A nadie le gusta discutir. Si bien hay personas que, por su forma de ser y las herramientas psicológicas que han aprendido durante su vida, tienden a verse envueltas constantemente en discusiones, normalmente nadie discute por gusto. Estos conflictos suelen tener lugar como respuesta a miedos, inseguridades o situaciones que te llevan al límite y no a un placer por el drama.
Sin embargo, hay personas que funcionan de forma totalmente contraria: evitan los conflictos, las conversaciones incómodas y los 'dramas' a toda costa. A menudo pueden ser personas que digan que no les gusta discutir, que prefieren quedarse al margen de lo que haya pasado o que no les gusta meterse en problemas. Una forma de ser que va acorde al meme del chill guy (tío calmado, en español) que está dando la vuelta a las redes sociales y al que también hace referencia el psicólogo del que hablamos hoy.
Aunque esta posición de querer evitar conflictor pueda parecer razonable para muchos, a veces es precisamente la causa de que los problemas se conviertan en asuntos todavía más graves. Así lo asegura el psicólogo, sexólogo y terapeuta de pareja Adrián Chico.
En un vídeo publicado en su perfil de TikTok, el terapeuta diferencia entre el hecho de que “a ti no te guste ser un tóxico y estar todo el día discutiendo” y evitar cualquier cosa que “no vaya a favor de la corriente que a ti te interese y te convenga o sea una conversación incómoda”.
Chico explica que, a menudo, estas personas hacen sentir a los demás que les están complicando la vida y que les gusta discutir y generar drama, pero deja claro que no es así. “En una relación, del tipo que sea, hay que tener conversaciones incómodas”, afirma con contundencia este psicólogo, que añade que, aunque “vas a escuchar cosas que no te van a gustar, tienes que hacer el esfuerzo de escucharlas” si te importa la persona que te está expresando que algo que has hecho le ha hecho daño.
Palabras del terapeuta
“Diferenciemos entre ser una persona calmada y ser un manipulador emocional de narices”
El psicólogo insiste en que no se trata de discutir siempre, sino ser capaces de hablar de temas peliagudos cuando es necesario. “A veces toca discutir sobre temas que a la otra persona no le han gustado y no está buscando drama, está buscando solucionarlas”, explica Adrián Chico. De hecho, añade que el hecho de callar lo que a uno le hace sentir mal sí que es “complicarse la vida” de verdad.