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Carmen Calvo, Premio Julio González 2022

Directora del IVAM

Nuria Enguita

El Premio Julio González de la Generalitat se creó por decreto del gobierno valenciano en el año 2000 como un reconocimiento a la trayectoria de artistas de relevancia internacional y simultáneamente como tributo al escultor Julio González, cuya obra es piedra fundacional para el IVAM. El Institut Valencià d’Art Modern atesora una de las colecciones más importantes de este autor, y tiene el compromiso de mantener viva su memoria desarrollando un programa expositivo, de investigación y de actividades que, de acuerdo al empeño vital del escultor, ponga en valor la experimentación formal y el compromiso que le fueron tan propios.

La artista valenciana Carmen Calvo, en su estudio.

Amparo Garrido

Desde su creación han sido galardonados, por orden cronológico: George Baselitz, Cy Tombly, Anish Kapoor y Eduardo Chillida (a título póstumo), Markus Lüpertz, Robert Rauschenberg, Anthony Caro, Pierre Soulages, Miquel Navarro, Frank Stella, Jasper Johns, Robert Morris, Bernar Venet, Christian Boltanski y Andreu Alfaro (también a título póstumo). En las tres últimas ediciones el reconocimiento le ha sido otorgado a tres mujeres: Annette Messager, Mona Hatoum y ahora Carmen Calvo. Haciendo recuento también son tres los artistas de la Comunidad Valenciana a los que les ha sido otorgado: Miquel Navarro, Andreu Alfaro y… Carmen Calvo. Esa doble dificultad para el reconocimiento, ser mujer y de un territorio periférico respecto a las grandes capitales culturales, no ha conseguido sin embargo hurtarle a Carmen Calvo el prestigio público que su trabajo merece. La artista participó en la XLVII Bienal de Venecia de 1997, junto a Joan Brossa – otro mago de los objetos poéticos- donde presentaría Una conversación, una habitación de cuatro por cuatro metros, plagada en su interior de cientos de objetos cotidianos, actualmente instalada en Sant Miquel dels Reis, en València; y en 2013 recibió el Premio Nacional de Artes Plásticas otorgado por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

Porque la cuestión de una igualdad cuantitativa, siendo una cuestión de justicia histórica, será siempre insuficiente si no viene acompañada de una acción y un pensamiento críticos"

Me gusta pensar que el premio a estas tres artistas no es únicamente un reconocimiento a su labor individual, sino también un homenaje a una generación de mujeres que desde los años setenta y ochenta del pasado siglo, reivindicaron la igualdad y el derecho a ser visibles, a su voz, a su espacio, a su presencia en la esfera pública, y no como algo separado, no como una graciosa concesión, sino como una conquista para el bien común. La entrega de los últimos tres premios a tres mujeres es sin duda un necesario ejercicio de justicia de género, una pequeña contribución a la reparación de esa deuda histórica que la institución arte tiene con las mujeres creadoras (y en general toda la sociedad con las mujeres). Pero esa reparación carecería de la fuerza insurreccional y del potencial emancipador propio del pensamiento y la acción feministas, si el museo, fundándose en un hegemónico imaginario neoliberal, individualista y meritocrático, se limitara a incluir puntualmente las aportaciones de mujeres artistas inscribiéndolas en una historia canónica, escrita desde un marco conceptual androcéntrico o patriarcal. Porque la cuestión de una igualdad cuantitativa, siendo una cuestión de justicia histórica, será siempre insuficiente si no viene acompañada de una acción y un pensamiento críticos.