El médico y conferenciante Mario Alonso Puig ha compartido una poderosa reflexión sobre el impacto del amor en la salud, asegurando que no solo ayuda a sanar heridas emocionales, sino que también puede influir en la recuperación física de los pacientes.
Según explica, existe evidencia científica que demuestra el poder curativo del afecto y el trato humano en los procesos de enfermedad.
Lo ha comprobado en pacientes con cáncer y dolor crónico
Recuperarse físicamente gracias al amor
“Está comprobadísimo que el amor tiene una capacidad de sanar, pero no solo de sanar a nivel de heridas emocionales, sino sanar a nivel físico”, afirma Mario Alonso Puig. Para ilustrarlo, menciona casos de pacientes con cáncer que padecen dolor crónico y cómo este disminuye cuando reciben un trato cercano y comprensivo por parte de sus médicos. “Cuando están siendo tratadas por oncólogos cercanos, amables, comprensivos... su nivel de dolor baja y se sabe que baja porque se liberan péptidos, hormonas internas, que son opiáceos y que reducen el dolor”.
Además del alivio del dolor, Puig destaca cómo el entorno afectivo influye en la longevidad de las personas. “También se ha visto que cuando alguien se ve rodeado de personas a las que le importas, se ve como los telómeros, que son los protectores de la longevidad, se alargan, es decir, se alarga la vida”.
El doctor subraya la importancia de recuperar un enfoque humanista en la sociedad. “Es de tal importancia esto que por eso se necesita tanto recuperar un sentido humanista de la vida y tratarnos con afecto unos a otros”, sostiene.
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Para él, el bienestar no solo depende de los avances médicos, sino también de la calidad del trato interpersonal. “Ofrecer a los demás lo mejor, no lo peor”, concluye Mario Alonso Puig, defendiendo la idea de que el amor y la conexión humana marcan una diferencia real en la salud de las personas.