Donald Robertson es escritor, psicoterapeuta cognitivo-conductual y miembro de la Royal Society for Public Health (RSPH). A través de su obra, Piensa como un filósofo griego (2025), proporciona herramientas para alcanzar una vida más auténtica y reflexiva a través del método de Sócrates, el padrino de los estoicos. Además, este manual nos acerca los beneficios de incorporar esta milenaria filosofía en nuestras vidas.
A través de su libro, habla de la importancia de poner en duda nuestras creencias más arraigadas para encontrar una mayor claridad mental y emocional. “Es probable que nunca te enfrentes al dilema entre renegar tus ideas o que te condenen al suicidio”, confiesa el autor. Además, explica que Sócrates no solo tomó su decisión con integridad inquebrantable, sino que también dejó el legado del método socrático.
Portada de Piensa como un filósofo griego
El método socrático, basado en la dialéctica y la indagación, trata de buscar y analizar la verdad. De este modo, cuestionando todo aquello que se sabe o que se haya asimilado previamente, se puede llegar a la compresión más profunda de un tema concreto. Por tanto, el objetivo principal del método, es promover la autorreflexión y el pensamiento crítico, de modo que se eliminen las pretensiones de certeza.
La virtud
Para explicar este concepto, hablamos de que virtud es la traducción convencional de la palabra griega areté. Según explica Robertson, esto se refiere a las cualidades que hace que algo sea excepcionalmente bueno. Pero, ¿qué es realmente bueno? El autor destaca la importancia de “no apelar a la popularidad de una idea como si eso demostrara que es correcta”. Cada uno tiene el deber de responder por sí mismo mediante el uso de su propia razón.
Biblioteca, libros sobre mesa y fondo para estudiar.
Según explica el autor, el primer paso para encontrar qué es aquello realmente bueno es preguntarnos qué es lo mejor para el ser humano: ¿qué significa vivir bien y prosperar? La palabra que designa este concepto es eudaimonía. “La felicidad es lo contrario de ser desdichado”, confesa el autor. Además, la felicidad va más allá de ser un sentimiento, es un estado del ser.
Los objetivos y deseos en la vida
El autor habla de la importancia de plantearse preguntas a uno mismo, para reevaluar nuestro objetivo y deseos en la vida. Robertson explica que un joven preocupado por la mejora personal preguntó a Sócrates cuál era el mejor sitio para aplicar filosofía. El filósofo le dijo que se debía comenzar por comprender los conceptos de bien y mal, concretamente en relación con llevar una vida virtuosa. Para ello, se debía llevar a cabo el siguiente ejercicio.
Antiguo filósofo ateniense. Esta es su estatua, situada frente a la Academia de Atenas, Grecia.
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En primer lugar, se debe coger un trozo de papel y pensar un montón de ideas para formar una lista con las cosas que creemos que contribuyen a la buena vida o el éxito personal. Como aconsejaba Sócrates, se debe pensar en uno mismo y cuestionar las propias suposiciones sobre lo que es bueno. El autor comparte algunas preguntas derivadas de los diálogos socráticos y que pueden resultar útiles en el proceso:
- ¿Qué es, para ti, la felicidad o la prosperidad (eudaimo-nía)
- ¿A qué tipo de persona se la puede denominar como próspera?
- ¿Qué tipo de cualidades o posesiones pueden contribuir a la «prosperidad»?
- ¿Cuál sería la definición de una persona «próspera»?
- ¿Cómo podemos describir la prosperidad?
