Educación eliminará los criterios de admisión de alumnos que “discriminan por origen y religión”

Comunidad Valenciana

El secretario autonómico confirma que cuestiones como que los padres sean de la Comunidad Valenciana o que se primara a quien pida la enseñanza en valenciano no se aceptarán

Denuncian los criterios de admisión de algunos colegios: ser valenciano o que los padres trabajen

La segunda jornada de explicación de los presupuestos por parte de los consellers del Gobierno valenciano empezaba recuperando cierta calma tras los encontronazos del lunes que protagonizaron los consellers de Vox y los diputados de la oposición. El debate sobre las cuentas de Sanidad para 2024 fue aplaudido (por unos y por otros) por el tono y la explicación pausada y argumentada de datos. Incluso los diputados de PSPV y Compromís mostraron su satisfacción con un presupuesto que consideran continuista y sin apenas cambios en cuanto a los porcentajes destinados a los principales programas. En este consenso incluyeron el aumento de las plantillas para los centros que se deben abrir heredados del Botànic y para las reversiones de los departamentos de salud de Manises y Denia, que también dejó encarriladas el anterior Consell y que el nuevo no ha modificado pese a las dudas iniciales.
Un aplauso a sus cuentas que no gustó al titular de Sanidad, Marciano Gómez, que calificó la comparación de “simplista: es como comparar un utilitario con un Ferrari” (aunque dijo que él no tenía problemas en ser el conductor del coche más modesto de los dos). Gómez insistió que “en tres meses no se puede implantar ningún tipo de modelo”, pero aseguró que su departamento ha diagnosticado los males de la sanidad valenciana y va a intentar resolverlos. Eso sí, no de manera abrupta: “queremos revascularizar el sistema sanitario sin tener que amputar nada”.
Gómez destacó la apuesta del nuevo Gobierno del PP y Vox por la Atención Primaria que dispondrá de más de 700 millones de euros, y por la Salud Mental.
El debate se truncó en la parcela de Educación. Para muestra el insulto que, sin micrófono pero perfectamente audible, el conseller del ramo, José Antonio Rovira, le soltó al diputado de Compromís, Gerard Fullana, al que calificó de “sinvergüenza”; antes le había calificado como “difamador profesional”.  Respondía así el titular de Educación a las críticas de Fullana que había relacionado a Rovira y a la portavoz de Educación del grupo parlamentario popular; Beatriz Gascó, con el caso Ciegsa y los sobrecostes de más de 1.000 millones en la construcción de colegios. “Asimilarme a mi a un compañero del partido que ha sido investigado es como si yo dijera que usted, por ser del partido de Mónica Oltra es un violador de menores”, apuntó.
Descalificativos a parte, el debate de Educación dejó clara la falta de coincidencia en esta materia de gobierno y oposición. Rovira empleó parte de su intervención en denunciar la falta de gestión del Botànic -señaló que de los 1.639 millones de euros del Plan Edificant solo se han ejecutado 377 millones (“ni la cuarta parte”)-; volvió a denunciar el “plan premeditado para boicotear el inicio de curso”; y señaló que en materia de empleo, su departamento invertirá en el sector privado los pocos recursos del Fondo Social Europeo que el anterior ejecutivo le ha dejado por generar este tres veces más empleabilidad que el sector público. 
Rovira también ratificó, aunque sin dar excesivos detalles, que su Gobierno está trabajando para derogar de cara al próximo curso la Ley de Plurilingüismo. El conseller defendió que su departamento apostará por la nueva normativa que “diferenciará las distintas realidades sociolingüísticas existentes, especialmente en las zonas de predominio de cada una de las dos lenguas cooficiales”. Ya fuera de la comisión, el conseller confirmó que Gobierno de PP y Vox estudia quitar el requisito lingüístico para dar algunas especialidades de FP. El cambio legal en que trabaja Educación pretende que no se exija valenciano en aquellos módulos de FP que se pueden impartir sin necesidad de tener un título universitario.

El conseller de Educación, José Antonio Rovira, en una comparecencia en comisión. 

Les Corts Valencianes

No todos los criterios de los centros públicos y concertados publicados en la web de la Conselleria para otorgar un punto en el proceso de admisión de alumnos serán válidos. Así lo ha explicado este martes el secretario autonómico de Educación, Daniel McEvoy, que ha señalado que los criterios que “discriminan por razón de origen, religión o cualquier otra circunstancia social no se pueden aceptar”. Una información que avanzaba esta mañana el periódico Las Provincias y que han acabado confirmando desde el departamento de Campanar.

Estas declaraciones se dan después de que el propio conseller de Educación, José Antonio Rovira, quitara hierro a la denuncia ante el síndic de Greuges de la Confederació Gonzalo Anaya de Ampas por considerar que los criterios de algunos los centros a la hora de asignar un punto al alumnado podrían incurrir, precisamente, en discriminación por razón de origen, religión o situación social. “Haber nacido en la Comunidad Valenciana”, “que los padres, madres o tutores legales del alumno o alumna participante realicen una actividad laboral o profesional remunerada” o que “sean trabajadores de un centro educativo que tenga ideario católico”, son algunos de los criterios aprobados por los centros para dar esos puntos.

Denuncia

La Confederación Gonzalo Anaya llevó al síndic de Greuges estos criterios por considerarlos discriminatorios

Rovira defendió entonces que la llamada circunstancia específica propuesta por los propios centros solo supone un punto, mientras que otras circunstancias, como las rentas bajas y las familias numerosas o monoparentales, “han aumentado hasta los siete puntos”. 

Compromís también llevó el decreto de adminsión al TSJ que, como suele ser habitual, ha admitido a trámite la denuncia. Paralelamente, el Ministerio de Educación envió el pasado 3 de junio una “carta de colaboración” a la Conselleria de Educación del Consell valenciano en la que le advertía de que el Decreto de Admisión aprobado el pasado 23 de abril contempla ciertos aspectos que “levantan discrepancias con la normativa básica”.

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Horizontal

Tras estas críticas, la Conselleria de Educación ha enviado este martes unas declaraciones de McEvoy en las que matiza que estos criterios aprobados por los colegios “hasta que no se produzca la baremación están en fase de revisión” y que los criterios que pueden contravenir la norma van a ser cambiados. McEvoy ha citado, como ejemplo, la necesidad de acotar el parentesco de los antiguos alumnos a los familiares más directos, de evitar que se prime a los que elijan la enseñanza en valenciano o que los padres sean de la Comunidad Valenciana.

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