El delta del Ebro sigue sufriendo su vieja pandemia. El mar Mediterráneo, desconfinado , azota cada vez más el humedal ebrense, más vulnerable tras el Gloria , hace cuatro meses. Aquel temporal histórico puso al Delta en boca de todos, atrajo políticos, precipitó el consenso y el compromiso de inversiones presuntamente inmediatas. Pero llegó el coronavirus y el Delta, sin apenas contagios ni muertes, se ha quedado una vez más fuera de plano, moribundo. Casi todo sigue en el aire con los temporales de otoño e invierno un poco más cerca.
“Estamos en una situación de gran vulnerabilidad, el Delta tenía unas reservas, con playas muy amplias, que ya no tiene. Es una situación de emergencia, hay que actuar de forma planificada y deprisa. Tenemos el compromiso firme del Gobierno y la Generalitat, pero la Covid nos llena de incertidumbre”, advierte Rafa Sánchez, técnico asesor de la Taula de Consens pel Delta.
Los daños se multiplican
La devastación del temporal ‘Gloria’ ha dejado el litoral ebrense desprotegido
Sigue rota la barra del Trabucador, el brazo de tierra de cuatro kilómetros que conectaba antes del Gloria el delta del Ebro con la valiosa reserva de la Punta de la Banya, símbolo del SOSlanzado en el estallido de la crisis climática. En primavera, con oleajes nada excepcionales, la barra del Trabucador ha seguido perdiendo arena e incluso ha obligado a parar algunos días las obras de emergencia iniciadas por el Gobierno central. Antes se pararon por el Coronavirus. “Son cuatro kilómetros que casi han desaparecido bajo el mar, la pasividad de las administraciones es total”, lamenta Joan Sucarrats, gerente de la empresa (Infosa) que explota las salinas de la Trinitat. La producción salinera también está en el aire.
El Gobierno no ha acabado aún las obras aprobadas para restaurar el brazo. La Covid-19 interrumpió la obra
Fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica destacan que se están destinando dos millones de euros en el Delta para reparar los destrozos del Gloria, con la restauración del Trabucador hasta una amplitud de 50 metros, que prevén acabar en junio. “Aguantará temporales de media intensidad”, dicen.
Incertidumbre y desespero
La crisis sanitaria ha retrasado las inversiones de mayor calado, sin calendario
La Illa de Buda, azotada también por el Gloria , teme especialmente la llegada del otoño con sus temporales. “Nos han olvidado, la amnesia es total. No superaremos otro año como este, si no se actúa podría desaparecer toda la Illa de Buda”, alerta Guillermo Borés, propietario de una parte de Buda. También padecen por la inacción en el entorno de la playa de la Marquesa, en Deltebre (Baix Ebre), o los arroceros, que ya sufrieron la inundación con agua de mar de cerca de 3.000 hectáreas.
La Taula de Consens pel Delta, con los siete ayuntamientos y las dos comunidades de regantes, presentó en enero un plan de emergencia con acciones a corto, medio y largo plazo. El president Quim Torra lo hizo suyo y aseguró que sería un “proyecto de país”. El Gobierno central, con competencias en la gestión del litoral, dio su compromiso y anunció para 2020 un plan estratégico con presupuesto y calendario.
“Todo ha quedado en nada, bloqueado. El Delta va de cabeza al abismo. Ahora es el Coronavirus, pero antes fue la crisis”, lamenta Dani Forcadell, combativo arrocero, en Unió de Pagesos. Fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica aseguran que se dará respuesta con un plan estratégico, pero admiten que la crisis sanitaria provocará un (nuevo) retraso y que no se presentará antes del verano, como estaba previsto, y será en otoño.
“Estamos muy preocupados, hay que tomar medidas ya, no se ha hecho nada”, dice Xavier Pallarès, delegado del Govern en las Terres de l’Ebre. “Necesitamos que se actúe de inmediato, la situación es muy complicada, es un problema ambiental y social, el Gloria aceleró la degradación, ya ha empezado a desaparecer el Delta”, alerta Josep Caparrós, alcalde de Sant Carles de la Ràpita (Montsià). En su municipio está la valiosísima bahía de los Alfacs, con especies en riesgo de extinción y una rica actividad marisquera; además de ser junto al Trabucador que la protege del mar el lugar más visitado de todo el Delta, antes del Gloria .