“Hacen falta más ayudas y con más rapidez y tienen que venir fundamentalmente del Estado. Además la ”precaria“ situación de las arcas públicas valencianas no permite a la Generalitat Valenciana acudir a los mercados”, ha sintetizado, muy didácticamente, Francisco Pérez, director de Investigación del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) este viernes al dar a conocer el informe de alcance económico de la dana del 29 de octubre. El estudio parte de una premisa: todavía no se conoce la cifra exacta de las pérdidas y el impacto en el PIB valenciano será “mucho más elevado” que la caída que se reflejará inicialmente.
Con todo, las cifras que calcula el Ivie apuntan a unas pérdidas que superarían “fácilmente” los 17.000 millones de euros, ya que las inundaciones pueden haber destruido al menos el 20% de los 85.900 millones de euros de activos privados y públicos localizados en los municipios inundados. Asimismo, Joaquín Maudos, director adjunto de investigación del Ivie, ha aludido al cálculo que plantea la AIReF en sus previsiones macroeconómicas, que cifra en 11.000 millones de euros en fondos no reembolsables por la dana frente a unas pérdidas, según el Ivie, no menores de 17.000 millones de euros.
Hacen falta más ayudas y con más rapidez y tienen que venir fundamentalmente del Estado"
Pérez ha explicado que los impactos de las inundaciones y que esta heterogeneidad es importante de cara a la recuperación. El Informe del Ivie destaca que, además de las pérdidas iniciales de activos, la dana tendrá consecuencias más allá de 2024, en forma de limitaciones para el desarrollo normal de las actividades en 2025 y necesidades de reconstrucción y recuperación. Y la dimensión de estos impactos, tanto negativos como positivos, dependerá del volumen y orientación de las ayudas pero también de la resiliencia de la economía y la sociedad valencianas.
Es por ello que los economistas plantean una serie de recomendaciones, la primera de las cuales reitera que la estimación de las pérdidas de activos debe ser la referencia fundamental para cuantificar la necesidad de ayudas directas para la reconstrucción, a las que piden “agilidad, potencia y duración”. “Esta es una catástrofe de una enorme dimensión de la que es muy difícil salir si no se nos echa una mano importante”, ha reiterado Pérez, con un gran esfuerzo divulgador.
Entre sus consejos, construir un sistema de indicadores que permita monitorizar la recuperación con el fin de impulsarla, advirtiendo del riesgo que supondría el estancamiento de las zonas más dañadas, así como anunciar un plan de acción a medio y largo plazo “para infundir seguridad y prevenir, amortiguar los daños en las futuras danas. Es importante”, ha señalado Maudos. Evitar la deslocalización de empresas está en la raíz del planteamiento, un argumento al que también hizo alusión este jueves el CEO de Iberdrola España, Mario Ruiz-Tagle cuando señaló la importancia de construir de manera coordinada con las administraciones atendiendo a la peculiaridad del terreno.