Los temporales y las altas temperaturas trastocan la campaña de cítricos y caquis

Agricultura

AVA-ASAJA explica que ya se renegocian con los agricultores los pedidos iniciales por la depreciación comercial

Caquis en el suelo tras los últimos temporales en la Comunidad Valenciana

Caquis en el suelo tras los últimos temporales en la Comunidad Valenciana. 

AVA-ASAJA

Los fuertes temporales de las últimas semanas han mecido hasta el límite los frutales valencianos, que estos días amanecen con cientos de caquis en el suelo. También las altas temperaturas inusuales para la estación del año han hecho mella en la calidad de los cítricos. Naranjas y mandarinas que ahora se recogen del campo y que se presentan más "pansidas" por el efecto del calor, perjudicando así su calidad. 

Unos inconvenientes que acaban repercutiendo en el precio que recibe el agricultor, explica Cristóbal Aguado, presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores AVA-ASAJA. "El destrío es muy superior al que esperábamos porque los temporales han castigado al árbol y quien lo acaba pagando es el de siempre, el agricultor", apunta Aguado. El presidente de AVA-ASAJA asegura que se están produciendo renegociaciones de pedidos ante la depreciación comercial que se está produciendo. 

"Los temporales han castigado al árbol y quien lo acaba pagando es el de siempre, el agricultor", destaca Cristóbal Aguado

Hace un mes la asociación que preside Aguado ya alertó de los posibles daños que sufrirían los cultivos, principalmente del Camp de Turia, la Ribera Alta, l’Horta de València i La Costera, tras las fuertes ventiscas que azotaron la Comunidad Valenciana.

Tanto en el interior de la provincia valenciana, como en Castellón, se decretó la alerta naranja y se contabilizaron vientos de hasta 108 kilómetros por hora. Fue entonces cuando el campo notificó los primeros daños en cultivos, siendo el caqui el que más preocupaba por producirse en plena campaña de recolección. Hubo incluso un incendio forestal, el de Montitxelvo, que se complicó por las fuerte ráfagas de viento.

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En ese momento los agricultores ya explicaron que había habido problemas por rameado y por rotura en los árboles, causando una depreciación comercial que ahora se ha acusado, explican las mismas fuentes. Las ramas del caqui son endebles, y el fruto, cuya piel es sensible a los golpes, maduro y pesado, está más expuesto a las roturas provocadas por los vientos huracanados.

La Unió Llauradora y Ramadera también anunció que pedirían ayudas directas, la condonación del IBI de las parcelas cultivadas y construcciones presentes en ellas, la bonificación de las cuotas de la Seguridad Social durante un año, el establecimiento de préstamos con interés subvencionado y también una serie de actuaciones y ayudas para las cooperativas comercializadoras afectadas. El temporal se unía a aforos de cosechas "muy bajos" en los cultivos por los problemas meteorológicos anteriores. 

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Pero además del caqui, también se encuentran los agricultores con mandarinas con menos calibre, por lo que el destrío también ha aumentado un vez la fruta sale del campo. E incluso los ataques de los ácaros han dañado la piel de la fruta. Un relato de inconvenientes que, según explica Aguado, por estar vinculadas a los efectos del cambio climático no quedan recogidos en el seguro. 

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