La Unió de Llauradors ha denunciado que las importaciones de arroz a la Unión Europea procedentes de los países de Mercosur (Uruguay, Argentina, Paraguay y Brasil) se han incrementado más de un 200% en los últimos cuatro años y, con el nuevo acuerdo en ciernes, suponen una “nueva amenaza” para los productores de la Comunitat Valenciana puesto que se pretende que entren 60.000 toneladas anuales ya sin ningún tipo de aranceles.
La organización agraria esalta que, desde el año 2015, las importaciones han pasado de 54.846 toneladas a las 165.885 del pasado año, siendo Uruguay el principal exportador que ha duplicado su presencia en los mercados comunitarios llegando a las 79.269 toneladas del pasado año, casi el doble que en 2015 (40.819 t.) y todo ello sin aranceles.
Ahora, en el acuerdo suscrito a finales de junio por las autoridades de la UE y Mercosur se contempla una cuota de exportación de arroz libre de aranceles de 60.000 toneladas anuales a la UE desde este grupo de países de Sudamérica.
El conglomerado de empresas SAMAN dispone de una infraestructura industrial y tecnológica de última generación”
La Comisión Europea viene lanzando en los últimos tiempos la idea de que Uruguay dispone de una industria arrocera obsoleta y que la mayor parte de sus exportaciones son de arroz de grano partido y, por tanto, con destino principal a la alimentación animal, con el objetivo, a juicio de La Unió de no crear preocupación al sector arrocero europeo.
Sin embargo, la información recabada por La Unió demuestra todo lo contrario. Uruguay, en este caso, cuenta con un gran conglomerado de empresas encabezado por SAMAN -que maneja aproximadamente el 50% del total de la producción de arroz de Uruguay-, “dispone de una infraestructura industrial y tecnológica de última generación que le permite completar exitosamente el ciclo productivo y comercial del arroz, alcanzando una capacidad de procesamiento anual de más de 600.000 toneladas de arroz que secan y almacenan en silos propios, para luego molinarlo y envasarlo”. Para ello, cuentan con nueve plantas industriales ubicadas en los puntos más estratégicos de la cuenca arrocera de Uruguay.
Otras empresas arroceras como Casarone Agroindustrial o, sobretodo, Coopar, S.A. disponen también de producción e industria procesadora de arroz competitiva. De hecho, estas dos junto con SAMAN forman parte de empresas asociadas o vinculadas entre sí como Arrozur, Galofer o Comisaco que les permiten producir, comercializar e incluso generar energía con la cáscara del arroz; lo que pone en entredicho la obsolescencia que maneja la Comisión Europea acerca de la industria arrocera uruguaya.
La Unió insiste en la necesidad de realizar estudios de impacto económico sobre aquellos sectores más sensibles del Acuerdo con Mercosur
La Unió insiste en la necesidad de realizar estudios de impacto económico sobre aquellos sectores más sensibles del Acuerdo con Mercosur con objeto de conocer los efectos a medio y largo plazo sobre los productores de un sector que ya se ha visto muy castigado por otros acuerdos con países terceros del sudeste asiático como Camboya y Myanmar, para los que la UE ya se vio obligada a activar la cláusula de salvaguardia.
Enric Bellido, responsable sector del arroz, afirma que “las autoridades europeas deben de ser conscientes que con este tipo de acuerdos se potencia la producción y comercialización en esos países terceros y se hunde la nuestra; no hay más que ver cómo ha aumentado por ejemplo Sudáfrica su capacidad productiva y comercializadora al amparo del acuerdo de asociación con la Unión Europea. Además, existe un claro agravio comparativo entre unos países y otros en la aplicación de productos fitosanitarios y seguridad alimentaria”.