La moda con arte y el negro elegante de Coco Chanel, pura tendencia en tiempos difíciles

Coco Chanel fue una visionaria. Lo inventó todo, o casi todo, cuanto ahora manda en el terreno de la moda. Y esa capacidad de transformación se debe, en buena parte, a la gran relación que esta diseñadora sin igual tuvo con el mundo de las artes y que ahora repasa el canal Inside Chanel con sus nuevos capítulos.

Son documentos que hablan en primera persona y dando acceso a los archivos más inaccesibles de la pasión de esta mujer que le puso pantalones al feminismo por el cine, la literatura la poesía, la danza y la música. Repasan la amistad que cultivó con los artistas y los movimientos más relevantes durante su estancia en París y que han inspirado la más reciente colección presentada por la marca, la de Alta Costura de Chanel, para primavera-verano 2020. De todo eso habla Inside Chanel, que ya va por el capítulo 27.

Virginie Viard (directora creativa de la firma que de momento ha anunciado que no presenta la colección Crucero hasta nuevo aviso debido a la crisis del coronavirus), transformó el Grand Palais en el orfanato donde creció Coco para anunciar una temporada marcada por sus iconos. Vestidos rectos abotonados. Conjuntos compuestos por chaqueta y falda en tweed. Cuellos marineros o bebé de piqué. Faldas embellecidas con tul transparente ... todo mezclado con faldas extrasize, encajes de Chantilly y embellecimientos con pedrería y bordados metalizados. ¡Ah! Y medias blancas con zapatos (o medias botas, planas) con calcetines. Comodidad femenina en clave masculina.Todo muy acorde con la visión profunda que Inside Chanel ofrece de su musa.

Una vida intensa

De crecer en un orfanato a rodearse de los mejores artistas

Nacida como Gabrielle Chanel (Auvergne, 1883), trabó amistad con Picasso, Duchamp, Breton, Apollinaire y Gertrude Steiny. Y Con Dalí, Man Ray y Andy Warhol... y Misia y José María Sert. Fue musa de Apel-Les Fenosa, Bonnard, Toulouse Lautrec y Renoir. Y trabajó con Renoir y Louis Malle (Jeanne Moureau lleva sus diseños en Los Amantes) y con Cocteau (suyos son los vestuarios de las obras de teatro Edipo Rey y Los caballeros de la mesa redonda).

Además, claro, también entró en contacto con Diágilev y con Erik Satie colaborando incluso en los decorados y el vestuario del Ballet Parade: “Vi cómo Coucteau intentaba seducirle, cómo los dadaístas flirteaban con él y los surrealistas lo adulaban. Vi desaparecer los Modigliani y los Juan Gris, y permanecer a Picasso. No sé si es un genio; es difícil decir de alguien que se conoce que es un genio; pero estoy segura de que forma parte de esa cadena invisible que va uniendo, a través de los siglos, unos genios con otros”, dijo de él Coco Chanel.

Todo ese mundo insólito y ajetreado y su pasión por el art decó lo pudo trasladar a su taller. Impulsando así, con su mirada distinta, un vuelco total a los códigos estéticos de la época. Y ensalzando el negro, hasta el momento custodiado por los sirvientes y los momentos de luto, como una liberación y una señal inequívoca de la elegancia. Pero de la elegancia de verdad. La elegancia atemporal.

Orígenes

¿Y lo de Coco? Era su mote cuando cantaba en los tugurios de Moulins

Conocida con el mote artístico que adquirió en los tugurios de Moulins donde cantaba para complementar su salario en una sastrería, y tras una infancia poco amable en el internado del claustro de la abadía de Abauzine (el que precisamente inspiró la última colección de la Maison para la presentación de Alta Costura de Chanel, para primavera-verano 2020, hace poco más de un mes y medio, justo antes del confinamiento), Coco Chanel cambió para siempre las normas de la moda. Siempre, se advierte desde Inside Chanel, con ese apoyo inquebrantable de las artes y la cultura.

La misma Coco Chanel es el mejor ejemplo del código estético que construyó. Puede verse en cualquiera de sus fotos, casi siempre en blanco y negro. Traje. Blusa. Perlas. Bufanda. Sombrero. Guantes. Cadenas doradas... y mangas (las arrancaba una y otra vez de la estructura hasta que conseguía el emplazamiento perfecto) que permiten un movimiento cómodo de los brazos. Se inspiraba en los trajes militares y su estilo enraizaba con un ideal de poder masculino, una dirección que ha dominado la moda del siglo XX. Y la del actual.

Y superando lo más recargado del estilo art déco, también arremangó las faldas justo por debajo de las rodillas sin caer en la tentación de ceder a los excesos de la minifalda porque consideraba que la mujer no debía dejar a la vista esa parte de su cuerpo. En su opinión, la peor. Por cierto, tampoco jamás apoyó el boom de los vaqueros.Junto a las minifaldas, los detestaba.

Contradictoria como pocos (usaba perlas falsas, por ejemplo, y sin embargo en 1932 expuso en su palacete de París su primera colección de alta joyería Bijoux de Diamants. Según Malraux fue para Francia un auténtico icono cultural. Lo mejor que le había pasado al país junto a de Gaulle y Picasso. Pero sin embargo, cuando la ocupación de los nazis, Coco Chanel se instaló en una posición de privilegio en el Ritz de París por su relación (una de tantas) con un destacado militar alemán. Hay quien incluso cree que llegó a realizar labores de inteligencia.

Pionera

No solo rescató el negro sino que además predijo la moda normcore

Sea como sea fue una pionera en todo o en casi todo lo que hoy es moda. Predijo la comodidad del normcore: convenció a sus exclusivas clientas de que un tejido tan poco común en su armario como el punto, entonces solo pensada para la ropa interior masculina o de deporte, entrara para siempre en su armario. Y eliminó, claro, los aprietos del corsé. Defendió la elegancia atemporal, casi siempre en el binomio perfecto que firman el blanco y el negro. Consiguió con su 2.55 que mujeres de medio planeta suspirarán por el primer it bag de la historia.