Las muertes y los heridos alientan el debate sobre la vigencia de los 'bous al carrer'
Reportaje
La mayoría de los políticos valencianos, también de izquierda, eluden apostar por la “prohibición” pero sí de reformular la fiesta para hacerla más segura
El debate sobre el maltrato a los animales queda relegado frente a la tragedia de las muertes y heridos, entre los que hay menores de edad
Un cambio legal permite que la sangre vuelva a Tordesillas
Siete muertos, entre estos una mujer; decenas de heridos, algunos menores de edad, y también toros o vaquillas muertas. Este es, de momento, el balance de los más de 10.000 festejos de “Bous al carrer”, que se han celebrado este verano en la Comunidad Valenciana y que aún no han finalizado. Una tipología de fiesta con fuerte presencia en las localidades valencianas, de gran popularidad y tradición, que consiste en soltar astados en calles que han sido previamente cerradas o en plazas portátiles.
Este verano se han celebrado de momento más de 10.000 "Bous al carrer" en la Comunidad Valenciana
En ocasiones, a los toros se les ponen antorchas de fuego en los cuernos, modalidad conocida como el “Bou embolat”. En otras, el animal permanece atado por una larga cuerda a un tronco y también existe una en la que estos saltan al mar, se les llama “Bous a la mar”. En la mayoría se juega a carreras delante del toro o vaquilla durante un tiempo. Y siempre, siempre, hay grave riesgo de contacto físico entre los participantes y los animales.
Las cifras de muertos y heridos de este año, y las imágenes que recurrentemente se difunden sobre las cogidas, así como la presión que se ejerce sobre los toros en estas actividades, ha generado una amplia discusión en el que pro taurinos y animalistas se han enfrentado en una polémica que ha alcanzado a las instituciones públicas y representantes políticos valencianos. Esta misma semana, la vicepresidenta valenciana, Aitana Mas, de Compromís, pedía abrir un debate “valiente” sobre la conveniencia de abolir los “Bous al carrer”.
Ximo Puig o Joan Baldoví no quieren hablar de prohibición, y apelan a la seguridad y al control por parte de los Ayuntamientos
A partir de su propuesta, líderes políticos de todos los colores han dicho la suya, la mayoría rechazando la idea de prohibirlos, como el president Ximo Puig o el diputado Joan Baldoví; pero apostando por mejorar las condiciones en los que se celebran unos festejos que pocos ayuntamientos, que son los que tienen la competencia final, se atreven a suspender. Casos como los de Sueca, Aldaia, Xirivella, Silla, Godella o Tavernes de la Valldigna, que han prohibido estas fiestas, son, a decir verdad, una excepción.
Todos los colectivos animalistas piden la abolición de los “Bous al carrer”, subrayando el maltrato que sufren los animales, como ha denunciado reiteradamente PACMA. Pero pocos son los políticos que se atreven a asumir esta petición, y veladamente se reconoce que anular estas fiestas tendría un coste en “popularidad” enorme para los alcaldes y alcaldesas, en un año en el que habrá elecciones autonómicas y locales. Primeros ediles del PSOE, principalmente, pero también de Compromís eluden incluso hablar sobre una cuestión que les incomoda.
Dada la dificultad para alcanzar un consenso político, que no social dado que crece el sentimiento animalista para reclamar su prohibición, el debate se alimenta de otros dos ejes: la seguridad de los festejos y el maltrato animal. Respecto al primero, todas las fuentes consultadas reconocen que la norma valenciana para esta tipología de eventos es la más estricta de España, pero también que es imposible garantizar la seguridad al ciento por ciento.
Crece la presión de los colectivos animalistas para abolir estas fiestas mientras las Peñas Taurinas amenazan con denuncias si no se autorizan
¿Debería endurecerse esta normativa? Aïda Gascón, directora de AnimaNaturalis España, que apuesta por su abolición, no tiene dudas de que hay margen para mejorar el reglamento. “Se dice que el valenciano es el más estricto, pero es que en España la mayoría son muy laxos”, apunta. Y subraya, como ejemplo, que “hay medidas que se deberían adoptar como ampliar la edad para participar en estos eventos de los 16 a los 18 años, incrementar los efectivos de policía para vigilar las normas o que nadie que no tenga un permiso y un brazalete creado para el festejo no pueda participar”.
Vicent Nogueroles, pro taurino y que ha presidido la Federación Valenciana de Peñas de Bous al carrer, no niega la posibilidad de endurecer el reglamento, pero subraya que “este año ha sido excepcional, tras dos años de pandemia se han celebrado más festejos que nunca y ha aumentado la participación de jóvenes que no conocen los riesgos”. La”inexperiencia” y la falta de”prudencia” de muchos participantes es también la justificación que desde la Generalitat Valenciana se ha ofrecido para explicar los datos graves y trágicos de este verano. Nogueroles añade que la idea de prohibir “es demagógica, porque se hace para hacer política”. ¿Sufren los animales?, “no, en absoluto”, afirma.
Una opinión de la que también participa Daniel Machancoses, presidente Ganadores Autóctonos y veterinario de profesión que alquila sus toros para festejos. “Los controles veterinarios son estrictos, los animales no sufren, si sufrieran no se podrían reproducir, es un debate provocado por asociaciones animalistas regadas con dinero público”.
El sufrimiento de los animales enfrenta los argumentos de animalistas y pro taurinos
Rafel Amat, de la Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia y del Maltrato Animal, Avatma, bien al contrario, afirma que no solo sufren estrés ya en el traslado, sino que en modalidades como el “Bou embolat” “directamente son torturados”. “Me gustaría que nos dejaran ver a uno de estos animales cuando han acabado cada actividad en las calles”, añade. Comenta que las lesiones que sufren los toros y vaquillas son múltiples: “Desde golpes o quemaduras, perdida de visión y capacidad sensorial, hasta un agotamiento que en ocasiones provoca la muerte, además de lesiones provocadas por los participantes”.
Rafael Amat y Aïda Gascón denuncian la política de subvenciones a las ganaderías, que suponen, afirman, más del 40% de sus ingresos. Aïda apunta que solo en la Comunidad Valenciana, los "Bous al carrer" generan un negocio de más de 30 millones de euros.
El debate está abierto, pero no la dirección que debe tomar por el temor de las instituciones, especialmente locales, a “coger el toro por los cuernos” y enfrentarse a las peñas taurinas. De momento, los “Bous al carrer” seguirán
Los taurinos amenazan a las instituciones
La Federación de Peñas de Bous al carrer ha emitido un comunicado en el que avisa a los ayuntamientos que “adoptará acciones judiciales contra quienes vulneren la legalidad vigente cercenando el derecho de los aficionados valencianos”. Las peñas critican la “finalidad electoralista y de visibilidad ante la proximidad de elecciones municipales y autonómicas” y recuerdan que “para evitar cualquier tentación en tal sentido, quienes promueven dichas iniciativas (consultas ciudadanas sobre los festejos) deben saber que tendrán que enfrentarse a la afición valenciana a los bous al carrer”.