Una comparativa entre el registro de informes municipales y el Registro de la Generalitat Valenciana en el que se listan todas las viviendas dadas de alta en el municipio de Alicante ha dado como resultado que en la ciudad existen un total de 3.292 viviendas de uso turístico dadas de alta de manera irregular. Según fuentes de la concejalía de Urbanismo, “33 de ellas han solicitado el informe correspondiente al Ayuntamiento, pero este tiene un resultado desfavorable, mientras que otras 3.259 se encuentran dadas de alta en la Generalitat pero nunca solicitaron el informe correspondiente al ayuntamiento y, por tanto, se encuentran igualmente en situación irregular”.
Fuentes de la Conselleria de Turismo explican a este diario que el informe al que se refiere el consistorio alicantino es el certificado de compatibilidad urbanística, que no fue preceptivo hasta la modificación legal que se produjo en 2018. Por tanto, cualquiera vivienda de uso turístico que obtuviera su licencia antes de esa fecha se hallaría en situación legal. En el caso contrario, el de quienes se registraran después de esa fecha, bastaría con que el Ayuntamiento de Alicante comunique a la Generalitat esa anomalía, o cualquier otro incumplimiento legal, para que el alojamiento irregular desapareciera del registro autonómico, como ha ocurrido ya con otros municipios que, como València, han realizado previamente ese comprobación.
Lo que ignora el Ayuntamiento es cuántos pisos se alquilan a turistas en Alicante sin pasar por registro alguno
Lo que ignora el Ayuntamiento de Alicante, y los autores del estudio sobre el impacto de los apartamentos turísticos en la ciudad que ayer se presentó y donde trascendió el dato anterior, es cuántos pisos se alquilan a turistas en Alicante sin pasar por registro alguno, fuera del radar de las administraciones. Tampoco se ocupa de aquellos apartamentos turísticos integrados en bloques completos, algo que criticaron representantes de asociaciones vecinales presentes en la presentación del estudio que tuvo lugar en el salón de actos del Museo de Arte Contemporáneo (MACA).
El estudio de la empresa Eosa viene a coincidir con la tesis de quien lo ha encargado, el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Alicante, es decir, que en la ciudad no hay ningún barrio tensionado, ni éxodo de población, ni un aumento del precio de la vivienda que sea achacable a la proliferación de este tipo de alojamientos.
Entre los datos recogidos por el informe se cifra en 833.425 el número de turistas que visitaron Alicante en 2023, de los cuales el 53% fueron extranjeros. La ciudad tiene casi 350.000 habitantes y la cifra de viviendas turísticas se calcula en 4.108, un 2,31% del total de viviendas existentes en el municipio, un porcentaje superior al de València (2,16%), pero inferior al de Málaga (3,63%). El 68% de las plazas de alojamiento disponibles están en viviendas de uso turístico, y es en el Casco Antiguo y en Playa de San Juan donde se concentra la mayor parte de la oferta, hasta el punto de que en la zona de la parte vieja más cercana a la playa y el puerto se superan las 95 plazas de alojamiento por cada 100 residentes.
Descarta el estudio que haya algún barrio de Alicante donde la renta media destinada al alquiler supere el 30% de los ingresos familiares, una de las condiciones para que un área se considere “tensionada”. El alcalde, Luis Barcala, avanzó que el Ayuntamiento creará un censo de viviendas de uso turístico y estudiará -sin cuestionar el modelo turístico- las medidas a tomar, tras la moratoria en la concesión de licencias durante los próximos dos años, además de reforzar las inspecciones para erradicar los pisos turísticos ilegales.