La crisis de suministros tras la pandemia trastocó muchos planes en las empresas, también en las valencianas. Miren si no a la industria del automóvil, donde aún colea la falta de componentes. Pero precisamente de las lecciones que extrajo la industria tras estos imprevistos, reorganizado y diversificando sus proveedores, es de donde sacará sus fortalezas para sortear la crisis por la inestabilidad en el Mar Rojo.
Es una de las conclusiones del informe elaborado por Cámara Valencia sobre las implicaciones para la economía valenciana de los ataques a las embarcaciones en el Mar Rojo, principal ruta comercial entre Asia y Europa, a través del Canal de Suez.
La entidad cameral valenciana sostiene que la crisis de las cadenas de suministro de hace solo dos años obligó a los empresarios valencianos a realizar un proceso de diversificación de sus proveedores y llevar una mejor gestión de los suministros y que por ello, los problemas de suministros que genere este conflicto impactarán "con menor intensidad en la actividad industrial y comercial".
Tampoco espera Cámara Valencia "grandes cambios" en la evolución de las exportaciones valencianas hacia los mercados asiáticos, pues argumenta que estas mantendrá una senda descendente, salvo para mercados como la India y algunos países del Asia suroriental, como Taiwán y Singapur, que por su dinamismo considera ya mantendrán su comportamiento al alza.
Habrá un impacto "con menor intensidad en la actividad industrial y comercial valenciana", sostiene Cámara Valencia
Pero ambas valoraciones de la situación no impiden, según el lobby logístico Propeller Valencia, que no haya un futuro incremento en el tiempo de envío de las mercancías entre Asia y Europa, "con las consiguientes afecciones a la cadena logística, la programación de escalas en los diferentes puertos y el incremento de costes para todas las partes implicadas, incluyendo a las propias navieras".
Dicha Asociación de directivos y empresarios logísticos explica a La Vanguardia que el presumible incremento de costes acabará repercutido en los fletes y, por ende, será la industria importadora y exportadora la que "terminará pagando el sobrecoste en primer término". Por su parte, Cámara Valencia recuerda que el nivel de los fletes se había reducido en el último año hasta niveles previos a la pandemia. "Los costes de transporte marítimo van a aumentar, pero se quedarán lejos de los máximos de 2021. Su repercusión en precios finales será moderada y no se notará hasta el segundo trimestre de 2024", pronostica.
Propeller Valenciana entiende que el intercambio de mercancías entre Europa y Asia se encarecerá, y eso también repercutirá en quienes trabajan a través del Puerto de València, pues según sus cifras solo China representa el 15% del tráfico total de contenedores de Valenciaport. Y ponen el foco en la cifra de tráfico de contenedores entre Valencia y China: en el acumulado de enero a noviembre 2023 fue de 503.795 TEUs (contenedores de 20 pies), frente a los 203.201 TEUs en el intercambio comercial entre Valencia e India.
La presidenta de la Autoridad Portuaria considera que la situación de las rutas que atraviesan el mar Rojo "no debería afectar demasiado" al Puerto de València
A la pregunta de si esto podría derivar en colapsos en el transporte, el lobby quita hierro y considera que no está previsto que se produzcan. "Los buques seguirán llegando regularmente y de forma espaciada, no todos de golpe", matizan.
En la misma línea se expresó el lunes la presidenta del Puerto de València, Mar Chao, quien considera que la situación de las rutas que atraviesan el mar Rojo "no debería afectar demasiado" al Puerto de València. "Seguro que estamos menos afectados que otros puertos que están más próximos a la zona de conflicto". Con todo, reconoce que se trata de una cuestión que "evidentemente estamos pilotando y siguiendo directamente, sabiendo que ahora mismo "está todo el mundo viendo cómo se reconfiguran las rutas", añadió.