“La moda no existe solo en los vestidos; está en el cielo, en la calle...”: el plisado infinito de Issey Miyake

Un genio de la costura

El maestro nipón dedicó su vida a crear prendas contemporáneas fusionando la tradición de su país y nuevas técnicas de producción

‘Backstage’ del  desfile de Issey Miyake en la  Semana de la Moda de París en el 2016

Descripción de la imagen

Steve Wood / Popperfoto

“El diseño no tiene como finalidad la filosofía, sino la vida. Hay que pensar en cosas que se puedan crear, no destruir, y que aporten belleza y alegría. Mi fascinación ha sido el espacio entre la tela y el cuerpo, y emplear un elemento bidimensional para vestir de forma tridimensional”, decía el gran diseñador japonés Issey Miyake, fallecido hace poco más de dos años. Su obra y sus procesos creativos habían sido recogidos por Taschen en 2016, antes de su muerte. 

Es precisamente por ello que la editorial ha lanzado recientemente una versión actualizada y ampliada de los recuerdos e ideas vanguardistas de este maestro a lo largo de más de 80 años, ilustrada con imágenes de sus trabajos y de las sesiones que llevó a cabo en numerosas ocasiones el fotógrafo norteamericano Irving Penn. “A Miyake le encantaba contar historias de manera visual. Su obra es un plisado infinito que cubre la cultura, la ciencia, la estética, el diseño, la funcionalidad y una búsqueda incesante de atemporalidad”, expone Midori Kitamura, presidenta de Miyake Design Studio y colaboradora del diseñador durante más de 45 años.

La modelo Iman vistiendo un modelo de Miyake 
de 1977.  Envuelto en seda roja, el estampado ‘Arco iris de Italia’, de Tandori Yokoo, con quien colaboró en 1977 y 1978

La modelo Iman vistiendo un modelo de Miyake de 1977. Envuelto en seda roja, el estampado ‘Arco iris de Italia’, de Tandori Yokoo, con quien colaboró en 1977 y 1978

Issey Miyake

Graduado en Diseño Gráfico en 1964 por la Tama Art University de Tokio, el renombrado diseñador nacido en Hiroshima en 1938 anhelaba, a su temprana edad, ser bailarín y pasaba horas estudiando las revistas de moda de su hermana, pero la familia insistió en que fuese a la universidad. Poco después de terminar sus estudios, se estableció en París y, con vocación de dedicarse a la moda, entró en la cámara sindical de la alta costura francesa y empezó a trabajar como asistente de Guy Laroche. Era tal su frenesí y capacidad de trabajo que también colaboró con Hubert de Givenchy, entregándole casi 100 posibles diseños a diario.

Tras una temporada en Nueva York, donde estuvo empleado en los talleres de Geoffrey Beene, regresó a Tokio en 1970 y fundó la Miyake Design Studio. “Se pasaba horas en los museos y tenía verdadera pasión por la obra de los escultores Brancusi y Giacometti. En el ámbito de la moda, su principal fuente de inspiración fue Madeleine Vionnet, la inventora del corte a bies, que otorgó movimiento a la vestimenta femenina. Todo ello le llevaría en 1980 a investigar con nuevos métodos de plisado que aportasen flexibilidad a unas ropas que fuesen fáciles de cuidar y de producir”, remarca Joy Clemens, profesora en la escuela londinense Central Saint Martins.

La serie Botanical Garden (arriba), creada por el diseñador gráfico Ikko Tanaka, combina tela con trozos de papel cortados a cuchilla

La serie Botanical Garden (arriba), creada por el diseñador gráfico Ikko Tanaka, combina tela con trozos de papel cortados a cuchilla

Issey Miyake

El plisado de Miyake es en realidad un tejido y una técnica, no una prenda por sí misma. En lugar de cortar y coser ropas plisadas anteriormente, este genio patentó una nueva fibra con la que confeccionaba prendas a partir de un acordeón de papel y un planchado de calor que encogía y plisaba la tela. Así logró dar forma a prendas confortables y elegantes a unos costes muy diferentes de la alta costura. 

“Inspirándose en Mariano Fortuny, Madame Grès y Vionnet, y apoyándose en la tradición del origami, llevó los plisados a la cotidianeidad y contemporaneidad. Aún hoy en día la periodista británica Suzy Menkes no viaja sin alguna creación de Miyake. Su confección ligera y que ni se arruga ni se deforma, evitando el esclavismo del planchado, fue toda una revolución vanguardista”, apunta la estilista de la nueva tienda Dover Street Market en París, Marianne Takahashi. Otro de los fieles a Miyake fue Steve Jobs con su jersey de cuello vuelto.

El plisado de Miyake es en realidad un tejido y una técnica, no una prenda por sí misma

Precisamente en esa época, Miyake formaba parte del grupo The Big Three, junto a Yoshi Yamamoto y Rei Kawakubo, la diseñadora de Comme des Garçons. “En el caso de Miyake, recuperó el uso de telas como el sashiko, el shijiraori o el oniyoryu, a la vez que investigaba sobre la posible aplicación de otros materiales como el plástico, el papel o el ratán”, nos recuerda Clemens. 

Y añade: “Para unos Juegos Olímpicos no se puede crear un outfit específico para cada atleta, sería imposible por tiempo y coste. En 1992, la delegación de Lituania pidió a Miyake su uniforme. Empleó su técnica de plisados Pleats Please, ya que, como dijo, los cuerpos de los atletas son muy distintos entre sí, por lo que encapsularlos en un solo diseño sería muy complicado. Con sus conocimientos logró una flexibilidad de tamaños y formas que sería crucial en la trayectoria del sportswear. A partir de esos Juegos pasaría a diseñar para otros países cada 4 años”.

Vestido de la serie Work con impresión offset

Vestido de la serie Work con impresión offset

Issey Miyake

Miyake fue uno de los primeros diseñadores japoneses en desfilar en Francia, concretamente en 1973, lo que posicionó a Japón en el mapa internacional de la moda. Fue precisamente allí donde, en 1998, presentó el sistema A-POC, acrónimo de A Piece of Cloth (un trozo de tela), consiste en un telar informatizado capaz de crear un rollo de tela continua en forma de tubo, de la que es posible extraer prendas y conjuntos totalmente acabados en un único proceso. Tras A-POC llegó HaaT (mercado del pueblo en sanscrito), una segunda línea que combinaba las prendas del día a día con el lujo y la exclusividad de la casa.

“La naturaleza es el mejor perfumista, todo lo que tienes que hacer es inspirarte en ella”, decía Issey Miyake, quien siguió a pies juntillas su propia máxima para dar a luz uno de los perfumes más revolucionarios de todos los tiempos, L’Eau d’Issey. Otras fragancias se fueron sucediendo y hoy se mantienen bajo la batuta del actual director creativo de la maison, Satoshi Kondo.

Miyake fue uno de los primeros diseñadores japoneses en desfilar en Francia, concretamente en 1973

Miyake también creó el vestuario del ballet de Frankfurt, que se ha podido ver en las distintas exposiciones de la obra del creador nipón, como en la Fundación Cartier de París, en el MoMA de Nueva York y en el National Art Center de Tokio. Muestras en las que se respira tradición y pasión por innovar: “La moda no es algo que exista solo en los vestidos. La moda está en el cielo, en la calle, la moda tiene que ver con ideas, con la forma en que vivimos, con lo que está sucediendo”.

'Issey Miyake'

Portada del libro 'Issey Miyake'

Taschen
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