Llegan tarde y se portan regular, pero las ‘celebrities’ salvan la New York Fashion Week

Fashion week

En un momento en que se cuestiona la relevancia de esta cita con la moda, las firmas recurren al as en la manga que es contar con personalidades en su desfile

Madonna, Ice Spice y Bad Gyal asisten a American Express® Gold

Madonna, Ice Spice y Bad Gyal asisten a American Express® Gold

Getty Images for American Expres

La intención pudo no ser mala, pero el momento en que la organización sin ánimo de lucro Partnership for New York City decidió hacer público un estudio en el que subraya el declive de la semana de la moda de la ciudad, sólo dos días antes de su inicio el pasado viernes, no pudo ser casualidad. De acuerdo a sus cifras, los empleos relacionados con la industria han caído un 30% en la ciudad desde 2014 (de 182.000 a 129.000), y el número de estudiantes de moda en sus tres escuelas más importantes ha disminuido otro tercio: de 3.826 en 2016 a 2.668.

Nueva York solía ser el lugar al que acudían los diseñadores emergentes (el fin de la era de los grandes almacenes, que descubrían, compraban y comercializaban las colecciones de esos jóvenes talentos, tiene mucho que ver), y ahora sólo es un lugar en el que hacerse un hueco es tan difícil (y caro) como en cualquier otra capital de la moda. Como consecuencia el evento ha perdido relevancia, y las marcas lo saben. Por eso estos días han recurrido a las celebrities para alcanzar la viralidad en el medio que inevitablemente y por exceso ha contribuido a la decadencia de los desfiles: las redes sociales.

El viernes Ralph Lauren celebró el suyo en Bridgehampton con una tarde-noche tan Ralph Lauren como un período de tiempo puede llegar a ser. Hubo exaltación de la familia, de la riqueza, del estilo preppy. La firma no va a cambiar hasta que no tenga que hacerlo, y como la ropa fue fiel a su look lo que generó más conversación fue la presencia de Jill Biden, que ya está transitando el camino de la categoría de personalidad política a celebridad. Naomi Watts, Jude Law y Tom Hiddleston también estuvieron allí, felices de asumir el papel secundario en esta película.

Cuando comenzó la semana de la moda todavía resonaba el eco de la reprimenda que Anna Wintour dedicó a Naomi Campbell por llegar tarde a una gala en la que la directora de Vogue debía entregar un premio a la modelo. “Soy una persona muy puntual y tengo el honor de presentar esta noche a una persona que suele llegar tarde”, dijo Wintour antes de abandonar el escenario al que tenía que subirse Campbell para recibir el premio. “No fue mi elección tener a la otra señora, preferiría esto”, dijo la modelo señalando a la editora de Harper’s Bazaar, Samira Nasr, que fue la encargada de entregarle finalmente el galardón. Riñas de señoras aparte, en esta Semana de la Moda de Nueva York ha habido más celebrities que han llegado tarde.

La rapera Lil’ Kim llegó con tanto retraso al desfile de Christian Siriano que los vídeos en redes sociales que registraron su entrada en la sala la muestran recorriendo la pasarela junto a dos guardaespaldas y a las modelos del show. Rihanna también llegó tarde al desfile de Alaïa, que cambió de continente para mostrar su colección Winter Spring en el Guggenheim. El desfile comenzaba a las 20:30 y la artista llegó a las 21:08, pero, como aseguraron varios medios al día siguiente, Rihanna siempre llega tarde. Decir que la colección estuvo a la altura del entorno no supone un ápice de exageración.

El sábado, la cómica y actriz Tiffany Haddish hizo de las suyas en el desfile de Monse, con una pequeña ayuda de las chicas Hilton. Kathy, la madre, retó a Haddish a recorrer la pasarela antes del desfile. El resto de los invitados recibieron el gesto con tanto entusiasmo que también fue la encargada de cerrarlo. Anécdotas aparte, la firma de Laura Kim y Fernando Garcia ha recibido un buen empujón de gente mediática últimamente: a la aparición de Michelle Obama en la convención demócrata con sus prendas que les reportó dos millones de dólares en ventas en una semana, se sumaron en la noche del jueves los dos looks de la firma que llevó Taylor Swift en los MTV Video Music Awards. Si 400 mil personas hicieron clic el enlace que la artista añadió a su post de Instagram respaldando la candidatura de Kamala Harris, ¿qué no habrá hecho por Monse estos días?

Entre los mejores momentos del front row de la última semana cabe destacar el protagonizado por Bad Gyal en Luar, donde se sentó al lado de Ice Spice y Madonna. Nuestra Badgy, por cierto, también actuó en la fiesta que Marc Jacobs celebró con el medio Highsnobiety.

En el capítulo de los clásicos: Wes Gordon presentó para Carolina Herrera una colección de vestidos (de los que hacen suspirar) en colores híper saturados (de los que mejor sientan) ante la mirada de estrellas patrias como Macarena García y Amaia, y figuras internacionales como Karlie Kloss o Carolyn Murphy. Proenza Schouler contó en su casting con la it girl Devon Carlson y Michael Kors convocó a habituales (Kerry Washington, Suki Waterhouse) y sorpresas, como Lindsay Lohan.

Lindsay Lohan en Nueva York

Lindsay Lohan en Nueva York

Variety via Getty Images

La Semana de la Moda de Nueva York dejó muchos momentos de reunión y numerosas fotografías. Kering celebró el martes su cena anual “Caring for Women”, a la que asistieron Lindsay Lohan, Kim Kardashian, Leonardo DiCaprio, Katy Perry, Orlando Bloom y Oprah, entre otros. Al día siguiente, Balenciaga hizo lo propio en su renovada tienda del SoHo. La firma, por cierto, también inauguró una nueva boutique el jueves en el número 10 de la calle Ortega y Gasset de Madrid.

J.Crew organizó otra cena para festejar el relanzamiento de su catálogo, y Saks Fifth Avenue y Loewe sentaron a la mesa a Meg Ryan y Greta Lee con la (buena) excusa de los escaparates que la firma ha creado en la sede de los grandes almacenes de la Quinta Avenida. En declive o no, la New York Fashion Week sigue siendo un punto de encuentro importante para la industria de la moda y del entretenimiento. Sólo por eso ya tiene sentido su existencia.

En declive o no, la New York Fashion Week sigue siendo un punto de encuentro importante para la industria de la moda

Una cosa más: The Row, que cambió Nueva York por París en 2022 (ya había celebrado un primer desfile en la capital francesa en 2015), ha logrado ser uno de los nombres más comentados de la semana. La firma de Mary-Kate y Ashley Olsen buscaba inversores desde hace unos meses, y ahora se ha sabido que han vendido una parte minoritaria de su negocio. ¿A quién? Según Bloomberg, a la familia Wertheimer, propietaria de Chanel, y a la familia Bettencourt, que debe su fortuna al gigante L’Oréal. 

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