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Al ritmo de “paquito el chocolatero” y con mucho runrún entre excargos ansiosos: “¿sabéis algo?”

Crónica del paseíllo

Sonrisas en el paseíllo de Ximo Puig, Mónica Oltra y Rubén Martínez Dalmau hasta el Palau de al Generalitat, donde se ha servido un ágape a la sociedad civil

GRAFCVA5686. VALENCIA, 16/06/2019.- El president de la Generalitat, Ximo Puig, saluda junto a sus socios de gobierno, Mónica Oltra (Compromís), y Rubén Martínez Dalmau (Unides Podem) a las puertas de Les Corts Valencianes tras jurar el cargo. EFE/Kai Försterling

Kai Försterling / EFE

Euforia, un tanto contenida, entre los dirigentes y militantes de los partidos del Botànic 2. Caras largas y muchos silencios, entre los líderes de las derechas valencianas: PP, Cs y Vox. Pleno de las Cortes e domingo, con toma de posesión de Ximo Puig como president de la Generalitat, bajo la atenta mirada de invitados como José Luís Ábalos, Mique Iceta, Luís Planas o Pablo Echenique.¿Por qué no ha venido Pedro Sánchez?, preguntaban algunos a los periodistas. Tras el discurso, reivindicativo con un cambio del modelo de financiación que será, una vez más, el eje discursivo del Consell, aplausos, y abrazos, muchos abrazos, que ha sido siempre gestualidad propia del Botànic, así en 2015 como en 2019.

El “paseíllo” desde les Corts hasta el Palau de la Generalitat ha tenido cierta semejanza con un pasacalles de comisión fallera, con charanga incluida, con pasodobles y esa composición que une más a los valencianos, en sentido festivo, que cualquier otra: Paquito el chocolatero. Momentos antes desaparecían los políticos de las derechas, algunos a ritmo acelerado. Ximo Puig caminaba exultante, pero dominado, alcanzo la mano para saludar al público pero sin mover en exceso las caderas; no era el caso de Mónica Oltra, por momentos con ganas de danzar un poco, que es un arte del que tiene cierto dominio. Rubén Martínez Dalmau se mostraba feliz pero más rígido, era su primera vez. De haber estado hace cuatro años de seguro se hubiera mostrado más suelto, o tal vez cada uno es como es. Tras ellos, una masa de exaltos cargos, militantes, simpatizantes y representantes de la sociedad civil, convocados para el momento.

Bonig (PPCV) augura una legislatura de Puig de "pacto de sillones con sobrecarga de Administración" Bonig, Alberto Fabra y María José Català, entre otros, acuden a la toma de posesión de Ximo Puig 16/06/2019

Ppcv / EP

Entrada controlada en el Palau de la Generalitat, edificio gótico del XV, para acceder a la Plaza de Manises, acotada y aderezada con mesas para un ágape profundamente valenciano (arroces, embutidos y algún detalle más) y con orquesta musical sobre entarimado. “¿Sabéis algo?”, preguntaban uno tras otro (una tras otra) muchos de esos exaltos cargos a los periodistas. Ansiosos por conocer los nombres de los conselleras y conselleras que gestionarán el nuevo ejecutivo autonómico del PSPV, Compromís y Unidas Podem (Podem y EUPV). “¿Si sabes algo me llamas?”, repetían muchos, sabedores de que según quién acceda a esas deseadas atalayas sus posibilidades se verán incrementadas o mermadas para se, por ejemplo, secretario/a autonómico o director general.

Ausencia de líderes y diputados de las derechas, en paseíllo y en ágape. Lógico, conociendo la sociología política valenciana. No así esos representantes de la sociedad civil, también la económica y militar, apostados sobre las mesas y comentando las primeras hipótesis sobre este gobierno que mañana arrancará, con la jura de los conselleras y conselleras. Con más de dos cervezas, algunas posiciones se sinceraban, y las hipótesis adoptaban ya la forma de conclusiones, algunas realmente curiosas. “¿Cuánto durara este Consell?”, se atrevían algunos en preguntar. Hacía las dos, el respetable hacía cola hacia las grandes paellas, con arroces variados, uno exquisito de verduras, con alcachofas tiernas, y eso que ya no es temporada.

Toma de posesión del presidente de la Generalitat valenciana, Ximo Puig 16 junio 2019, Política, Ciudadanos, Toni Cantó 16/06/2019

Jorge Gil / EP

Hubo también, entre las familias del Botànic 2, algunas caras de tristeza. Hombres y mujeres que no repetirán, por motivos varios: unos por cansancio, otros por desencanto o porque se sabían ya ignorados por los líderes de las izquierdas. Ximo Puig ejercía de anfitrión, saludando y compartiendo con quien se lo pidiera; se notan sus más de 15 años de alcalde de Morella. Jesús (Chuso) Civera, uno de los mejores periodistas que han existido en la geografía política de los últimos años, concluía: “No hace mucho calor, podría haber sido peor”.

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