“Si llevamos las experiencias al límite, podemos transformar la mente” decía Paco Rabanne en 1967. Nunca fue como los demás. Por eso sus trajes estaban hechos de metal domado a golpe de soplete y jugaban con las infinitas posibilidades del plástico. En plena carrera espacial su moda era revolucionariamente futurista. Iba un paso por delante. En 1995 su mensaje seguía apostando por la innovación: “La creatividad no se trata solo de seducir sino sobre todo de sorprender”, declaraba.
Sus perfumes, desde Calandre, que en 1969 introducía la rosa metálica para vestir una feminidad no sujeta a los tópicos, hasta el visionario One Million, el sello olfativo de muchos Zetas siempre han impactado. La nueva invitación a salirse de las normas viene del futuro, tiene forma de robot retro y se apunta a la sostenibilidad. Se llama Phantom y es la primera fragancia conectada.
¿Qué quiere decir eso? “La botella está conectada a una plataforma de contenido en línea gracias a un chip NFC integrado en el tapón. Y, centrándonos estrictamente en la fragancia, hablamos de conectividad porque nuestro equipo de perfumistas fue asistido por IA (inteligencia artificial), combinada con neurociencia.
Los ingredientes y la forma en que se combinan han sido seleccionados porque los neurocientíficos han demostrado que pueden activar áreas cerebrales asociadas a la seducción, el estado de alerta y la energía”, explica Arnaud Montet, experto en inteligencia artificial en International Flavors and Fragances (IFF).
Phantom
El perfume puede ser muy divertido sin renunciar a su objetivo original: crear emociones
Los jóvenes hiperconectados de ahora mismo son capaces de convertir su perfume en un gadget de entretenimiento. Cuando el smartphone toca la cabeza del robot entra en el universo Phantom y da acceso a filtros interactivos, listas de reproducción personalizadas, realidad aumentada, juegos interactivos… Sí, el perfume puede ser muy divertido sin renunciar a su objetivo original: crear emociones. “Los consumidores nos pedían una fragancia con beneficios emocionales, pero también querían pruebas de ello, no solo literatura o algo abstracto. Con la neurociencia, ya se pueden probar científicamente”, comenta Montet.
Phantom se probó en hombres de entre 18 y 35 años para saber qué emociones despertaba en el cerebro. Se tomaron 45 millones de medidas cerebrales para concluir que estimulaba la sensualidad, la autoconfianza y la energía.
La inteligencia artificial concede superpoderes al perfumista –Phantom tiene cuatro creadores de primera línea: Loc Dong, Juliette Karagueuzoglou, Dominique Ropion y Anne Flipo– empujándoles a seguir uno de los lemas de la marca, Dare to be Different (atrévete a ser distinto). “Es un gran instrumento para ellos porque les ofrece nuevas combinaciones de ingredientes en los que no habían pensado”, dice el experto. Creatividad aumentada.
“Gracias a la neurociencia, las herramientas de algoritmos y la inteligencia artificial los perfumistas han podido trascender sus límites creativos”, comenta. ¿La intuición y el oficio son cosas del pasado? “¡Por supuesto que no! –replica rápido Arnaud Montet– Nuestros perfumistas son artistas y la intuición y la creatividad siempre están y estarán ahí. La IA es más como un GPS que, solo en caso de que quieran, les puede guiar para descubrir nuevas rutas y nuevas asociaciones de ingredientes”.
Artesanía e innovación. El savoir faire de Grasse con lo último en tecnología. Tranquilos puristas, que Phantom no es un perfume hecho por ordenador. “Técnicamente podría hacerse, pero no tiene sentido”, concluye Montet.
Loc Dong y Juliette Karagueuzoglou
Una idea loca multiplicada por diez
Loc Dong, uno de los cuatro perfumistas de Phanton, tuvo una idea loca: quería introducir una sobredosis de acetato de estirelilo en la fragancia para crear una propuesta futurista. Pasada la idea por la IA la sorpresa fue mayúscula: ¡animaba a usar diez veces la cantidad habitual en los perfumes modernos! La (sobre) dosis óptima para generar sentimientos de bienestar y alerta. Dos de los perfumistas, Dong (desde Nueva York) y Juliette Karagueuzoglou (en París), desvelan los secretos de su fórmula.
“Este es un perfume que nunca duerme porque, por las diferentes zonas horarias y las limitaciones de la pandemia, siempre había alguien trabajando en él”, comenta divertida Juliette. “Hemos trabajado en este proyecto durante más de tres años, desarrollar una fragancia siempre es un proceso muy largo”, apunta Loc Dong. “Centenares de pruebas”, asiente Karagueuzoglou.
¿Qué ha aportado cada uno de sus creadores al perfume?
Juliette Karagueuzoglou: “Loc frescura y tensión, yo artesanía y equilibrio. Anne y Dominique se unieron algo más tarde al proceso creativo. Ellos lo afinaron para hacerlo más poderoso y duradero”.
¿Qué tal se llevan las ‘narices’ con la neurociencia y la IA?
Juliette Karagueuzoglou: “Lo mejor de la IA es que procesa todos los datos que tenemos en un tiempo récord ¡a nosotros nos llevaría toda una vida! Nos ayuda a entender cómo los ingredientes se relacionan con las emociones y sugiere distintas combinaciones. Además de mis propias ideas, es interesante ver sus sugerencias. Es una nueva capa, una nueva manera de pensar en el perfume más allá de su olor”.
Loc Dong: “Todas estas herramientas son fantásticas, aumentan la velocidad de la innovación amplificando nuestra creatividad. Phantom es perfumería 2.0”.
Los más jóvenes buscan una frescura que sea a la vez poderosa y mucha sensualidad”
¿Qué le piden las nuevas generaciones a un perfume?
Loc Dong: “Según nuestras encuestas, los más jóvenes buscan una frescura que sea a la vez poderosa y mucha sensualidad. La primera virtud que ha de tener un perfume es muy simple: la persona que lo lleve ha de amarlo”.
¿A qué huele?
Como nada en este perfume es clásico, el ingrediente que lo distingue es el acetato de estirelilo, una molécula que potencia la energía del aceite de cáscara de limón, puro destello verde. Después asoma el vetiver con sus matices amaderados, el pachulí con un punto ahumado y un regusto de manzana…
La lavanda 3.0, más cremosa, tampoco es convencional: “Mezclamos tres lavandas francesas obtenidas por tres procesos de extracción distintos”, explica la perfumista Juliette Karagueuzoglou. Es fresca pero no pasa desapercibida. Engancha.