Tras meses de expectación, dejándose ver ocasionalmente por los alrededores de la fábrica en Maranello mientras rodaba completamente camuflado, Ferrari ha presentado el que será su buque insignia en los años venideros. El siguiente capítulo de un linaje de iconos de la ingeniería. Un vehículo que nace con la difícil tarea de hacer que sus cinco legendarios predecesores, los Supercars como los llaman en Maranello, se sientan orgullosos de su nuevo hermano: 288 GTO, F40, F50, Enzo y LaFerrari.
Desde la presentación del 288 GTO en 1984, los Supercars de Ferrari siempre se han caracterizado por ser el pináculo de lo que la marca italiana puede ofrecer. Siempre utilizando las tecnologías más novedosas, los motores más potentes o los diseños más atrevidos. Y el nuevo F80 no es la excepción: V6 híbrido de 1.200 CV, más de 1.000 kg de carga aerodinámica, alerón trasero móvil y, como colofón, pedigrí ganador en Le Mans.
Y es que, en realidad, el F80 es una versión de calle del 499P, el prototipo de la clase Hypercar del Mundial de Resistencia (WEC) con el que Ferrari consiguió la victoria general en las 24 Horas de Le Mans, tanto en el 2023 como en el 2024, esta última con el catalán Miguel Molina al volante.
El diseño exterior se inspira en otros modelos legendarios de Ferrari. Por ejemplo, los pasos de rueda recuerdan a los del F40 y Enzo con su corte vertical, y la franja negra que recorre el frontal es un guiño al famoso 365 GTB/4 Daytona, una característica que ya se vio en el recién estrenado 12Cilindri y que parece ser una novedad en el lenguaje de diseño de Ferrari.
El interior destaca por la inusual posición de los asientos que Ferrari ha denominado como +1. Esta configuración se basa en situar el asiento del conductor ligeramente por delante del asiento del pasajero, lo que permite una cabina más estrecha que a su vez proporciona mayor eficiencia aerodinámica y, por lo tanto, mayor rendimiento. Mientras que el asiento del piloto puede desplazarse hacia delante y atrás como cualquier otro asiento, el del pasajero está integrado en el monocasco.