo que la pareja llevaba separada desde el mes de abril y la decisión final la tomó la actriz, que pasó la mayor parte del verano en los Hamptons junto a sus hijos.
En plena separación, Lopez también sorprendía con un nuevo estilo mucho más refinado y con una nueva firma de cabecera: Dior. La casa francesa se convertía en la mejor aliada de la protagonista de Planes de boda para cambiar radicalmente sus estilismos al más puro diva del Bronx por otros más sobrios y clásicos.
Esta semana, Jennifer era fotografiada durante un paseo por Los Ángeles con un conjunto que confirmaba este estilo chic que no acaba de convencer a sus seguidores. Lopez optaba por un total look negro formado por un jersey tipo polo de mangas tres cuartos y lazada al cuello y botones y un pantalón sastre de corte capri.
Un conjunto que combinaba con unas bailarinas con tiras entrelazadas de la maison, confeccionadas en piel de becerro y con el detalle de una perla en el centro que aportaba ese toque especial a uno de los calzados más tendencia del otoño. La actriz completaba el look con un bolso de piel de cordero de Chanel y gafas de sol de Gucci.
Esta propuesta ya la llevó el pasado julio también en Los Ángeles, en una jornada donde se mostró muy seria. En esa ocasión, apostó por una camisa blanca y unos pantalones de raya diplomática que le favorecían mucho más que los que llevaba esta semana, puesto que tenían el tiro alto y unas pinzas que estilizaba la figura.
Lopez, que llevaba unos pendientes de aro dorados bastante grandes, estrenó ese día las bailarinas D-Joy de la firma liderada por Maria Grazia Chiuri, un calzado que ponía el toque perfecto a un estilismo ideal para la oficina y que parece que se ha convertido en su favorito de la temporada.