Finas, gruesas, arqueadas, redondas. A lo largo de los años las cejas se han ido transformando, al igual que las modas, en función de la corriente estética de aquel momento. En los años veinte eran definidas, oscuras y delgadas, y estaban alargadas más allá del extremo natural de la cola. Un siglo después, en el año 2020, se estilaba un estilo completamente opuesto: cejas gruesas, rellenas y con el arco puntiagudo.
Ahora la generación Z ha decidido convertir sus cejas en un lienzo blanco en el que dibujar un nuevo rostro. Ya lo hicieron antes Rosalía -tiñiéndose las cejas o simulando pequeños cortes como en los Grammy Latinos- o Doja Cat, con las cejas afeitadas en los MTV Video Music Awards. En Tiktok la cosa ha ido más allá y la tendencia #shavingeyebrows se ha convertido en trending topic mundial.
En la década de los treinta se volvieron extremadamente delgadas, redondeadas y oscuras. La mirada de Greta Garbo, icono de la época, es una de las más representativas. Diez años después, las penurias de la Segunda Guerra Mundial marcarían también una nueva corriente estética y las cejas pasarían a ser más gruesas y redondeadas, las más naturales hasta el momento.
En los cincuenta, la Edad de Oro de Hollywood, la tendencia eran unas cejas con un arco en ángulo más alto, definidas y gruesas, como las de Marilyn Monroe o Grace Kelly. En las siguientes tres décadas, el grosor variaba muy poco, y se acentuaba el cabello natural.
La década de los noventa y los 2000 cambió esa tendencia. Las cejas se volvieron muy delgadas, depiladas con un arco suave y con mucha precisión. Hasta que, llegado el año 2010 y con la incursión de modelos revolucionarias como Cara Delevingne, las cejas se volvieron salvajes, muy rellenas, con arcos puntiagudos altos e incluso con pelos pintados individualmente.
Ahora jóvenes pertenecientes a la generación Z lideran una tendencia que consiste en rasurarse completamente las cejas para así dibujarlas libremente. Los vídeo tutoriales se han hecho virales, alcanzado más de 9 millones de visualizaciones.
A pesar de que aparentemente es seguro afeitarse las cejas si se utilizan los productos adecuados para prevenir cortes, la preocupación se traslada a la posibilidad de que estas no crezcan o se produzcan pequeñas calvas. Tal y como aseguran los expertos en cuidado capilar, mientras no se elimine el pelo de la raíz, este volverá a crecer. El foco se traslada entonces a la calidad de este nuevo cabello, que dependerá de la edad, el estado de salud y la genética de la persona.