La salud mental cada vez está más sobre la mesa. Aunque todavía queda mucho por cambiar, en los últimos años se ha pasado de solo hablar de ella en casos de patologías más graves como la depresión o la anorexia, a hablar sobre la salud mental en el día a día de cualquier persona.
Seguramente por la capacidad que tienen de conectar con la gente, que empatiza con lo que se narra, los vídeos sobre psicología y salud mental 'arrasan' en redes sociales. Allí, se vuelven virales y los usuarios se sienten comprendidos de una vez por todas sobre algunos aspectos de su vida de los que, tal vez, no han hablado nunca con sus seres queridos.
En uno de estos vídeos que se han viralizado en redes, la psicóloga Andrea Rosario explica por qué podemos sentir vacío, apatía o tristeza después de un día en el que todo ha salido bien. “Llegas a casa después de haber pasado un día increíble y, de repente, sensación de vacío”, empieza exponiendo al inicio de la publicación.
“¿Por qué mi cerebro me tiene que sabotear de esta forma si ha sido un día estupendo y no ha pasado absolutamente nada negativo?”, pregunta al aire la experta en salud mental, que asegura que se explica con la teoría del psiquiatra Daniel Siegel. Esta explica que las personas tenemos “una zona óptima de funcionamiento, donde estamos bien, tranquilos, somos capaces de funcionar”.
Tal y como añade la psicóloga en este punto, “vivir situaciones muy positivas también nos pueden desregular y nos pueden sacar de esa ventana de tolerancia”. Cuando estamos eufóricos, explica Rosario, “subimos a una zona de hiper excitación” en la que se liberan muchos neurotransmisores relacionados con la felicidad: dopamina, serotonina, oxitocina...
Reacciones en redes
“¡Súper interesante! Me está pasando después de volver de un viaje con amigas”
Sin embargo, en el momento en el que esa experiencia acaba, sigue Andrea Rosario, tenemos una “caída abrupta de todos esos neurotransmisores que nos hace ir directamente a la zona de hipo excitación”. En ella, sentimos apatía, vacío, tristeza... Pero “no hay nada malo, es algo químico”, asegura la psicóloga. Lo que hay que hacer en este punto es subir de nuevo a la ventana de tolerancia haciendo actividades que nos gusten.