Gastroadictos y sangoneras
Aunque el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española no contemple el término “gastroadicto”, usted y yo sabemos qué significa. Vendría a ser esa persona que está pirada por la gastronomía; un disfrutón, alguien apasionado por la buena comida. Interpretamos su significado en positivo, sin entrar en la zona oscura de las adicciones, en el punto en el que la comida te permite alcanzar la sublimación epicúrea sin dañar el organismo. Al menos a corto o medio plazo. Ser gastroadicto tiene un precio, e irremediablemente pasará factura con el tiempo.
Si nos posicionamos del lado borde de la gastroadicción, seguro que les viene a la cabeza un personaje del novelista valenciano, Vicente Blasco Ibáñez: “Sangonereta”. ¿Por qué lo bautizaron así? “La gente viéndole chupar los líquidos con tanta ansia, lo comparó a una sanguijuela, creándole ahí su apodo”.
“Sangonereta”, sería el caso paradigmático de gastroadicto que muere por sobredosis. Sabemos también por la descripción de Don Vicente en Cañas y Barro, que este tipo no era un techado de virtudes, “era un borracho irredento de hálito aguardentoso que se pasaba el día buscando quien le convidase a beber”, y que tenía “el firme propósito de no trabajar, porque el trabajo era un insulto a Dios”. Si no han leído la novela, espero que al menos tengan la decencia de ver la fantástica serie de seis capítulos de TVE, dirigida por Rafael Romero Marchent en 1978. Disponible en RTVEPlay, gratis. Los exteriores se rodaron en El Palmar, y yo andaba por ahí en bicicleta. A ver si me encuentran bajando una caja de la barcaza.
“Sangonereta” comía cualquier cosa, no estaba acostumbrado al buen yantar pero por avatares del destino, un cazador adinerado le contrató y tuvo la suerte de morir atracándose con opulentos manjares. “La esposa del cazador le pertrechó como si fuese a dar la vuelta al mundo: bacalao con tomate, lomo de cerdo y embutido del mejor”. Sangonera quedó al cuidado de la barca y de las provisiones, y dijo que daría “alguna ligera sucaeta para entretener el tiempo, bien atiborrado de pan, comía a dos carrillos (...) Primero se ventiló una olla, luego otra y otra más, mientras daba buena cuenta de la bota de vino del patrón” ¡Qué tío! La grandeza de morir con la bota puesta...
Muy bien, ahora que estamos rebozados en tempura por el espíritu y la tradición valenciana, viene un inesperado giro de guión. Gastroadictos es un grupo valenciano de restauración que admiro, está formado por, los cito por orden cronológico de aparición en la escena hostelera del cap i casal: Bar Mistela (2019), La Sastrería (2020), Bar Cremaet (2021), Bar Cassalla (2022) y Bajoqueta Bar (2024).
Gastroadictos es un grupo valenciano de restauración que admiro formado por Bar Mistela (2019), La Sastrería (2020), Bar Cremaet (2021), Bar Cassalla (2022) y Bajoqueta Bar (2024)
Cada local pertenece a un barrio de la ciudad, del que se empapa hasta el tuétano, dándole traslado al interiorismo y a la oferta gastronómica. Están bien argumentados, cada uno con su perfil. Gastroadictos es además una empresa con 250 trabajadores. Ha crecido mucho en poco tiempo y en un momento tremendamente complejo para la hostelería. Sus responsables son jóvenes y osados con la mente despejada: Rafa Recuenco, Juanjo Masip, Israel Baquero, y Néstor Vaccaro a los mandos de la dirección técnica hostelera.
Creo que le están haciendo un gran favor a la ciudad con su forma de entender la hostelería, un pequeño milagro. Han conseguido mantener la personalidad de la tribu con alimentos indígenas. Su modelo de negocio es rentable, llámense Esmorzars, arroces o cualquiera de las propuestas presentes en las cartas de sus establecimientos. Todo lo que hacen sirve para crear sentimiento de pertenencia y orgullo por los bares valencianos, haciéndolos atractivos, tanto para el público local, como para quienes nos visitan.
Sé de buena tinta de calamar que no van a parar de crecer y de dar alegrías a los sangoneras valencianos. No los pierdan de vista, y disfrútenlos.
Bar Mistela - La Sastrería - Bar Cremaet - Bar Cassalla - Bajoqueta Bar.