El ácido salicílico está muy relacionado con el mundo del cuidado de la piel y la cosmética. Pero ¿qué es exactamente? Si atendemos a la definición que encontramos en Wikipedia, el ácido salicílico es un sólido incoloro que cristaliza en forma de agujas y tiene una buena solubilidad en etanol y éter.
A muchos lectores les sonará el nombre de este sólido, y es que a partir de él se obtiene el ácido acetilsalicílico, el componente principal de la aspirina. Pero no podemos confundirlo con el ácido salicílico: este no trata las cefaleas, sino que tiene más que ver con el cuidado de nuestro rostro.
¿Para qué funciona el ácido salicílico?
El ácido salicílico actúa como exfoliante de la piel y muchas personas se lo aplican para erradicar las espinillas, puntos negros y granos producto del acné. Esto es debido a que el ácido molecular de este sólido penetra en la piel y actúa como un disolvente. También puede ser adecuado para tratar enfermedades de la piel como la psoriasis y como parte de tu rutina diaria del cuidado del rostro.
Por supuesto, como buen ingrediente contra la piel grasa, también se puede encontrar en champús contra la caspa y tiene propiedades antiinflamatorias que cuidan el cuero cabelludo. Asimismo, aumenta la producción de colágeno y reduce decoloraciones cutáneas.
Es el componente de la mayoría de productos que se utilizan para la piel grasa. Ayuda a destapar los poros y a aumentar la actividad antibacteriana. Todo ello dependerá del producto utilizado, pero se recomienda que la cantidad de ácido salicílico del mismo no llegue a superar el 3 % del total del contenido.
Eso sí, el ácido salicílico también tiene sus inconvenientes. Y es que el citado poder disolvente puede resecar la piel en aquellas personas sensibles. Entre sus efectos secundarios, se pueden llegar a encontrar quemaduras, irritación, descamación y rojeces. Además, no debe ser usado durante largos periodos de tiempo ni sobre heridas o piel dañada. Y cuidado con exponer la zona al sol: pueden aparecer coloraciones.
Por supuesto, antes de comenzar a usar cualquier producto que contenga ácido salicílico, es importante que acudamos a un centro dermatólogo de confianza para que nos haga un análisis de piel. Quizás necesitemos otro tratamiento más adecuado. Si nos decantamos por probarlo, el ácido salicílico se puede encontrar fácilmente en farmacias, parafarmacias y grandes almacenes online. Por lo general, suele despacharse en forma líquida, aunque también podemos encontrar jabones que contienen este sólido.