Unas 10.000 personas, según la organización, participaron ayer en el GermanorFest, celebrado en el Parc Central de Torrent. 3.000 personas en el matinal y 7.000 por la noche, cuando se programaron los conciertos más destacados, se acercaron al certamen pospuesto por las lluvias de la semana del 8 de marzo que, finalmente, deslucieron en parte las Fallas de València.
El escenario del GermanorFest contó con actuaciones de La Habitación Roja, La Casa Azul, La Fúmiga o Varry Brava que los vecinos de L’Horta Sud pudieron disfrutar. La previa corrió a cargo de otros artistas, como The Sepionets, Sister Lau DJ, Pablo Cebrián DJ, Criss Cross DJ y Miss Deep'in.
Actuaron La Habitación Roja, La Casa Azul, La Fúmiga o Varry Brava
Además, en el festival se presentó la remasterización exclusiva de “Mi Tierra” de Nino Bravo, un tributo que explican busca “resaltar la conexión de Nino Bravo con Valencia y su legado musical imborrable” y hubo castillo de fuegos artificiales de Ricardo Caballer. La aportación solidaria se debe a que, por cada asistente, Amstel donará 5 euros a la Fundació Horta Sud para ayudar en la reconstrucción.
Y mientras en Torrent se celebraba la fiesta, en Paiporta se prendía fuego a la falla SOM, plantada en la plaza de la Iglesia en homenaje a los pueblos afectados. A la Cremà asistieron la delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Pilar Bernabé; la alcaldesa de Paiporta, Maribel Albalat, y el presidente de la Mancomunitat de l'Horta Sud, José F. Cabanes, entre otras autoridades, así como los representantes de la falla Convento Jerusalén-Matemático Marzal y de las comisiones de la localidad y de la comarca. La encargada de prender la mecha fue la fallera mayor de Convento Jerusalén, Carmen Prades, comisión que hizo doblete en Fallas con sendos primeros primeros de la sección Especial.
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Las llamas ardiendo en la falla de Paiporta fueron “metáfora de la luz que nos une en los momentos más difíciles”
Con 12 metros de altura, la falla presentaba un cuerpo central en forma de manos que sostenía unas llamas de varilla, que representaban “el espíritu fallero que nunca se apaga”. Las llamas, iluminadas desde su interior, brillaban en la noche “como metáfora de la luz que nos une en los momentos más difíciles”, explicaron y recoge EP.