Este 4 de julio David y Victoria Beckham han celebrado su 25º aniversario de bodas recreando una de las imágenes más icónicas del día de su compromiso oficial. “No puedo creerme que hayan pasado 25 años y nos sigan quedando bien”, -bromeaba la ex Spice girl en su cuenta de Instagram-.
Fue en el año 1999 cuando ambos caminaron hacia el altar de una forma un tanto peculiar. Eran una de las parejas más mediáticas del momento y todos los focos estaban puestos en la gran estrella del fútbol inglés y en la integrante del famoso grupo de música pop. Contra todo pronóstico aparecieron vestidos de arriba abajo del que probablemente sea el color menos visto en una ceremonia nupcial: el morado.
Victoria Beckham llevaba un vestido de corte sirena en satén con corsé integrado y con unas grandes flores en violeta y rojo en uno de los tirantes. David se vistió con una americana cruzada de doble botonadura y pantalones acampanados en un satén brillante. Unos estilismos a cargo de Antonio Berardi que obnubilaron a todo el personal y fueron portada en todos los tabloides. Y por si esto fuera poco, también vistieron a Brookyln, que apenas tenía unos meses de vida, con un trajecito, zapatillas, babero y sombrero al estilo cowboy a conjunto.
Algunos dijeron que se trataba de una superstición, otros que era sencillamente un intento de llamar la atención. Veintidós años más tarde, en una entrevista en el programa de Jimmy Fallon, Victoria Beckham confesó que se trató de una decisión poco meditada. “Creo que fue una ingenuidad en ese entonces. No sabíamos mucho sobre moda. Simplemente nos divertíamos con ello, lo cual, siendo honesta, es un poco como debería ser”.
En el documental de los Beckham, emitido en Netflix, el exfutbolista también habló sobre esas polémicas fotos nupciales. “Estoy tratando de recordar cuándo decidí usar un traje morado, pero no sé cuándo pasó. Creo que tomó la decisión Victoria pero, ¿en qué diablos estábamos pensando?”, rió. “Pero fue divertido, no nos preocupábamos por lo que la gente diría”.
El traje de novia que llevó en el altar, antes de la celebración la boda, lo confeccionó Vera Wang. Este era de un color champán y la propia diseñadora lo llamó “el vestido transatlántico” en referencia a las complicaciones que tuvo la creación del modelo exclusivo, que llevaba un corsé confeccionado por el modisto Mr. Pearl.
“Se necesitaban unos 45 minutos para atar los cordones y la cintura puede bajar literalmente a 18 pulgadas”, dijo Wang. Victoria viajó hasta Nueva York en dos ocasiones para pruebas adicionales del vestido y Wang voló a Londres para ponerle el corsé a Victoria en el día de la boda.
En el último momento Victoria Beckham se quedó embarazada y tuvo que retrasar la boda y, por ende, la confección del vestido. “Lo retrasamos dos años. Luego retomamos y así es como yo llamo el vestido y la boda transatlántica entre Victoria y David”, bromeó Wang.