Episodio piloto: Andalucía a toda vela, Andalucía desértica, Andalucía romántica, Andalucía

Vuelta artística a España (1/6)

Empieza una tournée veraniega que atraviesa los siglos a pie, en carro, a caballo y recorre paisajes aún intactos o ya desaparecidos. De Finisterre a Fuerteventura, una gira llena de luz, brisa, mar y montaña

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Primer atrio del convento de Santa Paula, 1920, obra de Manuel García y Rodríguez

Wikimedia Commons / Colección Thyssen

Aventuras pictóricas Magazine presentauna producción de La Vanguardia (established 1881) titulada Vuelta Artística a España. Óleos, pasteles, acuarelas, fotografías. Montañas y valles. Ríos y lagos. Playas dulces con su agua salada. Velas henchidas y postales desgastadas. Paisajes casi intactos y vistas que ya no existen. Monumentos. Batallas. Tournée laberíntica, en orden alfabético, atravesando siglos. Abre el baile Andalucía. Lo cierra La Rioja. Estampas del XVI al XXI. Ronda ibérica, islas incluidas: a pie, en carro, a caballo, en barco, volando con la imaginación, surcando el desierto, escalando las olas, planeando sobre los muros de Ávila Almería, meciéndose sobre un arco iris cantábrico, respirando la bruma mediterránea.

Invitación

Si amarran las alforjas, toman la pastilla para no marearse y se vacunan contra el síndrome de Stendhal ante tanta belleza, suban que nos vamos

Y en la primera entrega, un largometraje especial. Episodio piloto extended play que viaja a una Sevilla irreconocible, a las ramblas desnudas y terrosas de Almería, a la ría de Huelva, a la Córdoba de Julio Romero de Torres, a Despeñaperros, al pasado lejano y al más reciente a una tierra regida por el título de aquel maravilloso álbum de Radio Futura: La ley del desierto, la ley del mar. Si amarran bien las alforjas, si se toman la pastilla para no marearse a bordo, si se han vacunado contra el síndrome de Stendhal para que no les embargue tanta belleza, suban que nos vamos.

Almería

Luis Cañadas Fernández (1928-2013)

La Rambla, 1966

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La Rambla, obra de 1966 de Luis Cañadas Fernández (1928-2013)l pintor almeriense adscrito al movimiento indaliano

Carlos de Paz / Cortesía del Museo de Almería / Colección Cosentino

Paisajes almerienses hay muchos, no todos bellos, pero sí impresionantes, los del Cabo de Gata, los de los invernaderos, el verdor que ofrecen las nuevas plantaciones de naranjos en medio de tierra yerma, y la de los cabezos pelados, sin apenas vegetación, tierra seca y esparto seco, un desierto amigo como el de París, Texas de Wenders. Luis Cañadas, pintor del movimiento indaliano, borda ese paisaje áspero e hipnótico –moteado de cuevas y viejas minas de plata abandonadas–, que cuando se conoce ya no se suelta.

Almería

Jesús de Perceval (1915-1985)

Alegría del Mar, 1971

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Alegría del Mar, óleo de 1971 de Jesús Perceval, con la alcazaba de Almería al fondo

Carlos De Paz / Cortesía del Museo de Almería / Colección Cosentino

Perceval es el pintor almeriense más importante del siglo XX con permiso de Ginés Parra y sus vibrantes paisajes parisinos. La obra de ambos y la de Carmen Pinteño, Luis Fernández, Miguel Cantón, Capuleto… puede verse en el Museo de Almería-Doña Pakita, donde se descubre la sensibilidad de varias generaciones de artistas locales que oscilan en reproducir estilos ya inventados o tomar un camino propio.

Cádiz

Francisco de Zurbarán (1598-1664)

La defensa de Cádiz contra los ingleses (fragmento), 1634

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Fragmento de La defensa de Cádiz contra los ingleses, obra de Francisco de Zurbarán datada en 1634

Wikimedia Commons

Sí, han leído bien. Zurbarán sólo hay uno. El pintor extremeño de los monjes y monjas, de los ascetas, del tenebrismo y de los bodegones que se pueden disfrutar en El Prado. Esta composición de batalla de Cádiz de 1625 (la ciudad se defendía del ataque de la flota inglesa y holandesa comandada por Sir Edward Cecil) tiene su interés en el detalle del enjambre de veleros zumbando en la costa y asaeteándose a cañonazos. El avance inglés fue inicialmente prometedor, luego un fiasco descomunal, con 7.000 bajas en sus filas. De los 105 bajeles que zarparon hacia España, más de 60 se hundieron en la contienda.

Córdoba

François Antoine Bossuet (1798-1889)

Vista de Córdoba

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Vista de Córdoba, trabajo de l pintor belga François Antoine Bossuet (1798-1889)

Wikimedia Commons

Hay, al menos, dos Bossuet importantes. El más conocido, el filósofo francés Jacques-Bénigne Lignel Bossuet, defensor del absolutismo. Lo es menos el pintor belga François Antoine Bossuet, comprometido con el neoclasicismo y con su espíritu explorador. Dejó su huella en Zaragoza, en Granada, Roma, Venecia, Marruecos… En esta estampa de Córdoba se imponen los preceptos de la escuela flamenca de la época hasta el punto que el Guadalquivir a su paso por la ciudad califal casi parece el Rhin a su paso por el Leiden de Rembrandt.

Córdoba

Julio Romero de Torres (1874-1930)

Poema de Córdoba, 1913-1915

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Poema de Córdoba, políptico de siete paneles de Julio Romero de Torres que recorre la historia de la ciudad

Wikimedia Commons

Una obra singular del popular pintor cordobés, en parte por su forma de políptico (siete paneles), en parte por el fondo de cada uno de ellos, que muestra una época o etapa de la ciudad), pero sobre todo porque cada cuadro se refiere directamente a hombres (los filósofos Mainónides y Séneca, el escritor Luis de Góngora o el torero Lagartijo), pero están representados por las “mujeres morenas” marca de la casa.

Granada

John Ferguson Weir (1841-1926)

Alhambra, ca.1901

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John Ferguson Weir, pintor estadounidense, plasmó la Alhambra en varios estilos y perspectivas a inicios del siglo XX

Wikimedia Commons

Ferguson Weir, hijo y hermano de pintores estadounidenses, pintó la Alhambra desde varias perspectivas y no siempre en el mismo estilo. En algunas telas el conjunto monumental es disstinguible y se asocia con el realismo, pero en otras se adhiere más a las leyes del impresionismo, como en este caso, en un estilo que recuerda al español Beruete o al óleo empastrado de Monet en su serie de la catedral de Rouen. Un Alhambra fantasmagórica y casi irreal, la misma que subyugó a Hemingway, Victor Hugo, Chateaubriand o Matisse.

Huelva

Antonio de la Torre y López (1862-1918)

Atardecer en la ría, 1905

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Atardecer en la ría de Huelva, obra de 1905 de Antonio de la Torre y López

Wikimedia Commons

El pintor murciano tenía una sensibilidad especial para recrear el ambiente sereno y bello de las marinas, como es el caso de La Playa , que pertenece a las colecciones del Prado o este Atardecer, donde la quietud del agua y el dramatismo de la composición hacen del autor un artista especial, de trazo casi fotográfico. Cielo y mar unidos por el mismo color ceniciento y crepuscular apenas pespunteado por un hilo de negro marcando el horizonte.

Jaén

Carlos de Haes (1826-1898)

Despeñaperros, ca. 1862

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El paso de Despeñaperros, en Jaén, por Carlos de Haes

Wikimedia Commons

De Haes es un pintor español de origen belga imprescindible si se quiere saber cómo fue, en el estilo realista, la España del siglo XIX. En su día, igual que Emiliano Beruete, realizó su propia Vuelta artística a la península. Si la aproximación de muchos pintores de paso casi siempre es plástica, De Haes oye el respiro y el quejido de la tierra, de los edificios, de la montaña. Ya sea en los Picos de Europa o en Despeñaperros, ambos con un dramatismo notable.

Málaga

Emilio Ocón y Rivas (1845-1904)

Vista del puerto de Málaga

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Vista del puerto de Málaga, óleo de Emilio Ocón y Rivas

Wikimedia Commons

De la Torre, De Haes y Emilio Ocón están conectados. De la Torre fue discípulo de Ocón y éste, de De Haes. Las composiciones de Ocón quitan el hipo, una barca repleta de pescadores que está a punto de irse a pique (La última ola, Museo de Málaga) o una playa en silencio y una hoguera humeante (Preparándose para la pesca, Colección Thyssen), donde se respira el drama. En esta estampa del puerto de Málaga lo que se paladea es una luz diferente que invita a soñar y conectar con el mundo de Raoul Dufy, André Derain o Albert Marquet.

Sevilla

Manuel García y Rodríguez (1863-1925)

Primer atrio del convento de Santa Paula, 1920

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Primer atrio del convento de Santa Paula, 1920, obra de Manuel García y Rodríguez

Wikimedia Commons / Colección Thyssen

En sus últimos años, García centró su trabajo, siempre recreando Sevilla y alrededores, en los jardines, patios y claustros de la ciudad hispalense con una luz arrebatadora y un pulso casi hiperrealista y fotográfico por el detalle, todo envuelto en un ambiente orientalista, que adquirió en un viaje a Marruecos. Las plantas, las flores y las hojas en el estanque que tal vez no resuman lo que es Andalucía, pero que suponen un colofón extraordinario a esta primera etapa de la Vuelta artística a España.

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