Dubái, un desierto de vértigo que está de moda entre los futbolistas

Viajes

En el ecuador de la Exposición Universal 2020, que se prolonga hasta marzo, el país se ha consolidado como un destino turístico cultural y arquitectónico 

Este año ha ampliado su desafío de altura con un nuevo mirador, una noria que, con sus 250 metros de altura es la más alta del mundo y permite unas vistas únicas

Vista desde el desierto del distrito financiero, que está coronado por la torre Jalifa, el edificio más alto del mundo, que cuenta con un par de miradores para los turistas

Vista desde el desierto del distrito financiero, que está coronado por la torre Jalifa, el edificio más alto del mundo, que cuenta con un par de miradores para los turistas

Getty Images

Sesenta y dos segundos ha tardado exactamente el ascensor en trepar por las entrañas del edificio más alto del mundo, la torre Jalifa, hasta el mirador panorámico del piso 124. Desde esa altura de récord en medio del denominado distrito financiero se despliega Dubái en su esplendor de cristal, acero y cemento de los rascacielos, modernas atalayas que simbolizan la pujanza del poder que ha brotado de los campos petrolíferos, pero también se observan oasis de arena en terrenos todavía sin urbanizar que recuerdan la naturaleza desértica del pequeño emirato que se atrevió a soñar a lo grande.

Quizás porque era un territorio llano sin más montículos que las dunas, Dubái decidió apuntar al cielo y en los últimos años ha ido añadiendo hitos a su línea de horizonte. La torre Jalifa, de 829 metros, inaugurada en el 2009, es la cima del mundo construido por la humanidad, y Dubái levantó ese alminar laico, estilizado, de apariencia liviana, para establecer un referente arquitectónico, una versión actualizada de la jerarquía como la que impusieron en su época las catedrales en las ciudades europeas.

Las ramas de la isla artificial de la palmera Jumeirah están repletas de mansiones habitadas

Las ramas de la isla artificial de la palmera Jumeirah están repletas de mansiones habitadas

Antes, no hace mucho tiempo, pues los Emiratos Árabes Unidos, el país que crearon Dubái y otras seis regiones vecinas, acaban de cumplir 50 años en el 2021, se erigían torres de viento, llamadas barjeel, hechas de arcilla o barro, como sistema de ventilación natural. Ahora, desde la manhattanización del poder, el mundo emergente se reafirma con rascacielos, y Dubái busca siempre lo más alto, más lujoso, más original... El récord es una obsesión nacional.

Recta infinita

Avenida Sheikh Zayed

El eje viario principal de Dubái continúa hasta Abu Dabi, 130 kilómetros. Las estaciones futuristas del metro alivian los atascos y pronto habrá taxis voladores

El eje viario principal de Dubái continúa hasta Abu Dabi, 130 kilómetros. Las estaciones futuristas del metro alivian los atascos y pronto habrá taxis voladores  

Naufal MQ

Otro mirador de este desierto de vértigo es el Dubai Frame, la versión rascacielos de un arco de triunfo, que en realidad es una pasarela aérea con cristal transparente. El puente fue diseñado para que los turistas tuvieran una visión del Dubái del pasado y del futuro, con el zoco antiguo y la ensenada a un lado, y al otro, los tres centros urbanos con sus agujas de rascacielos que han brotado en los últimos lustros, desde que se construyó el primero, la torre del World Trade Center, en 1979, hasta el presente, que se ha consolidado como un destino turístico de cultura y arquitectura que está de moda, por ejemplo, entre los futbolistas, como se ha visto en las recientes vacaciones de Navidad.

El rascacielos Marco

Dubai Frame

Al contrario de lo que se pueda pensar, no sirve para hacerse una selfie con los rascacielos de fondo, sino de pasarela que une el pasado y el futuro de la ciudad que nunca para de crecer. Mejor no mirar abajo si se tiene vértigo

Al contrario de lo que se pueda pensar, no sirve para hacerse una selfie con los rascacielos de fondo, sino de pasarela que une el pasado y el futuro de la ciudad que nunca para de crecer 

Tom Dulat

Como sucede desde la torre Jalifa, rodeada por una laguna y del centro comercial Dubai Mall, detrás de los ventanales del Dubai Frame se atisba el mar Arábigo, pero la ligera calima impide discernir la silueta de las islas artificiales sobre las que el país basó parte de su prosperidad inmobiliaria y turística con el cambio de milenio. Del famoso mapamundi, un conjunto de islas privadas con mansiones construido frente a la costa, se intuye lo que sería Australia desde el vertiginoso arco dorado, pero poco más.

La plaza Al Wasl desde el pabellón de los EAU, obra de Calatrava, mientras atardece en la Expo

La plaza Al Wasl desde el pabellón de los EAU, obra de Calatrava, mientras atardece en la Expo

David Dusster

Las vistas son mucho mejores desde Ain Dubai, la noria que presume de ser la más alta del mundo, inaugurada hace apenas tres meses y creada a imagen y semejanza de la de Londres, pero con un diámetro de 250 metros y preparada para acoger fiestas, banquetes y celebraciones giratorias. El Ojo de Dubái, la traducción de su nombre, se ubica en la isla de ocio Bluewaters, ganada al mar, que incluye, entre otras propuestas, la piscina infinita a mayor altura, en el piso 77 del hotel Address Beach Resort, o un museo de cera con licencia del célebre Madame Tussauds.

La noria más alta

Dubai Eye, en la isla Bluewaters

Noria Dubai

La inmensa noria necesita más de 40 minutos para dar la vuelta completa

La noria necesita más de 40 minutos para dar una vuelta completa, y no hace falta llegar al punto más alto para distinguir perfectamente las dos gigantescas palmeras artificiales, la Jumeirah y la Jebel Ali. La primera está completamente habitada y con hoteles a pleno rendimiento en su perímetro. La Jebel Ali es una silueta todavía sin edificios, testimonio del parón que sufrió Dubái con la última gran crisis financiera.

Un restaruante con vistas

Cé la Vie, en el Sky View Hotel

Para ver la torre Jalifa, el edificio más alto del mundo, hay pocos lugares mejores que el Cé la Vie, en el piso 54 del hotel Sky View. Cuenta con una piscina infinita, y la comida de fusión está al nivel de lo que se admira

Para ver la torre Jalifa hay pocos lugares mejores que el Cé la Vie, en el piso 54 del hotel Sky View. Cuenta con una piscina infinita, y la comida de fusión está al nivel de lo que se admira

David Dusster

Como la Jebel Ali, el faraónico mapamun­di ha sido un gran fracaso, pero desde que Dubái comenzó su expansión por labrarse un nombre en el mundo, el emirato se ha convertido en un destino turístico repleto de atractivos, no solo con los miradores, sino también con museos como el del Futuro, que se va a inaugurar próximamente, con shopping centers que entran en el libro Guinness, como el Dubai Mall, que cuenta con pista de hielo, una cascada, la avenida de la moda con las tiendas más lujosas del mundo y un espacio cultural, Infinity des Lumières, donde ver exposiciones inmersivas. Y por supuesto, aventuras en el desierto a la vuelta de la esquina, nunca mejor dicho.

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