El multitudinario primer encierro de los Sanfermines se ha saldado sin heridos de gravedad, aunque dos de los toros de La Palmosilla podían haber provocado una tragedia en la Plaza de Toros. Después de dejar atrás los 875 metros del encierro sin grandes sustos y hacer la mayor parte del recorrido divididos, en alrededor de dos minutos, los dos toros han quedado atrapados en la plaza, sin que los dobladores pudieran conducirlos hacia los chiqueros.
Los astados han necesitado otros dos minutos para encontrar el camino, distraídos por algunos inconscientes corredores que los citaban y sin que los dobladores pudieran hacer su trabajo para así zanjar el encierro.
Los toros se han dado un auténtico baño de masas, dando varias vueltas al ruedo, ante la preocupación, cuando no pánico, de la multitud que se congregaba en la plaza.
Pasados los cuatro minutos desde que saliesen de Santo Domingo, finalmente, los toros de La Palmosilla han encontrado el camino a los corrales, con un balance final de ocho heridos en el conjunto del recorrido.
Durante el recorrido en sí, desde la salida de Santo Domingo hasta la llegada a la plaza, la carrera ha discurrido de manera limpia y veloz. Los astados de La Palmosilla han hecho honor a su fama de nobles y, a lo suyo, han enfilado el recorrido sin arremeter contra una multitud que era el principal peligro de este primer encierro, masivo por ser fin de semana y por ser, además, el primero de los ocho encierros. Si un día normal, entresemana, puede haber 2.000 personas en el recorrido, este domingo se han rondado las 4.000.
En la cuesta de Santo Domingo apenas se han producido algunas caídas y algún momento de peligro. En el Ayuntamiento, sin embargo, la manada se ha comenzado a dividir, lo que siempre constituye un añadido de peligrosidad. De hecho, la manada ha arrollado allí a un primer mozo.
En la curva de Mercaderes, la manada se ha terminado de romper y ha pasado por Estafeta estirada ante la multitud, aunque, de nuevo, sin que se produjesen momentos de excesivo peligro, más allá de algunas caídas y pisotones.
En la zona de Telefónica, dos astados y un cabestro se han aproximado con peligro hacia el vallado, pero no han embestido a los corredores que allí se encontraban.
El encierro, sin embargo, se ha vuelto peligroso en el último suspiro, cuando ya se daba por concluido. Ha sido entonces cuando dos de los astados se han dado un baño de masas, que se ha complicado porque algunos corredores los citaban.
Este momento tan particular se ha producido cuando los astados se dirigían a chiqueros. De repente han girado a la izquierda y han empezado a dar vueltas.
En el coso había centenares de personas y podía haber sucedido una tragedia, que finalmente han conseguido evitar los propios dobladores.
Los heridos
Los voluntarios de Cruz Roja han atendido a 36 personas tras el primer encierro de los Sanfermines. Del total de atendidos seis han requerido traslado a servicio de urgencias (tres evacuados por DYA) y entre ellos uno ha resultado herido por asta. El corneado es un navarro de 37 años, de nombre Iker Bustamante, que tiene una herida por asta en la barbilla.
Además, Cruz Roja ha realizado 21 curas y siete atenciones médicas, y ha atendido dos pisadas, una lipotimia y una luxación.
Por otro lado, 15 personas han precisado atención sanitaria durante el festejo de vaquillas, de las que ninguna ha precisado traslado a centro de urgencias.