Como ocurre con otros grandes “dilemas” de la vida, como la tortilla de patata con o sin cebolla, Iphone o Android, o Nocilla o Nutella, la población se divide en dos grandes grupos: los que se duchan por la mañana o por la noche. Los primeros, defienden que ayuda a activarse y, por tanto, a empezar el día con más energía.
Pero a aquellos a los que les cuesta salir de la cama a primera hora, no importa el número de alarmas o las tazas de café, les es imposible meterse bajo el agua nada más levantarse. Además, estos últimos argumentan que, al ducharse antes de dormir, evitan llevarse a la cama la suciedad y agentes contaminantes con los que han estado en contacto durante el día y además, les ayuda a relajarse.
Dermatológicamente hablando, no existe ningún motivo por el que ducharse a una hora u otra
Qué dicen los expertos
Sin embargo, los expertos tienen opiniones diferentes. En primer lugar estas partículas contaminantes que tanto preocupan a algunos son muy complicadas de acumular, especialmente en el cuerpo. “Es exagerado. Si fuéramos muy puristas, quizás podrían adherirse a la cara y el pelo, pero nunca a nuestro cuerpo”, explica Ramón Grimalt, dermatólogo, divulgador científico y profesor de dermatología en la Universidad Internacional de Catalunya.
Por tanto, Grimalt afirma que, dermatológicamente hablando, no existe ningún motivo por el que ducharse a una hora u otra del día sea más saludable. No obstante, la doctora en psicología y profesora en la Universidad de Harvard Shelley Carson, sí que encuentra diferentes razones por las que recomienda que uno se duche nada más levantarse o antes de dormir.
El momento de la ducha ayuda tanto a mantenerse relajado como alerta
Según la experta, el momento de la ducha ayuda tanto a mantenerse relajado como alerta, dos características que fomentan enormemente la creatividad. De esta manera, ducharse por la mañana en un día de trabajo que se espera ajetreado, o cuando se necesita ser creativo, sería la mejor opción.
Por otra parte, tomar una ducha a última hora del día también permite irse a dormir relajado, ya que reduce los niveles de estrés y el agua ayuda a regular la temperatura corporal, lo que induce el sueño. Este es el motivo por el que Shelley recomienda las duchas nocturnas a aquellas personas a las que les cuesta desconectar de lo que le ocurre durante el día.
Exceso de higiene
Pese a que las conclusiones de los dermatólogos indican que el momento de la ducha es indiferente o que basta con adaptar ese momento a los niveles de estrés que se sienta, no significa que sea saludable ducharse varias veces al día. Existe un problema con el exceso de higiene, porque enjabonarse el cuerpo entero más de lo necesario, puede producir problemas a largo plazo en la piel, como sequedad o hipersensibilidad.
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Grimalt advierte del peligro de ducharse de manera incorrecta, “el jabón desengrasa y nuestra piel posee grasas naturales que la protegen”. Si uno se enjabona las piernas a conciencia a diario, por ejemplo, las está desengrasando, lo cual lleva a tener la piel seca. Posteriormente se aplicará crema hidratante para solucionar este problema, pero tal y como explica el dermatólogo “la grasa natural es mucho mejor que la de la crema que venden en una farmacia”.