Como lo prometido es deuda, el pasado martes el grupo LVMH hizo públicos sus resultados financieros del primer trimestre de 2024. No hubo sorpresas: mientras la demanda de lujo se ralentiza, las ventas generales del grupo aumentaron un 3%, y las de la división de moda un 2%. Aunque LVMH no da cifras individuales, su CFO Jean-Jacques Guiony desveló que Louis Vuitton y Loro Piana han funcionado algo mejor que el resto; y que Dior, que celebró el mismo día su desfile Pre-Fall 2024 en Nueva York, algo peor.
Los fans de Taylor Swift, que ayer estrenó The Tortured Poets Department, no son los únicos que se han sido asaltados por sus fantasmas esta semana. Lo deslucido de los resultados del conglomerado ha hecho que los rumores vuelvan a trepar por la fachada del 22 de Avenue Montaigne, recuperando la idea de que John Galliano pueda volver a trabajar para LVMH, y algunos ya le ven en la firma que lleva su nombre (si tenemos en cuenta que Karl Lagerfeld trabajó durante décadas al mismo tiempo para Chanel y para Fendi, cabe pensar que el británico no tendría que abandonar el puesto de director creativo de Maison Margiela para convertirse en director creativo de John Galliano).
Que la historia profesional de Galliano tenga un tercer acto en LVMH, trazada públicamente por primera vez por Dana Thomas, autora de Dioses y Reyes. Ascenso y Caída de Alexander McQueen y John Galliano (Superflua), ha ido tomando distintas formas, hasta llegar al círculo (o los círculos) que cerrarían todos los círculos. En otras palabras: que Galliano vuelva a convertirse en director creativo de Givenchy, donde empezó su ascenso en 1995; o que Galliano vuelva a convertirse en director creativo de Dior, de donde fue despedido en 2011 después de que se hicieran públicos los vídeos de sus ataques violentos y antisemitas en la terraza de La Perle. Giros de guion más inesperados se han visto.
¿Planean los Wertheimer, propietarios de Chanel, la compra del Grupo Prada a través de su 'family office' Mousse Partners?
De rumores que suben por las paredes a bisbiseos que se escuchan a la vuelta de las esquinas: ¿Planean los Wertheimer, propietarios de Chanel, la compra del Grupo Prada a través de su family office Mousse Partners? La posibilidad de tal cosa, apuntada por el diario Il Giornale el pasado enero, garantizaría el futuro de Prada después de Miuccia Prada. El grupo tiene una capitalización de mercado de 20 millones de dólares, a los que habría que sumar la cifra que la diseñadora y su marido Patrizio Bertelli consideren justa y necesaria.
Mientras tanto, la firma ha demostrado estos días lo bien que funcionan los acuerdos entre marcas de lujo y atletas: 24 horas después de la aparición de la superestrella del baloncesto Caitlin Clark vestida de Prada en el Draft de la WNBA, Launchmetrics estimaba en 419.000 dólares el MIV o Media Impact Value, la métrica de la plataforma para calcular el valor del engagement, la respuesta en redes sociales. Solo la foto posteada por Prada generó 95.000 dólares en MIV.
A la audiencia le encanta odiar lo que un día adoró, y estos días los tres vídeos que conforman la serie The Disastrous Demise of Kylie Cosmetics creados por Nick Reardon cuentan más de 10 millones de visualizaciones en TikTok. En ellos, el creador de contenido asegura que Kylie Jenner está cerca de arruinarse y, aunque es una exageración, hay una parte de la información que se ajusta a la realidad: su maquillaje ya no se vende como se vendía. Jenner lanzó Kylie Cosmetics hace más de una década, y en estos años, su vida (ha pasado de ser la pequeña del clan Kardashian a ser madre de dos hijos) y su apariencia han cambiado mucho.
Ya nadie se cree que se pueda parecer a ella sólo utilizando sus productos (algo parecido a lo que le ha pasado a Jennifer Lopez con su línea de cremas), y ella misma aseguró en una entrevista a The New York Times que se encuentra en proceso de “simplificar” su imagen. La solución a esta crisis puede estar en el perfume: después de una caída de dos dígitos en las ventas durante la mayor parte del último año, las compras online de Kylie Cosmetics aumentaron cerca del 300% el mes pasado tras el lanzamiento de la fragancia Cosmic, según Earnest Analytics. El éxito siempre es cuestión de olfato.