La nave Sánchez-Ubiría, en Madrid, tiene una sorpresa para ustedes, un regalo, una isla del tesoro. La galería Bernal Espacio muestra una exposición con artistas que no son de primera fila, sino que pertenecen al panteón de los mejores. “Los muertos no muerden”, se lee en la novela de Stevenson.
Aquí , todos los artistas, mayoría absolutísima de mujeres, dentellean, desgarran, crujen y quebrantan todas las reglas del arte (que es la regla número uno del arte), estén vivos o no. De los primeros, la muestra reúne a cinco creadoras de la talla de Ángela de la Cruz, única española nominada al premio Turner; Rosa Barba que logra un equilibrio casi imposible entre el anticine, el texto y la escultura
La lista la continúan Marina Abramović, que no necesita presentación o Tacita Dean, la única artista de la historia que ha expuesto a la vez en la National Gallery, la National Portrait Gallery y la Royal Academy de Londres, aporta su trabajo cinematográfico con uno de sus paisajes de montañas.
Los que ya se fueron, el dúo Bernd y Hilla Becker, no solo exponen sus fotos antológicas de viejas fábricas y almacenes industriales de todo el mundo, sino que en vida armaron una de las escuelas de fotografía más importantes de la historia con alumnos que son las estrellas del momento: Andreas Gursky, Thomas Struth, Candida Höfer, Thomas Ruff, Alex Hütte y Simone Niege.
El sexto artista en concordia es el sudafricano William Kentridge, que está exponiendo en medio mundo (en la Fundació Sorigué de Lleida, sin ir más lejos). La muestra , que se titula Más allá de las fronteras, se convierte en un jardín botánico de especies muy valoradas, muy raras y también muy exuberantes.
Un lienzo arrugado de De la Cruz; una instalación de Barba, fotografías de Abramović con máscaras; una cordillera rojiza de Dean y una página de diccionario pintada por Kentridge. La última palabra es splash, chapuzón. Perfecta para sumergirse en esta muestra selvática.