El 28-M ofrecerá muchas conclusiones, y algunas pistas, de los escenarios políticos que se conformarán en España en los próximos meses. Uno de ellos será el caso del PSOE, partido que ha entrado en el terreno de la marginalidad en Madrid y que ha iniciado una larga travesía del desierto en Andalucía, ambas ahora gobernadas por el PP. Pero le pueden suceder más cosas. Podría suceder que el PSC mantuviera el tipo en Catalunya en sus municipales, ganando Jaume Collboni la alcaldía de Barcelona, y que el PSPV y el PSIB mantuvieran las presidencias de la Comunidad Valenciana y de las Islas Baleares; con Ximo Puig y Francina Armengol, además de Salvador Illa, de líderes de un socialismo mediterráneo, federalista y periférico, en mejor estado de forma que el socialismo central y meridional, jacobino.
Ximo Puig junto a Pedro Sánchez
Podría suceder lo contrario. Que ese socialismo alejado de las pulsiones mesetarias, tan radiales ellas, tenga un mal resultado; sería, en términos territoriales, una muy mala noticia para el PSOE. Si desfallecen el PSC, PSPV y PSIB, desfallece una parte importante del socialismo español, con probables consecuencias a corto, medio y largo plazo. El "otro" PSOE ha quedado casi anulado en la gran caja de resonancia que es Madrid, ciudad y autonomía, con todo lo que esto supone en un ecosistema mediático radial de un Estado cada vez más centralizado; pero también es un PSOE desorientado en Andalucía, en busca de una nueva identidad, como bien describe Carlos Mármol: y débil en Galicia y Murcia, convertidos ya en feudos vitalicios de la derecha; territorios donde el PP ha logrado la hegemonía absoluta, en votos y en propuesta.
Podría suceder lo contrario. Que ese socialismo alejado de las pulsiones mesetarias, tan radiales ellas, tenga un mal resultado; sería, en términos territoriales, una muy mala noticia para el PSOE"
Ximo Puig lidera un PSPV que en 2015 fue referencia aglutinadora de todas las izquierdas posibles para conformar un gobierno estable durante ocho años. Una "fórmula" valenciana que, junto a Compromís y Unides Podem, sirvió de ensayo para la posterior coalición en el Gobierno Español. El president valenciano ha simbolizado, y liderado, ese otro PSOE mediterráneo, con una visión de España girondina, posibilista y pragmática, con una mirada abierta a la entente con las fuerzas políticas de otras periferias. Muy alejado del jacobinismo de otros barones socialistas como Emiliano García-Page o Javier Lambán. Ha sido, además, un aliado necesario y clave en momentos puntuales para Pedro Sánchez en cuestiones como el diálogo con los independentistas o los pactos del PSOE en el Congreso con otras fuerzas nacionalistas. Una sensibilidad que también han mostrado Illa y Armengol.
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El PSOE mediterráneo que lidera el PSPV se examina este 28M, y según los resultados se podrá intuir los efectos que las victorias o derrotas en las tres geografías citadas - Barcelona en el caso catalán, autonomía y capitales en los casos valenciano y balear - tendrán sobre el futuro del socialismo español, que se volverá a examinar en las elecciones generales. Podría suceder que si Illa, Puig y Armengol salen con éxito de las citas, en el PSOE se abra una mirada más sensible a las claves que permiten que el socialismo instalado en la antigua Corona de Aragón siga en mejor forma que el PSOE central y meridional frente a esa nueva ola del PP que desde Madrid ha anulado al socialismo mesetario y ansia alcanzar el mismo objetivo en todas las periferias. Madrid y Valencia resumen como pocas regiones dos modelos antagónicos de entender la gestión en España, y las dos versiones del PSOE español tienen mucho que ver en ello. Esa batalla también forma parte de los resultados del 28M.
Madrid y Valencia resumen como pocas regiones dos modelos antagónicos de entender la gestión en España. Esa batalla también forma parte de los resultados del 28M"