Bien es sabido que el pescado es un alimento con numerosos beneficios para el organismo. En concreto, el pescado azul destaca por su alto aporte en ácidos grasos omega-3, por lo que la Fundación Española del Corazón recomienda tomar al menos dos raciones a la semana de pescado azul con el objetivo de cuidar nuestra salud cardiovascular.
Y dentro del amplio espectro de pescados azules (salmón, atún, sardinas…), uno de los que mayor interés nutricional atesora es la caballa, tal y como sostienen desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Entre sus muchas propiedades nutricionales, la caballa tiene además el ‘superpoder’ de aumentar la producción de colágeno en la piel, contrarrestando así la pérdida de este componente en nuestros tejidos con el paso de los años.
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La caballa es un pescado que destaca por su alto contenido en ácidos grasos omega-3.
Los numerosos beneficios de la caballa para la piel, la memoria y la salud cardiovascular
La Federación Española de Nutrición (FEN) también alaba el interés nutricional de la caballa, amén de su alto contenido en ácidos grasos omega-3. Es fuente de magnesio, selenio, fósforo y potasio, sobresaliendo también su aporte en vitaminas del grupo B. Por si fuera poco, tiene riboflavina, una vitamina que contribuye al funcionamiento normal del sistema nervioso.
Según una publicación de Klarity Health Library, el consumo de caballa entraña un impacto significativo en el aspecto de nuestra piel, gracias a sus antioxidantes y, de nuevo, a su contenido en omega-3, vitaminas B12, D y E, selenio y colágeno.
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De la caballa cabe también destacar su aporte de vitaminas del grupo B.
Dicho artículo subraya que los ácidos grasos omega-3 de la caballa surten efectos antiinflamatorios, pudiendo combatir imperfecciones como la irritación y enrojecimiento de la piel, así como el acné. A ello se añade que ayuda a retener la humedad de la piel, manteniéndola hidratada, lo que a su vez da como resultado un cutis más terso, firme y, por consiguiente, de aspecto más joven.
Por su aporte de vitaminas E y B12, también contribuye a la síntesis de colágeno y promueve el desarrollo de células sanas, reduciendo la aparición de arrugas y el estrés oxidativo de la piel.
No acaban aquí las bondades, pues el consumo de pescado azul resulta de suma importancia para cuidar nuestro cerebro y nuestra memoria. “Para evitar enfermedades degenerativas en el cerebro, es fundamental asegurar el consumo de ácidos grasos omega-3, concretamente el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA), que se encuentran sobre todo en los pescados azules”, señala en este artículo el nutricionista de Medicadiet, Álvaro Sánchez.
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La caballa es además un pescado con bajo contenido en mercurio.
Tomando todo ello en consideración, la caballa se postula como un auténtico imprescindible en tus menús semanales, contando además con la ventaja de ser económica, sabrosa y con un bajo contenido en mercurio, según datos de la Academia Española de Nutrición y Dietética.