La Audiencia Provincial de Bizkaia ha confirmado que el único ertzaina condenado por la muerte de Iñigo Cabacas no entrará en prisión. La justicia suspende así la ejecución de la pena de dos años de prisión por "homicidio imprudente" para el oficial de mayor rango de la Ertzaintza que estaba al frente del operativo policial que acabó con la vida de Iñigo Cabacas, aficionado del Athletic Club que murió tras recibir un pelotazo de la Ertzaintza.
El auto constata "la gravedad de las consecuencias del comportamiento omisivo del penado en el dispositivo de seguridad" en el que falleció Cabacas, si bien señala que "no se está ante un delito doloso, sino imprudente y cometido por omisión, lo que relativiza la intensidad del comportamiento criminal desde un planteamiento de pronóstico de reiteración de la conducta".
El auto del juez ofrece un segundo argumento para suspender la pena de prisión, al valorar las circunstancias personales del condenado. Según recoge, ha quedado viudo recientemente y tiene un solo hijo, lo que haría "especialmente gravosa su estancia en prisión".
El juez destaca, en tercer lugar, que "debe tenerse en cuenta su trayectoria como agente y oficial de Policía, sin que consten situaciones similares a esta por la que ha sido condenado ni, desde luego, consten antecedentes penales".
Por estas razones, el tribunal considera que no es necesaria la ejecución de la pena de prisión para evitar la comisión futura de nuevos delitos por el mando de la Ertzaintza, ya que existe "un pronóstico negativo de criminalidad".
El juez valora también la situación personal del agente, viudo y con un hijo
La muerte de Iñigo Cabacas se produjo el día 5 de abril de 2012, tras el partido del Schalke-Athletic, cuando un disparo de una pelota de goma acabó con la vida del aficionado rojiblanco Iñigo Cabacas. El joven vizcaíno se encontraba junto a sus amigos en el exterior de un bar cuando una carga policial, que durante el juicio se consideró del todo injustificada, acabó con su vida.