José Antonio Griñán, expresidente de la Junta de Andalucía a quien la Audiencia Provincial de Sevilla le daba un plazo de 10 días para ingresar de manera voluntaria en prisión por su condena en el caso de los ERE, padece cáncer de próstata (sin metástasis). “A la vista de la grave enfermedad detectada estos días” y “por las necesidades de tratamiento”, según reza el escrito que la defensa del condenado ha enviado hoy a Justicia, se solicita la suspensión de la ejecución de la sentencia.
Al respecto, tres magistrados de la Sección Primera de la Audiencia Provincial han dictado esta misma mañana una providencia, a la que ha tenido acceso La Vanguardia, en la que se acuerda que un forense del Instituto Médico Legal, una vez examine la documentación presentada y con el "reconocimiento del paciente si fuera necesario", emita "un informe valorando si el ingreso en el centro penitenciario pudiera tener incidencia en el desarrollo de la enfermedad o en el tratamiento prescrito".
No será hasta el momento en el que el Tribunal tenga acceso a este informe médico cuando valore la petición de suspensión, según apuntan fuentes judiciales, si bien en el escrito no se establecen plazos para ello.
Recibió el diagnóstico hace una semana
Fue ayer cuando la Audiencia emitía un auto, sobre el que no cabe recurso, en el que requería a siete de los ocho condenados por malversación en el marco de los ERE para que ingresaran en la cárcel tras desestimar los recursos de súplica planteados por los investigados. Entre ellos, se hallaba Griñán, que fue condenado a seis años y dos días de prisión por su implicación en el sistema de concesión de ayudas de manera fraudulenta a empresarios durante una década, lo que generó un agujero en las arcas públicas de casi 700 millones de euros. Por esa causa, además, fue sentenciado a 15 años de inhabilitación por prevaricación, un delito cometido también por su antecesor Manuel Chaves.
Hoy, según ha adelantado El Español, el exmandatario padece un cáncer de "alto riesgo" que necesita un tratamiento hospitalario urgente y que no puede tratarse en prisión. Al parecer, el diagnóstico fue conocido hace una semana, tiempo después de haber presentado el recurso de súplica donde su abogado, José María Calero, solicitaba una ampliación de tres meses para cumplir condena.
El tratamiento médico que se ha prescrito para la enfermedad que padece no puede ser convenientemente desarrollado por los servicios médicos del centro penitenciario"
Calero ha acreditado con informes médicos el delicado estado de salud de su cliente y, amparándose en el artículo 80.4 del Código Penal, pidiendo la "suspensión excepcional del cumplimiento de la pena privativa de libertad" y subsidiariamente el aplazamiento del ingreso en prisión "en tanto que el tratamiento médico que se ha prescrito para la enfermedad que padece no pueda ser convenientemente desarrollado por los servicios médicos del centro penitenciario".
Por otro lado, la defensa alega que el "principio de humanidad" inspira el sistema penal de todo Estado de Derecho y que en determinadas circunstancias el cumplimiento de la pena "puede llegar a producir sufrimientos físicos o morales de intensidad superior a la admisible y en consecuencia puede implicar una vulneración efectiva del derecho fundamental a la dignidad personal".
Sin peligro de cometer nuevos delitos
Griñán, de 76 años, espera que la Audiencia tenga en consideración esta petición y que le evite “afrontar en la soledad del entorno penitenciario la nueva y desgraciada circunstancia vital que los exámenes médicos le han descubierto", según reza el escrito, des de sonde se insiste en que el exmandatario "no representa, ni en este momento ni en ningún caso, peligro alguno de que vaya a incurrir en la comisión de nuevos delitos".
No es el único condenado por la pieza política de los ERE que ha alegado problemas de salud para suspender la entrada en prisión. Su compañero Agustín Barberá Salvador se halla en circunstancias similares y Justicia está a expensas de recibir un informe médico forense para decidir si debe o no, finalmente, cumplir su pena de prisión.