Su amiga Eva dice de Olivia que es “cruda y visceral, pero muy inteligente y aterciopelada”. Otra cómplice, Claudia, la define como “generosa y buena. De las que siempre escucha y te saca del fango. Intrépida, pícara y más lista que el hambre”. “Ojala que acierten”, dice la actriz entre risas.
A sus 29 años, Olivia Baglivi forma parte de una generación de actrices que saben lo que es la sororidad. En Libélulas comparte cartel con Milena Smit: “La complicidad trabajando juntas y la intimidad entre dos amigas que hemos conseguido retratar en la película me las llevo para siempre”, comenta.
“Para mí una libélula es ahora el alma de Alex (su personaje) y Cata (Milena). Todo lo que se supone que simboliza, con su frágil vuelo suspendido en equilibrio, está poéticamente relacionado con la historia de Alex. Significa madurez y profundidad, cambio de perspectiva de la auto-realización y entender el significado de la vida”, explica la actriz.
Tiendo a relativizar, soy bastante positiva y no suelo recrearme en el dolor”
Hija de padre pintor y madre paisajista, el arte llegó a su vida de forma natural, pero también comprometida, porque se ha tomado muy en serio su vocación de bailarina y actriz. Estudió Ballet clásico en la escuela de Víctor Ullate –una lesión la apartó del baile a los 19 años– y se formó como actriz con William Leyton y en el estudio Corazza, por donde ha pasado el mismísimo Javier Bardem. “Me inculcaron respeto al texto y al trabajo, la entrega, el no dar por hecho que en una primera lectura encuentras el sentido de la escena…”, recuerda. Entre sus referentes: Hilary Swank, Gena Rowlands, Kristen Stewart, Meryl Streep y Chloe Sevigny.
Tiene miedo a no sentirse realizada, a tomar malas decisiones, a no poder vivir de lo que le gusta… Las preocupaciones comunes de una mujer que sabe lo que quiere y lo difícil que es lograrlo. Lo maneja bien: “Tiendo a relativizar, soy bastante positiva y no suelo recrearme en el dolor”, asegura.
Le ponen de los nervios “las injusticias, los discursos aprendidos sobre temas polémicos y el no tener opinión propia”. Se implica con la defensa de los animales y en "promover la adopción, no su compra”. Se reconoce a veces dependiente del móvil. “Trato de dejarlo lejos cuando leo o veo una película, aunque no siempre lo consigo”, confiesa.
Le indignan las injusticias, los discursos aprendidos sobre temas polémicos y el no tener opinión propia”
“Lo que eres me distrae de lo que dices”. El verso de Pedro Salinas es el primero que le viene a su cabeza de amante de la poesía. Otro más: “Quisiera estar en otra parte, mejor en otra piel, y averiguar si desde allí la vida, por las ventanas de otros ojos, se ve así de grotesca algunas tardes”, de Ángel González. Y vuelta a Salinas: “Su gran obra de amor era dejarme solo”.
Entre sus proyectos: “Seguir en el teatro con La Gaviota o los hijos de, de Pablo Quijano. Me acabo de unir a su compañía y estoy feliz”. También protagoniza Suelta, el cortometraje de debut en la dirección del actor Javier Pereira que aborda el tema de la sumisión química: “Me preocupa mucho que tengamos que ser nosotras las que andemos con cuidado, y que el foco no esté en la persona que lo acomete”, señala Olivia.
El maquillaje
1. Hidratación y color. Bálsamo para los labios KissKiss Bee glow en el tono 775 Poppy Glow. 37,50 euros
2. Tres en uno. Sérum, aceite y loción. Aceite avanzado de juventud de Abeille Royale. 130 euros
3. Buena cara con truco. Polvos Terracotta Light n.º 04, (49 euros) y brocha Terracotta. 55 euros
4. Edición limitada. La abeja de la Maison luce en sus polvos Terracotta Blooming Bee. 49 euros
Todo de Guerlain
Fotógrafo: Andrés García Luján
Estilismo: Ana Capel
Asistente de fotografía: Cesco Rodríguez
Maquillaje: Inés Castaños para Guerlain
Dirección creativa: Joana Bonet