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La fragua de Botero

ARTE

Un operario de la fundición Mariani da los últimos retoques a una escultura de Botero antes de la exposición que hubo este verano

Propias

Con motivo del 80 cumpleaños que celebró este año el escultor colombiano Fernando Botero, se hizo una exposición con su obra en la localidad italiana de Pietrasanta. Y es que esta población del norte de la Toscana, a orillas del Mediterráneo, tiene mucho que ver con la obra del artista, que fue nombrado ciudadano de honor en el 2001. En cierto modo, es un retorno a sus orígenes, ya que en 1780, sus ancestros, los hermanos Giuseppe y Paolo Botero, embarcaron en el puerto de Génova con destino a Medellín (Colombia). Pero, además, en sus fundiciones y talleres se hacen realidad las características esculturas en bronce del artista, un proceso que se recoge en este reportaje.

Habría que retroceder en el tiempo para encontrar los orígenes de la vocación artística de este lugar. Pietrasanta fue fundada en 1255 por Giancarlo Pietrasanta, el magistrado gobernante de Lucca. Fortificada en el año 1300, fue conquistada por Pisa y Florencia y acabó siendo controlada por esta última en 1513.

La ciudad ha estado siempre relacionada con el material que se extrae de las canteras de los Alpes Apuanos, el mármol. A sólo 20 kilómetrosse encuentra Carrara, que dio renombre universal a las piedras de las montañas cercanas. Cuenta una leyenda que Dios decidió hacerlas de mármol. Al finalizar, su obra le pareció demasiado resplandeciente y ordenó a sus ángeles que las cubrieran con una capa de tierra.

Viendo hoy el complejo proceso de extracción de ese preciado material en canteras comola del Monte Altíssimo, a 1.589 metros de altitud, y luego su transporte hasta el nivel del mar, cabe preguntarse cómo sería el trabajo en los tiempos del imperio romano. Las crónicas cuentan que era una labor inhumana, propia de esclavos. El transporte de los pesados bloques se hacía con asnos y cuerdas por caminos infernales al borde de precipicios, al fondo de los cuales iban a parar muchas veces hombres, animales y piedras.

El Renacimiento florentino del siglo XV al XVI volvió a abrir las canteras abandonadas desde la edad media. El mismo Miguel Ángel subió hasta el Monte Altíssimo para seleccionar el material de mejor calidad para sus famosas obras.

Hoy, los camiones repletos de bloques de mármol bajan de las canteras de Colonnata, Fantiscritti y Ravaccione en una procesión sin fin. Algunos de los bloques que no se exportan, vía marítima, acabarán en Pietrasanta para ser trabajados. Podría decirse que Carrara es la cantera y Pietrasanta el arte.

La vocación artística de esta población perdura e incluso se ha ampliado enla actualidad. Altradicional trabajo sobre mármol se han ido añadiendo nuevas actividades artísticas como la cerámica, la marquetería, el mosaico, el grabado o el forjado del hierro y el bronce.

Para tener una idea aproximada de esta unión entre Pietrasanta y el arte es de obligada visita el Museo de los Bocetos y el parque Internacional de Esculturas Contemporáneas. El museo, creado en 1984, reúne más de 600 bocetos y modelos –por lo general, en yeso– de las obras de más de 300 escultores italianos y extranjeros que trabajaron o aún lo hacen con los talleres dela ciudad. Visitandola colección se obtiene un amplio espectro de las principales corrientes artísticas del siglo XX.

Muchos artistas y artesanos viven aquí; Fernando Botero tiene una casa en la que reside tres meses al año junto a su esposa, la escultora griega Sophia Vari, y desde donde controla la elaboración de sus esculturas.

En Pietrasanta conviven hasta ocho fundiciones de bronce entre las que se encuentrala Artistica Mariani, creada en 1952 por Claudio Mariani. Este taller, que emplea a una cuarentena de artistas y operarios, es uno de los referentes mundiales en lo que a fundición y forjado de metales se refiere. Allí se fabrican obras de artistas como el ya mencionado Botero, Lorenzo Queen, Erci Goulder o Daphné du Barry, entre otros.

Creadores en bronce

Aunque todo empezara con el mármol, actualmente, en Pietrasanta tienen más relevancia los trabajos en bronce. Para crear una estatua de ese material, el artista suministra el modelo, por lo general a escala reducida, en el material de su elección. En el caso de Botero, por ejemplo, suele llevar en la Vespa con que se mueve por la ciudad una pequeña escultura modelada en arcilla en su taller que al final del proceso –se hace un molde a tamaño real y se vierte el bronce fundido– derivará en una de sus ya famosas esculturas. Los trabajos de este artista, debido a su gran tamaño, se hacen por piezas, y en el tramo final, antes del pulido y del toque del artista, se ensamblan mediante soldadura.

Es un proceso complejo, algunas de cuyas fases suelen supervisar los creadores en persona, ya sea la elaboración de la copia en cera de su primer modelo o el pulido y el ensamblado final de las partes.

Los trabajos en bronce están en la primera línea de la producción artística de Pietrasanta. Se trata de una actividad cuyos secretos se han transmitido de generación en generación y sólo encuentra competencia en muy pocos lugares, como Nueva York.

Mármol eterno

Pero no se puede olvidar el mármol, en el que se cimentó la reputación de la ciudad toscana. Uno de los estudios y talleres de más renombre en Pietrasanta es el de Maximo Gallene, donde se siguen utilizando muchas de las técnicas ancestrales. Ahí se hacen trabajos clásicos, esculturas religiosas y modernas, bajorrelieves, capiteles, objetos decorativos, retratos y bustos. Como dicen en el taller: cualquiera que sea su idea, puede esculpirse en mármol creando una obra única.

Poco antes de comenzar la gran exposición de Botero que tuvo lugar este verano, enla Fonderia Artistica Marianise acumulaban las estatuas del escultor colombiano. En el taller de pulido y ensamblaje se podía observar a un operario dando los últimos toques a un gigantesco caballo que conservaba todavía el color del bronce. Después lo trató con diferentes productos químicos para que la pátina dorada se convirtiera en el color elegido que podía verse en la muestra.

Sus nuevas obras acompañaron durante unas semanas a la solitaria estatua del Guerrero romano, enla plaza Matteotti, un regalo que el artista hizo a la ciudad donde se han producido una cantidad importante de sus reconocidas obras. Una actividad que puede ser una excusa más para visitar esta bonita ciudad de la Toscana.

Vertido de bronce fundido a una temperatura de 1.400 grados en el molde de cerámica que adoptará la forma de la estatua

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