Con viajes internacionales complicados por segundo verano consecutivo, los barceloneses tienen la opicón de buscar más cerca de casa para divertirse. Afortunadamente, existe una multitud de excursiones encantadoras en la mismísima provincia y algunas son muy desconocidas para los propios catalantes. Visita uno de estos seis museos de día y estarás de vuelta en casa para el anochecer.
Cau Ferrat
Sitges
La costumbre cuando uno hace una excursión a Sitges desde Barcelona es dirigirse directamente al trocito de arena más cercano y apostarse en la misma hasta el atardecer. Un planazo desde luego, pero uno que viene en detrimento de la amplia oferta cultural que ofrece la ciudad costera, como por ejemplo el museo de arte Cau Ferrat. Los orígenes de esta colección ecléctica se remontan a 1893, cuando el pintor e icono modernista Santiago Rusiñol compró y combinó dos casas pequeñas en Sitges, con la intención de montar un estudio y alojar su extensa colección de arte. La casa llegó a ser un chic salón artístico, y ella, junto con las multidisciplinarias Festes modernistes que Rusiñol organizaba desde 1892 a 1899, contribuyeron a que la ciudad se hiciera el hotspot cultural que sigue siendo hoy. Al fallecer Rusiñol en 1931 su colección pasó a manos del ayuntamiento local, con la condición de que se convirtiera en un museo abierto al público. Hoy, se encuentran en Cau Ferrat cientos de pinturas y dibujos, incluyendo piezas por El Greco, Picasso, y el propio Rusiñol. Cabe destacar un número de obras de hierro, interés especial del pintor. 10 euros concede acceso tanto al Cau Ferrat como al Museo Maricel, otra notable colección de arte que se ubica en la casa adyacente.
Espai Far
Vilanova i la Geltrú
Siguiendo por la costa desde Sitges está la localidad marinera de Vilanova i la Geltrú, hogar del Espai Far. En realidad no es un solo museo, sino varios compartiendo un mismo recinto: un antiguo faro, unos jardines espléndidos, y el Museo del Mar, que traza las raíces de la pesca en Cataluña desde la época de los íberos hasta el presente. Pero es que el espai se conoce mejor por albergar la Colección de Curiosidades Marineras, recopilada por vilanoví Francesc Roig Toqués a lo largo de su vida. Consiste de un sinfín de piezas singulares y fascinantes: fósiles, instrumentos de navegación, una diorama de un naufragio, botellas que contienen arena de todas partes del mundo, antiguos mascarones de proa, y el esqueleto de una ballena, entre muchas otras. Anteriormente, la colección se situaba en la propia casa de Roig, y durante décadas él mismo daba visitas guiadas de su colección; las piezas se trasladaron al Espai Far tras su muerte en 2008. La estrella de la colección es la “Carpa Juanita”, un pequeño pez naranjo que Roig había adiestrado a comer de una cuchara y beber desde un porrón. Juanita ganó una relativa fama en su momento, atrayendo visitantes y fans de todas partes del mundo, y desde entonces se ha convertido en toda una leyenda local. Hoy fallecido, este mítico pez vive a través de una exposición propia y varios vídeos que muestran su peculiar pero entrañable habilidad. También en el recinto hay unos jardines encantadores, donde se organiza en el verano conciertos y otros eventos al atardecer.
Observatorio Fabra
Barcelona
Los que buscan experiencias nocturnas encontrarán mucho para disfrutar en el Observatorio Fabra, un mirador paisajístico ubicado en la sierra de Collserola entre Tibidabo y el barrio de Sarrià. Visitas guiadas están disponibles seis noches de la semana, en las que se cuenta la historia del observatorio y su importancia actual como sitio de investigación meteorológica, astronómica, y sismológica. Las instalaciones también cuentan con una biblioteca antigua y una sala modernista. Pero la principal atracción, sin duda, es el telescopio Mailhat, uno de los más grandes y antiguos de Europa (hecho en 1904), todavía en uso activo. En noches despejadas, los visitantes están invitados a mirar por el telescopio para contemplar las estrellas y planetas distantes. Pero la principal atracción, sin duda, es el telescopio Mailhat, uno de los más grandes y antiguos de Europa (hecho en 1904), todavía en uso activo. En noches despejadas, los visitantes están invitados a mirar por el telescopio para contemplar las estrellas y planetas distantes. Es más, en las vísperas del verano el observatorio ofrece cenas en su terraza, donde exquisitos platos y vinos combinan con vistas inmejorables de la ciudad condal.
Espai XC
Esplugues de Llobregat
El Espai XC no es un museo en el sentido tradicional, pero tiene toda la magia y potencial para descubrimiento de uno. Las primeras iteraciones de ello datan a 1968, cuando Xavier Corberó, un escultor barcelonés que había estado viviendo en Nueva York, volvió a su ciudad natal, comprándose una antigua granja en Esplugues de Llobregat con el fin de convertirla en residencia y taller, con otros estudios disponibles para artistas en residencia.Se puso a trabajar en la casa ese mismo año - y nunca paró. Siguió expandiéndola durante toda su vida; con los años creció a ser un recinto de más de 32 kilómetros cuadrados con unas 25 habitaciones y baños, más una colección de piezas de arte tanto suyas como de otros. El Espai XC se destaca por sus cientos de arcos, abundante luz natural e integración en su entorno. La amplia variedad de follaje da la sensación de estar en pura naturaleza, pese a estar en realidad a unos pocos kilómetros del corazón de Barcelona. Como escultor Corberó se estableció como uno de los más atrevidos y talentosos de su generación, siendo su carrera un sinfín de premios y comisiones públicas. Sin embargo, fue su casa la que acabaría siendo su magnum opus. El artista Lluís Lleó llamó la casa un “autorretrato” de Corberó, quien falleció en 2017 a la edad de 81. La casa ganó fama en 2008 tras ser la casa de Javier Bardem en la película Vicky Christina Barcelona de Woody Allen. El recinto está disponible para visitar con cita previa.
Vinseum
Vilafranca del Penedés
Los enófilos tienen todo un país de las maravillas por explorar en el Vinseum, un museo dedicado al vino localizado en el pintoresco casco medieval de Vilafranca del Penedés, en el antiguo Palacio Real. El Vinseum rinde homenaje a todo lo que tiene que ver con la uva, con exposiciones sobre su cultiva e historia y colecciones que van desde herramientas e instrumentos utilizados en la fabricación del vino hasta piezas de arte y cerámica, algunas que remontan al siglo XII. Para abstemios, hay exposiciones que informan sobre la arqueología, geología, paleontología, y ornitología. A partir de finales de agosto, habrá dos instalaciones de arte contemporáneo diseñados por la artista Eulàlia Valldosera. El vino se ha cultivado en la región desde hace siglos, y para rematar la visita, te invitan a una copa de vino localmente producido.
Centro de Interpretación del Faro
Calella
Subiendo por el Maresme, se sitúa el Centro de Interpretación del Faro, un pequeño museo alojado en el propio faro de Calella. El faro se construyó en 1859 y originalmente funcionaba a través de una linterna alimentada con aceite a presión. Sigue en operación, pero ha experimentado una serie de modificaciones y ya funciona por electricidad; hoy en día sus luces llegan a una distancia máxima de más de 55 kilómetros. Se cuenta tanto la historia de este faro en concreto (antes de faro el sitio era un mirador que protegía contra ataques de piratas), como la de los faros a lo largo de la historia, y del arte, ahora casi perdido, de mantenerlos. Dispone de textos históricos fascinantes, exposiciones audiovisuales y juegos para los niños.Aparte de las exposiciones, el museo se ubica en un punto privilegiado que ofrece vistas impresionantes de la costa y del Mediterráneo. Abajo, hay una variedad de calas sosegadas y chiringuitos amenos para visitar antes o después del faro. Una entrada cuesta solo dos euros, con visitas gratuitas el primer domingo de cada mes.