España es un país de pequeñas y medianas empresas. El Ministerio de Economía estima que las pymes representan el 99% del tejido empresarial del país y generan el 70% del empleo. La crisis desatada por el coronavirus se ha cebado especialmente con este tipo de sociedades, que cuentan con dificultades añadidas para acceder a la financiación que les permita soportar las restricciones sobrevenidas por la emergencia sanitaria.
Según los datos de afiliación a la Seguridad Social, en el último año han desaparecido en España más de 100.000 empresas, la mayor parte de ellas de pequeño tamaño. Esto supone una merma de casi siete puntos en el tejido productivo en un único ejercicio.
En este contexto de crisis, aún existen ejemplos en los que la tendencia es contracorriente y han sido capaces de afianzar una tendencia alcista. Ese ha sido el caso de la empresa alicantina FacePhi, especializada en la utilización de tecnología de reconocimiento facial en entidades financieras, que el pasado 26 de febrero recibió de manos del Rey Felipe VI el premio a la mejor pyme de España. Esta es su historia.
La idea y el dinero
Javier Mira es el CEO de FacePhi y uno de los cofundadores. Aunque la empresa, cuenta, nació en 2012, venía de otro proyecto que "no salió bien, como sucede tantas y tantas veces en el mundo empresarial". Pero decidieron seguir con el mismo concepto porque "sabes que este tipo de soluciones tecnológicas tienen que venir y hay que apostar por ello".
La empresa nace en 2012 tras un proyecto fallido
En el momento de su fundación FacePhi apenas contaba con una decena de personas, reunidas bajo una única y simple idea: "Conseguir que el reconocimiento facial sustituya a las contraseñas". Mira explica que el concepto de utilizar un código para proteger algo está anticuado, "como demuestra que la contraseña más usada en el mundo sea 123456", por lo que se propusieron "desarrollar una tecnología que fuese capaz de ejecutar un procedimiento de reconocimiento facial desde la cámara de cualquier ordenador".
La parte técnica fue la más fácil, porque ya la tenían muy avanzada gracias a su anterior proyecto y solo había que "encapsular el producto". "El gran reto entonces era buscar dinero, porque la gente tenía que cobrar sus nóminas. Mi socio y yo estuvimos un año sin cobrar nada", recuerda. "Al final conseguimos que entrase un business angel e íbamos sobreviviendo". Pero había que buscar una solución para que la empresa despegase definitivamente.
El primer gran reto fue buscar dinero, porque la gente tiene que cobrar las nóminas"
Es entonces cuando Mira se desplaza a Estados Unidos para captar inversión. "Tengo muchas reuniones y a todo el mundo le encanta el producto, pero el problema es que no tienes tracción", en referencia a que aún no contaba con una actividad consolidada, "por lo que en aquellos casos en los que nos planteaban firmar algún contrato las condiciones eran leoninas".
Llega 2014 y Facephi decide entrar en el mercado alternativo bursátil, lo que ahora se conoce como BME Growth: el mercado para pymes de Bolsas y Mercados Españoles. Esta plataforma permite a las pequeñas empresas en crecimiento acceder a los mercados de capitales aunque no dispongan de clientes. La decisión marca un punto de inflexión, porque supone un éxito rotundo.
El 1 de julio de 2014 sale a cotizar en Bolsa y cierra la jornada creciendo un 110%
El 1 de julio de 2014 FacePhi sale a cotizar al mercado a 1,23 euros la acción "y en el primer cruce [el primer momento en el que es posible comprar o vender] ya se hace a 2,46, es decir, el doble. En el segundo cruce el valor aumenta otro 10%, que es el máximo que podíamos subir. En un día crecimos un 110%", recuerda.
"Aquella operación nos aportó muchísimo, porque muchos bancos que tenían interés en la FacePhi cambiaron su percepción", relata Mira. "Hasta ese momento éramos una SL con 3.000 euros de capital social, con un producto muy bueno pero que se percibía como algo de alto riesgo. Sin embargo, "con la salida a bolsa estábamos controlados, auditados y generábamos confianza". Los dos primeros contratos llegaron ese mismo año con dos bancos latinoamericanos, Mutual y Coopeservidores.
La rueda empieza a girar
A partir de ahí, empieza el crecimiento. En 2015 se cerraron cinco contratos, y en 2016 otros ocho. "Ese fue el primer año en el que tuvimos beneficios, unos dos millones y medio", cuenta Mira. La empresa empieza a tener presencia global en muchos bancos y la valoración en bolsa se dispara. En 2019 convirtió a CaixaBank en la primera entidad financiera del mundo capaz de ofrecer a sus clientes la posibilidad de realizar reintegros en sus cajeros automáticos mediante reconocimiento facial y sin tener que introducir su PIN. Actualmente vale más de 100 millones en Bolsa.
¿Qué factores cree que influyeron en este boom? "Es muy complejo. Es evidente que existe el factor suerte, porque necesitas un poco de suerte en la vida. Pero si tuviera que dar algún consejo yo siempre digo que acertamos en coger el foco, en especializarnos en el sector financiero, porque esta tecnología podía tener muchas aplicaciones", dice.
Siempre es necesario tener suerte. Pero también hay que apostar por algo y ser el mejor"
"Hay que apostar por algo y ser el mejor", sigue, "y sobre todo mantener una política comprometida con el I+D+i. Nosotros nunca hemos prescindido de nadie ni dejado de pagar una nómina. A veces ha sido complicado, porque necesitas buscar muchas fuentes de financiación y discutir con los accionistas, pero es necesario entender que la investigación es el futuro de la empresa".
Mira dice que las diferencias existentes entre los ecosistemas económicos anglosajones y el que hay en España "se han acortado mucho en estos años". "Cuando estuve en Estados Unidos las diferencias sobre cómo llevar un proyecto startup eran abismales. En nuestro país el 90% de las empresas solo tienen financiación bancaria, mientras que allí había mil fondos de inversión que hablaban contigo y alguno te hacía una propuesta".
El CEO de FacePhi afirma que "España no tenía cultura de fondos" pero que "en cinco años ha habido un cambio de mentalidad radical", aunque "aún falta mucho para cubrir la distancia que nos separa con Estados Unidos o Inglaterra". Para eso es preciso también la existencia de un ecosistema digital propicio, algo que "está empezando a suceder en Alicante".
De hecho, una de las mayores apuestas conjuntas entre las administraciones en los últimos años ha pasado por potenciar el hub digital de la capital provincial como alternativa a otras que ya llevan años empujando en esa misma dirección, como Málaga. Para ello se ha impulsado la creación de un Distrito Digital, una de las sedes de la Fundación Ellis para el desarrollo de la Inteligencia Artificial o diversos viveros de empresas innovadoras.
Javier Mira está "convencido" de que el ecosistema de la provincia de Alicante puede "atraer mucho talento"
Mira se muestra "convencido" de que "la provincia se puede convertir en un referente" para este tipo de compañías. "Y no lo digo como opinión personal, sino que lo estamos viviendo. Alicante es una ciudad que atrae talento y donde ya se han captado empresas de alto nivel, como Indra o Accenture. Nos queda mucho camino por recorrer pero creo que es importante apostar por esta vía, porque hemos visto que no podemos depender solo del turismo".
De la chispa al trueno
¿Cuál es el futuro inmediato de FacePhi? A finales de 2020 la empresa consiguió 20 millones de financiación de un fondo suizo y un préstamo sindicado de 13 millones del Banco Santander. "Hemos pedido ese dinero porque queremos apostar por el crecimiento global. Queremos replicar el éxito que tenemos en Latinoamérica en Asia, concretamente en Corea (tienen una filial en Seúl), meter el pie en Estados Unidos y reforzar la estructura en Europa".
Eso requiere "ser los mejores captando mucho talento y experimentar un crecimiento muy rápido, algo que, si tuviéramos que financiar con fondos propios, llevaría mucho tiempo", explica Mira. Su idea es que a finales de año ya sean 200 personas trabajando en Facephi y "abrir otras verticales en ecommerce, automoción..."
Además, acaban de firmar un acuerdo con la compañía suiza Information Technology and Solutions and Services (ITSS) para "acelerar la digitalización del sector bancario", a través de la integración de soluciones de reconocimiento biométrico y sistemas de onboarding digital en entidades financieras de todo el mundo.
FacePhi cuenta este año con 33 millones de euros para su expansión global
Cuando Mira echa la vista atrás recuerda que, cuando empezaron en 2012, "no existía ni la banca móvil" y el sector estaba en pañales. "Al final se trata de eso, de avanzar y tener muy claro que una idea vale la pena". Todo lo demás, con un poco de suerte, vendrá después.