Cuáles son los diamantes más valiosos del mundo

piedras preciosas

Sotheby’s adjudicó a un comprador anónimo un grandioso diamante del tamaño de un huevo, de 102.39 quilates, por 13,3 millones de euros

Mesika, la firma parisina de diamantes que enamora a Gigi Hadid y Beyoncé aterriza en Barcelona

brilli brilli

Diamante de 102.39 quilates subastado por Sotheby's y adjudicado por más de 13 millones de dólares 

Cuando unos periodistas le preguntaron a Zsa Zsa Gabor si una dama debería devolver el anillo tras romper un compromiso, la explosiva actriz, que había estado comprometida innumerables ocasiones a lo largo de su vida (y casada nueve veces), respondió con ironía, “por supuesto, queridos, pero antes hay que quitarle los diamantes”. Siguiendo el consejo de Marilyn Monroe, que aseguraba que “los diamantes son los mejores amigos de una chica”, algunas de las beldades más legendarias hicieron gala de su debilidad por esta gema; imposible no mencionar a Elizabeth Taylor, la más famosa de todas, quien justificaba su pasión por los pedruscos alegando que “las chicas grandes necesitan diamantes grandes”, pero también la estilosa Audrey Hepburn que realzó su elegancia en el cartel de la película Desayuno con diamantes con un grandioso ejemplar amarillo de 128,54 quilates.

Los diamantes son los mejores amigos de una chica”

Marilyn Monroe
Marilyn Monroe, en 'Los caballeros las prefieren rubias' (1953), con unas espectaculares joyas, que tanto le gustaban

Marilyn Monroe, en 'Los caballeros las prefieren rubias' (1953), con unas espectaculares joyas, que tanto le gustaban

GTRES

La palabra diamante procede del griego adamas, que significa irrompible. Tal vez por esta cualidad los diamantes han estado asociados no solo con la lealtad, sino también con el poder y la resistencia. Y es este simbolismo, combinado con la extraordinaria rareza de algunos de sus ejemplares, lo que ha hecho que hayan sido codiciados por los más poderosos e influyentes, desde reyes y reinas hasta estrellas del celuloide. Estas joyas también han mostrado un valor económico estable a lo largo de la historia, comercializándose, por lo menos, desde el siglo IV antes de Cristo, de ahí que algunos expertos las consideren la primera moneda universal.

El diamante es carbono puro cristalizado, la gema más valiosa usada en joyería una vez tallada en diferentes formas, que ostenta la mayor pureza conocida, diez en la escala Mohs. Los diamantes con calidad aceptable para ser comercializados en joyería representan alrededor del 30 % de la producción mundial. Sus principales centros de extracción se encuentran en Sudáfrica, aunque los primeros en llegar al continente europeo procedían de la India.

Solo el 30% de los diamantes tienen la calidad suficiente para ser comercializados

Solo el 30% de los diamantes tienen la calidad suficiente para ser comercializados

Andrés García Rodríguez

Carla Alegría, directora de compras al público de la empresa Bonhill en Barcelona asegura que “la valoración de la calidad del diamante se realiza según cuatro medidas, denominadas las cuatro “C” en sus siglas en inglés: Colour (color), Clarity (grado de pureza), Cut (talla) y Carat (peso en quilates), equivaliendo cada quilate a 0,2 gramos. Atendiendo al color, la escala más alta de calidades la componen los diamantes que van del blanco azulado, el más puro, al blanco débil.” La clasificación se establece con los nombres de River, Top Wesselton, Wesselton y Top Crystal.

Alegría explica que “la fluorescencia si es fuerte afecta al brillo del diamante y esta característica hace que su demanda disminuya. En cuanto al certificado, si lo tienen, el GIA (Gemological Institute of America) sigue siendo la referencia a nivel mundial, aunque España cuenta con prestigiosos laboratorios como el IGE (Instituto de Gemología Español), que también emite certificados.”

Los precios de los diamantes que comercializa Bonhill en nuestro país oscilan entre 1.000 y 20.000 euros, y “el más caro que hemos vendido aquí lo compró una clienta rusa que pagó un millón de euros. Tenía talla pera y 87 quilates”, desvela Carla Alegría, señalando que, en términos de rentabilidad, los mejores son el Fancy azul o rosa y los de más de 100 quilates; “la mejor inversión son los diamantes, aunque los rubíes de alta calidad están ganando terreno” explica.

Para Patti Wong, presidenta de Sotheby’s Asia, “la idea del diamante como un objeto sólido, tanto sentimental como físicamente, refuerza su imagen como una de las inversiones más solventes, algo a lo que recurrir especialmente en tiempo de incertidumbre financiera, hoy más que nunca”. Gary Schuler, presidente mundial del área de joyería de Sotheby’s, defiende que “jamás antes el aprecio por los diamantes excepcionales ha sido tan notable.

Este diamante de 102.39 quilates va a ser subastado por Sotheby's

Este diamante de 102.39 quilates fue subastado por Sotheby's

Sotheby's

De récord

El pasado 5 de octubre Sotheby’s adjudicó a un comprador anónimo un grandioso diamante del tamaño de un huevo, de 102.39 quilates, por 13,3 millones de euros

Cada vez más gente entiende que algo con miles de años de antigüedad y el tamaño de una piruleta puede tener el mismo valor que un autorretrato de Rembrandt o un cuadro de Basquiat. Ser conscientes de que esta maravilla de la naturaleza nos sobrevivirá millones de años, es otro factor que explica su vigorosa demanda”.

De la fortaleza de este mercado, da fe el resultado conseguido en Hong Kong el pasado 5 de octubre por Sotheby’s que adjudicó a un comprador anónimo un grandioso diamante del tamaño de un huevo, de 102.39 quilates, por 13,3 millones de euros.

Tiara Flor de Lis, de Ansorena. Los diamantes son un objeto de belleza, pero también un valor monetario seguro, sobre todo en tiempos de incertidumbre como los actuales

Tiara Flor de Lis, de Ansorena. Los diamantes son un objeto de belleza, pero también un valor monetario seguro, sobre todo en tiempos de incertidumbre como los actuales

Andres Garcia Rodriguez

Fundada en 1845, Ansorena ha surtido de joyas a la Casa Real española en los dos últimos siglos. De sus talleres madrileños han salido alhajas emblemáticas como “la diadema de la Flor de Lis y el collar de chatones que fueron regalos de pedida de Alfonso XIII a Victoria Eugenia, y también la Tiara Princesa”, recuerda Elena Mato, directora de su departamento de joyas , quien reconoce que “la talla brillante es la más buscada por nuestros clientes para sortijas y pendientes, acompañadas de otras como la baguette, las perillas o la triángulo.”

“El quilataje de la mayor parte de las joyas que vendemos oscilan entre 0,10 y 3 quilates -explica Mato-y las tallas más habituales, además de la brillante, son la princesa, oval, corazón, perilla, esmeralda, baguette o fantasía, con precios a partir de 200 euros.” Los gustos personales de Elena Mato se decantan por “la talla esmeralda montada en platino y acompañada de diamantes talla baguette. Y también me cautiva el diamante talla brillante para solitario, pendientes y gargantilla”.

Collar chatones de Ansorena, casa que ha surtido de joyas a la corona española

Collar chatones de Ansorena, casa que ha surtido de joyas a la corona española

AccuSoft Inc

La lista de coleccionistas de la gema más rutilante está encabezada por la reina Isabel de Inglaterra cuya corona está embellecida con 2.868 diamantes; igualmente hay que recordar a Wallis Simpson cuyas alhajas se dispersaron en subasta recaudando 50 millones de dólares que se donaron al Instituto Pasteur. Curiosamente entre las personalidades que pujaron en esa venta estaba la actriz Elizabeth Taylor, cuyo mítico joyero se licitó, tras su muerte en 2011, por 144 millones de dólares; la princesa Salima Aga Khan está particularmente orgullosa del Begum Blue, un diamante azul talla corazón de 13,78 quilates, mientras que la filántropa brasileña Lily Safra es una rendida admiradora del joyero norteamericano Joel Arthur Rosenthal, el Fabergé de nuestro tiempo, sin olvidar, entre otras, a la condesa Guy du Boisrouvray, hija del magnate boliviano Simón Patiño, cuya colección, subastada en 1989, incluía un fabuloso collar de 24 diamantes de Cartier que en 1989 estaba valorado en 2 millones de dólares.

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