La mayoría de las personas ha experimentado alguna vez en su vida el sentimiento de culpa. Bien sea con su pareja, con algún amigo o familiar; esa emoción, compleja como es al estar directamente influenciada por la moral y el contexto cultural, está directamente definida por el juicio negativo de los demás.
Un juicio al que muchos temen, por lo que tratan de ajustarse a los exigentes estándares de la sociedad lo máximo posible para evitar que suceda eso, ser juzgados por el resto. Sobre esto han charlado Enric Sánchez y la psicóloga Patricia Jiménez en el podcast Vidas Contadas, donde la especialista ha querido llamar la atención sobre el peligro de compararse con los demás y la necesidad de liberarse de ese sentimiento de culpa.
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La psicóloga Patricia Jiménez, en 'Vidas Contadas', con Enric Sánchez.
La sociedad pide que las personas sean productivas, y cuanto más lo sean, más exitosos serán. Un factor que hace que cada vez dediquemos más tiempo a tratar de producir y menos a lo que verdaderamente importa, el autocuidado y pasar momentos de calidad con la familia o los amigos.
“En esta sociedad terminamos con este ‘síndrome de la vida ocupada’, en el que tú tienes valor como persona por la cantidad de cosas que haces”, explica la psicóloga. “Y si no las haces, tienes la sensación de que estás perdiendo el tiempo, que eres un vago, no tienes interés ni motivaciones”.
La presión está al orden del día para ser perfectos. “Nuestra autoestima está relacionada con la cantidad de cosas que hacemos, sobre todo hacia fuera, que se vea.”, señala Jiménez. Sin embargo, la psicóloga da otra clave de comparación muy peligrosa, sobre todo para los más jóvenes: las redes sociales.
Jiménez: “Aprendemos desde pequeños que el éxito es lo que tiene el otro”
“Las comparaciones que establecemos en las redes sociales es otro riesgo. Son la medida del éxito, que ahora lo trasladamos a una comparación con millones de personas”, explica Jiménez. “Ya no te comparas con tu primo o con tu hermano, sino con esa mujer maravillosa que no conoces, que se hace una foto con tres hijos perfectamente peinados y vestidos y un marido que la mira embelesado… Y tú en tu casa, friendo croquetas, sintiéndote que no estás a la altura y tratando de copiar un momento que no existe”.
La psicóloga advierte: “Estamos tratando de copiar un modelo que no existe, el instante de la vida de una persona. Esa comparación se convierte en algo castigador, que no lograrás alcanzar porque no existe”, insiste. “Las redes sociales son El show de Truman. No puedes copiar lo que ves en un instante, que a veces está ficcionado y con un filtro emocional que convierte ese momento en lo que quieren enseñar para obtener más audiencia”.
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Fotograma de la película 'El show de Truman' (1998), de Peter Weir
Jiménez explica que ver esos instantes de la persona no son el “todo” de esa persona en redes. “Se puede ver lo que comparten en redes sociales, pero no a lo que renuncia”, cuenta, explicando a lo que ella misma ha tenido que renunciar y delegar en su carrera para poder dedicarse a su profesión. “Compararnos con otra persona sin saber cómo es, biológicamente, a qué renuncia, qué delega… Es una tontería. Somos únicos”.
Patricia Jiménez: “En redes nos ponemos un 'filtro emocional' de lo que queremos enseñar a la gente para atraer más 'likes'”
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Enric Sánchez pone como ejemplo a María Pombo y Pablo Castellanos.
La especialista afirma que la sociedad tiene el grave problema de que la gente no vive la vida que quiere vivir. “Tenemos que aprender a mirar hacia dentro. La gente dedica mucho tiempo a estudiar, pero poco a mirar para adentro”, reflexiona.
“Hemos de dedicar tiempo a encontrar nuestros valores, decidir dónde queremos vivir y encontrar la satisfacción en nuestra vida para no tener que buscar y querer evadirnos para simular vivir otras. No hay que anestesiar nuestras emociones”.