Caras, caretas, miradas, disfraces. Muecas, verdades, guiños y antifaces. Engaños, puñetazos y mensajes. Un carnaval y nueve festivales. El entrecejo-manifiesto de Frida Kahlo. El camuflaje-testamento de Cindy Sherman. La rabia fantasmagórica de Marlene Dumas. Los moldes que rompió Mary Cassat. El desafío de Lotte Laserstein con sus modelos andróginos…hace 100 años. La brevedad prolífica de Paula Modersohn-Becker y la crudeza de Alice Neel.
Desde Berthe Morisot hasta Elizabeth Peyton ha transcurrido siglo y medio en el que las mujeres han protagonizado un viaje sideral. Artistas rompedoras que, vivas o eternas, todas inmortales, siguen provocando terremotos de admiración por su latido creativo y huella humana.
Siglo y medio de autorretratos
Desde Berthe Morisot hasta Elizabeth Peyton ha transcurrido siglo y medio en el que estas nueve artistas protagonizan un viaje sideral lleno de avances revolucionarios
La Fondation Beyeler de Basilea las ha juntado por primera vez en una muestra galáctica, resplandeciente vía láctea, a lo largo de nueve salas generosas y rebosantes de obras que configuran 150 años donde se ve cómo estas nueve reinas han pintado y se han pintado; cómo han mirado y se han mirado.
Hay un momento de la historia en la que Degas pinta a Cassat como modelo. Y Manet a Morisot. Pero las tornas se cambian cuando estas pintoras se ponen detrás el lienzo y dan el protagonismo a otras mujeres, liberadas, modernas, que ya no son meras musas a la vieja usanza, que posan pero también observan a la artista, comparten la misma pulsión.

'Mujer joven leyendo',óleo sobre madera de 1878 de Mary Cassatt
Caso aparte, claro es Cindy Sherman que lleva cuatro décadas con su sensacional yo me lo guiso yo me lo como en la que fotografía, hace de modelo, peluquera, maquilladora, figurinista, decoradoras y, claro, directora de arte. En cada centímetro de foto, un ensayo sobre la identidad, la realidad, el espejismo y el deseo.
Las máscaras y postizos de Sherman conectan de una manera natural con las pinturas de Paula Modersohn-Becker, que se retrata embadurnada de blanco en el mismo mes (agosto de 1906, la influencia mutua es imposible) en que Picasso blanquea la cara de Gertrude Stein en uno de sus cuadros más conocidos.

'Untitled, 2008', Cindy Sherman se viste de vaquera © 2021 Cindy Sherman
La muestra de la Beyeler es un viaje de viajes, que muchas veces empieza y acaba en un espejo. El de Modersohn-Becker, de París a un pueblito en Alemania; el de Dumas, de Sudáfrica a Holanda, donde sigue viviendo; el de Alice Neel, de Cuba a Manhattan; el de Cassat, de los Estados Unidos al Giverny de Monet; de Lotte Larserstein, del Berlín centro del mundo en los años 20 del siglo XX a la fuga huyendo de los nazis. Del periplo mexicano de Frida Kahlo y su ‘Gira USA’.
La muestra es exigente y generosa, en la que no hay pincelada sin hilo. Un concierto de fogonazos y dientes apretados que no acaba hasta que llegan los bises. Y no hay uno sino dos. En la última sala, la décima, las sombras de las obras de las nueve artistas desembocan en el testimonio breve pero muy incisivo de Marie Bashkirtseff.
Esta fue una pintora de origen ucraniano y corta vida que pintó al grupo de alumnas de la célebre Académie Julian, cantera de maestros impresionistas y dejó escrito un diario muy influyente que leyeron algunas de las protagonistas de la muestra.
La caída del telón la protagonizan no las nueve reinas sino otras nueve mujeres, todas actrices reconocidas, Irène Jacob o Ángela Molina entre ellas, preparadas para recoger la antorcha y seguir iluminando otra historia de las mujeres. De nuestra historia.

'Jeune Femme au Divan', circa 1885. Óleo sobre tela de Berthe Morisot
Mujer por las mujeres
1Sylvie Patry, la comisaria y conservadora del Museo Orsay, recuerda que de las 423 pinturas catalogadas de Morisot, 294 son retratos y de ellos solo 10 son de hombres, la mitad de su marido, el pintor Eugène Manet, hermano de Édouard. Sus modelos abarcan todas las edades y ellas las sigue a lo largo del tiempo, como pintando su biografía.

'Lydia en el marco de bordar', hacia 1881. Óleo sobre tela de Mary Cassat
Pintoras sin fronteras
2Obras que no se veían hasta que llegó Mary Cassat. Pintar a una mujer con sus anteojos en el palco de la ópera. Pintar a una mujer sentada en un banco de un parque. Sola requetesola. Pintar a una madre y a su niña llevando un carro de caballos en el que el pasajero es un señor. No hay más preguntas, señoría.

'Autorretrato hacia la derecha con la mano en la barbilla', verano de 1906, óleo y témpera sobre cartón de paula Modersohn Becker: © Paula-Modersohn-Becker- Stiftung, Bremen
Supernova fugaz
3La pintora es la primera de la historia que se pinta desnuda y embarazada. Un embarazo al que dio a luz a una niña y que, a los pocos días, le provocó la muerte. Modersohn-Becker trabajó con éxito el concepto de máscara al mismo tiempo (justo el mismo mes) que Pablo Picasso.

Ich und mein Modell (Yo y modelo), óleo sobre lienzo de 1929-30 de Lotte Laserstein. Colección privada
La pintora de la nueva mujer
4A la espera (que te espera) de que los años veinte del presente siglo sean felices o simplemente decentes, Laserstein representa, desde el figurativismo, el Berlín efervescente y libre de los Locos años 20 pintando a modelos andróginos (la deportista y actriz Traute Rose es el paradigma) que se cuelan hasta en el autorretrato de la creadora.

'Autorretrato: El marco', óleo sobre aluminio de Frida Kahlo
Un manifiesto tras de otro
5La sala que la Fondation Beyeler dedica a la pintora mexicana es digna de mención porque en ella aparecen obras capitales y a la vez poco vistas de un icono que atraviesa siglos ganando popularidad y admiración.

'Harold Cruse' hacia 1950, óleo sobre tela de Alice Neel
Pintura casera
6La pintora estadounidense es un compendio explosivo de la obra de andy warhol (al que retrató en su momento), Lucian Freud, Francis Bacon y David Hockney. Un estilo destino en el que retrata a familiares, allegados y vecinos.

Amy – Pink, 2011, óleo sobre tela de la artista sudafricana Marlene Dumas
Destellos de rabia y serenidad
7Una de las artistas vivas más importantes del mundo, Dumas borda un expresionismo contundente y salvaje que combina figuras radiantes, rabiosas o, a veces, también fantasmagóricas, en una radiografía de la mujer del siglo XXI y sus luchas y anhelos.

'Sin título, 1982', fotografía de cindy Sherman en el Louisiana Museum of Modern Art, de Humlebaek (Dinamarca)
Las presentaciones sobran
8Si alguien ha conseguido retratar a miles de mujeres retratándose a sí misma esa es la artista estadounidense que ha hecho de la máscara, el disfraz, los postizos y el atrezzo un universo que la hace única e imprescindible.

'Greta', óleo sobre tela de 2019 de Elizabeth Peyton