Nadine Sierra, la soprano de 35 años que quiere renovar la imagen de la ópera

Una dulce romanza

Desde La Fenice hasta la Ópera de Nueva York, ella es embajadora de Messika y  es la nueva estrella de un arte que ensalza el más alto nivel de canto

Nadine Sierra, con joyas de Messika, en un concierto de París por el día de la Bastilla

Nadine Sierra, con joyas de Messika, en un concierto de París por el día de la Bastilla

Cortesía de la firma

La vida de una cantante de ópera es nómada y algo solitaria. Pero sobre el escenario se convierten en diosas inmortales, que brillan gracias a su delirante potencia vocal. En el momento de esta entrevista, Nadine Sierra se encontraba en Londres, en casa de un amigo. Allí se hospedaba mientras preparaba la première de Lucia, en la Royal Opera House. Risueña y vestida con ropa cómoda, sorprende pensar que la prensa ha bautizado a la soprano de 35 años –amante de los gatos, tiene tres, y Harry Potter– como la nueva voz internacional de la ópera. Lo cierto es que le quedan pocos escenarios por conquistar. 

Aplaudida en la Ópera de Nueva York, el teatro La Fenice de Venecia y el Staaatsoper de Berlín, en la Ópera de San Francisco y en la Accademia Nazionale di Santa Cecilia de Roma, la próxima temporada brillará en la Scala de Milán y el Liceu de Barcelona, entre otros templos de la música. Su presencia en ellos es, más allá de su evidente talento, crucial para acercar la ópera a los jóvenes. Ella se lo toma como una misión personal.

En el Carnegie Hall de Nueva York, el 30 de octubre de 2016.

En el Carnegie Hall de Nueva York, el 30 de octubre de 2016.

Brad Barket

“Tenía diez años cuando mi madre me introdujo en la ópera. Mi abuela, que era de Lisboa, siempre quiso dedicarse profesionalmente pero mi abuelo nunca le dejó perseguir su sueño porque creía que las mujeres no debían trabajar”, explica Sierra, y añade: “Me enamoré al momento. Para mí, ser cantante de ópera es algo muy emotivo porque mi abuela tuvo la oportunidad de ver cómo el rol de la mujer ha cambiado”. 

El pasado inmigrante de su familia la ha llevado a cantar contra el racismo, y su disco There’s a place for us es su forma de llamar a la unión en un mundo ciego de odio: “Si no fuera por quienes emigraron a Estados Unidos muchas cosas no existirían. La división está creciendo en todas partes y al sumergirse en la música, esos sentimientos se dispersan por unos minutos”, añade.

“Si no fuera por quienes emigraron a EE.UU. muchas cosas no existirían

Nadine SierraCantante de ópera
Nadine Sierra con joyas de Messika en una imagen de sus redes sociales

Nadine Sierra con joyas de Messika en una imagen de sus redes sociales

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Llenar una sala con el canto a pulmón, cuenta, requiere trabajo así como una fuerza indescriptible que sale de dentro y se nutre de las emociones más profundas. “Mi parte favorita de la ópera es la dramática. Esos momentos de la música y la trama me transportan a las escenas más intensas de mi vida. Sobre el escenario, trato de hacer florecer esos sentimientos para que mi actuación sea más creíble.

Entre bastidores se encuentra su segunda parte favorita. “Soy una gran amante de la moda y las joyas”, reconoce, y añade que para ella una joya o un vestido tienen el poder de hacerle sentir invencible. La fuerza y lo que representa esta joven cantante de ópera no han tardado en llamar la atención de Valérie Messika, quien la ha convertido en la nueva embajadora de su firma de alta joyería. 

“La primera vez que vi las piezas de Messika pensé: ¡dios mío!, las quiero llevar toda la vida”, asegura la artista, quien con esta unión pretende demostrar que las cantantes de ópera no son hoy esa figura inalcanzable y sobria, sino jóvenes, como ella, que tienen una vida más allá de los escenarios, que van al gimnasio, salen con amigos, cantan temas de Taylor Swift en la ducha y adoran las joyas.

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