Diana Morant ya es oficialmente la nueva secretaria general del PSPV, la mujer que debe liderar a la federación socialista valenciana durante la travesía del desierto e intentar preparar la batalla para las próximas elecciones autonómicas de 2027. Debe ser, por lo tanto, la referencia del principal partido de la izquierda valenciana para opositar al ejecutivo autonómico del PP y Vox, que preside Carlos Mazón. La persona que debe simbolizar el contraste de las propuestas socialistas frente a las políticas de un Consell que, de momento, se encuentra cómodo en el desarrollo de su programa electoral, como se confirmó el pasado jueves con la presentación de esas cinco propuestas de ley pactadas entre el PP y Vox que suponen, de facto, una "agenda reformista", en palabras del síndic Miguel Barrachina, o una "contrarreforma" contra las políticas del Botànic, según la izquierda, que las ha criticado con contundencia. La legislatura valenciana ha comenzado ahora.
Carlos Mazón y Diana Morant
En poco más de dos años, los liderazgos en la política valenciana han cambiado, lo que confirma lo efímero de ese oficio (realidad que se suele olvidar). Todos los protagonistas del último ciclo político valenciano, el comprendido entre 2015 y 2023, han pasado a segundo plano o se han retirado, por diferentes motivos. La primera pieza en dar un paso atrás fue la Isabel Bonig, que tiró la toalla al comprender que el partido popular quería apostar por una figura en alza que ha acabado convirtiéndose en el president valenciano: Carlos Mazón. Le siguió Mónica Oltra, que dimitió de todos sus cargos por las sospechas en torno al caso de su exmarido; decisión que generó una crisis de liderazgo en Compromís que aún no se ha resuelto. La desaparición de los liderazgos de Podem estuvieron condicionados por el fracaso en las urnas el pasado 28-M. Faltaba otra pieza clave, la de Ximo Puig, quien anunció en diciembre que daba un paso atrás para que una mujer ocupara, por primera vez en la historia de este partido, la secretaría general: Diana Morant. Creo que nunca en el PSPV se ha producido un relevo en la dirección política tan "pacífico" en gran parte por la influencia directa de Pedro Sánchez, que a ejercido un papel clave en este cambio.
Consolidado el liderazgo en el PP valenciano y definido en el PSPV este fin de semana, el escenario político valenciano cobra nuevo interés. Pues Mazón y Morant, políticos jóvenes y ambos de la misma generación, dato importante, simbolizan dos visiones antagónicas de la manera de entender la gestión de los recursos públicos, la política territorial, las políticas sociales, educativas, sanitarias y, también, los elementos culturales y simbólicos, como la defensa del valenciano. El president tiene cada vez más definido su perfil político que combina la "multilateralidad" de relaciones con otras autonomías (recientes visitas a Catalunya, Murcia o Madrid), una apuesta clara por políticas de reducción de impuestos en la versión más actual del liberalismo económico, un probado pragmatismo en el modelo sanitario y una determinación firme por modificar las políticas del Botànic en materia educativa, cultural y simbólica.
En el caso de Diana Morant queda por verificar qué perfil político quiere desarrollar tras el fuerte legado dejado por Ximo Puig, político federalista y anticentralista, en el PSPV, y cómo combinará su puesto en el Gobierno con la defensa de los intereses valencianos, tarea nada fácil. Especialmente en lo que se denomina la "agenda valenciana" y que hace referencia a la financiación, las inversiones, el agua o la quita de la deuda. Será complejo para la nueva líder del PSPV encontrar el equilibrio adecuado para erigirse como ariete de la oposición a Carlos Mazón sin contravenir la disciplina que le impone su cargo como ministra; complejidad que el PP quiere aprovechar al máximo. Ayer se pudo comprobar en Benicàssim, donde la vicepresidente y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, esquivó la falta de propuesta del Gobierno para abordar un cambio de financiación autonómica culpando al PP y evitó referirse a otros asuntos como la quita de la deuda o la exigencia valenciana (partidos, patronales y sociedad civil) de un fondo de nivelación.
Se intuye que Morant va a contraponer todos los elementos simbólicos que nutren la socialdemocracia que abandera Pedro Sánchez frente a las propuestas del ejecutivo del PP y Vox; puede esta ser su fortaleza, pero también su debilidad si el presidente del Gobierno no es capaz de sostener su legislatura. La evidente complicidad entre la ministra y el líder del PSOE podría llegar a ser un problema si el ciclo político en España cambia. Pero en cualquier caso, Morant y Mazón van a protagonizar inevitablemente un duelo político que anuncia episodios interesantes, más aún porque ambos, directa o indirectamente, son referencia de sus estructuras políticas nacionales: el president como barón autonómico (el más importante del PP en el Mediterráneo) y la ministra como persona de confianza de Sánchez y líder de la segunda federación socialista española. Lo que suceda en la Comunidad Valenciana será fundamental para el PP y el PSOE.
Morant y Mazón van a protagonizar inevitablemente un duelo político que anuncia episodios interesantes, más aún porque ambos, directa o indirectamente, son referencia de sus estructuras nacionales"
La política valenciana adquiere así un nuevo interés a la espera de que se clarifique el liderazgo en Compromís, coalición que fue fundamental en el cambio político de 2015, y de ver la evolución de Vox en Valencia, formación que se ha hundido en no pocas autonomías y que sigue anclada en un relato involucionista que difícilmente podrá sostenerse con fuerza hasta 2027. La hipótesis de que el PP de Carlos Mazón acabe ampliando espacio electoral y empujando a Vox fuera del parlament en las próximas elecciones autonómicas no es descabellada, más bien probable. La legislatura valenciana tiene desde hoy un nuevo ingrediente, y la dialéctica entre Mazón y Morant va a ser uno de sus principales atractivos o, al menos, así debería ser.
